sábado, 8 de octubre de 2016

Padre de víctima del psicópata de Alto Hospicio: "Ni a las prostitutas las maltrataron tanto como a mi hija"

 






"Ni a las prostitutas las maltrataron tanto como a mi hija"

“A veces me arrepiento y otras veces no, pero ya no importa… porque total todas están muertas”. Por Guillermo Adrianzen. 06 de Octubre, 2016
Archivo de portada La Estrella de Iquique

Soñaban con salir del colegio y estudiar alguna carrera. Ser profesionales, deportistas, testigos de Jehová o ingresar a Carabineros. Quizás tomar roles sociales y representar a los vecinos de la creciente comuna de Alto Hospicio. O sencillamente soñaban con un día convertirse en madres, como cualquier niña en etapa adolescente. Sin embargo, 15 años después son la memoria viva de uno de los casos más macabros que conoció Chile.

Este martes 4 de octubre se cumplieron 15 años desde la detención de uno de los asesinos seriales más brutales que ha conocido la historia nacional: Julio Pérez Silva, conocido como el psicópata de Alto Hospicio. Los primeros días de aquel mes de 2001 fueron de los más desgarradores que seguramente recuerde Tarapacá, marcados por un fuerte miedo en la comunidad por un conjunto de mujeres desaparecidas en los últimos tres años. En su mayoría, menores de edad en etapa escolar.

En plena tarde de un martes 3 de octubre una niña desorientada y visiblemente herida se presentó en la subcomisaría de Carabineros. Golpeada y violada, relató como había sido atacada y empujada a un pique minero de 17 metros de profundidad. Todo a manos de un hombre que a ella misma le confesó ser el psicópata de Alto Hospicio. "Vas a morir igual que las otras niñas". El hidalgo testimonio de Bárbara Nuñez sería la pieza clave para dar con el asesino sigiloso del nissan blanco. Descrito como una persona sociable y hogareña por los vecinos del sector de Autoconstrucción donde vivía. Nadie podía creer que sus hijos salían a jugar al pasaje y sin quererlo compartían con un homicida de características perversas.

El psicópata

Oriundo de Puchuncaví en la Quinta Región, Pérez Silva llegó a vivir a Iquique en 1993. Al poco tiempo se emparejó con Nancy Boero para mudarse con ella a seguir con una nueva vida en el emergente sector de Autoconstrucción en Alto Hospicio, una zona que todavía no era una comuna ante la ley. Trabajó en minería e instalaciones de torres de alta tensión, labor por la que era más conocido y donde tenía más experiencia. De una pega hecha en el sector de Patache se extrae la foto más difundida del criminal, donde aparece con un perfil serio, sereno y que entrega pocas pistas de la cruda esencia con la que operó.

Conducir un taxi “pirata” era en aquella época su sustento económico. A la larga fue de esa forma que comenzó a urdir la historia que envuelve una serie de macabros crímenes. No sabía manejar y aprendió en Iquique, Alto Hospicio; conduciendo a través de polvorientas calles que representaban la libertad que terminaría por condenarlo para siempre

Entre los años 1998 y 2001 golpeó, violó y asesinó a 14 mujeres sin contemplaciones. Macarena Sánchez, la menor de las víctimas, tenía solo 13 años de vida. Cinco de ellas estudiaban en el colegio Eleuterio Ramírez, ubicado en el sector de La Tortuga. El establecimiento cambió de nombre y hoy se llama Juan Pablo II.

La detención

Tras conocerse que Carabineros capturó a un sospechoso de los crímenes la tensión aumentó. Las familias de las víctimas exigían apoyo y la intervención directa del entonces Presidente de la República Ricardo Lagos. Incluso llegaron a encadenarse en el frontis de la Intendencia Regional, exigiendo una audiencia con el mandatario de visita en la zona. Increíblemente, el afectado grupo de seres queridos de las mujeres desaparecidas debió pedir disculpas públicas por la manifestación, considerada excesiva por las autoridades de la época. Uno de los encadenados era el padre de una de las víctimas, Viviana Garay de 16 años, vista por última vez el 16 de junio del año 2000.

El estigma.

Soportando el peso de perder una hija, los familiares debieron convivir con el lado más sucio de la discriminación. El mayor reflejo de esto fueron declaraciones el entonces subsecretario del Interior, Jorge Burgos, quien confirmó la tesis de la policía que postulaba que las jóvenes se habían fugado de sus hogares para “buscar una mejor vida”. Posiblemente al extranjero, Perú, Bolivia. Se trató a las menores de prostitutas y en su momento se negó la existencia de un eventual homicida.

“Ni a las prostitutas las maltrataron tanto como a mi hija… En otra ciudad no hubiese pasado lo que pasó aquí, porque esperaron que desaparecieran 14 mujeres para recién empezar a investigar”. Son los descargos de Orlando Garay, padre de Viviana y hoy concejal por la misma comuna donde sufrió el golpe más duro de su vida. En medio de la tragedia tomó la vocería y representó el sentir de muchos de los padres de las mujeres.

Fue él mismo antes que cualquier equipo de búsqueda quien encontró la mochila y ropa de su hija en un basural. "Yo sentía que mi hija estaba muerta, que le había pasado algo malo". Reconoce que el episodio provocó un estigma a nivel nacional hacia Alto Hospicio, algo que todavía sigue vivo, y más aún con el caso actual de José Vergara, desaparecido en septiembre de 2015 en el sector de La Pampa.

“Cuando uno es humilde la única manera de que te escuchen es salir a las calles. Si hubiésemos sido familias pudientes habrían reabierto el caso”, enfatizando que Pérez Silva debió rebicir una condena completa por cada delito.

Sin remordimiento.

“A veces me arrepiento y otras veces no, pero ya no importa… porque total todas están muertas”. Esta una de las escalofriantes y pocas confesiones que hizo Julio Pérez a uno de los gendarmes a cargo del alto operativo de seguridad que despertó.

Con grilletes en manos, pies y una cadena desde la cintura, Pérez se mantenía atado a una cama en una bodega de cuatro metros cuadrados. Gendarmería debió aislarlo por completo y disponer de cuatro funcionarios 24 horas exclusivamente dedicados a su custodia, para evitar que atentara contra su vida o fuera víctima de un motín por parte de otros reos. Incluso, se alimentaba de la misma comida que los gendarmes para asegurarse de que no fuera envenenado.

Con alarmante calma y cuasi total desconexión con la magnitud de sus acciones, el hombre de 38 años confesó primeramente solo ser el autor del último crimen del cual una niña logró escapar. Sin embargo, fue entregando más antecedentes con el correr de los días. Solo horas antes de ser trasladado a una cárcel de alta seguridad, Julio Pérez silva contó parte de la verdad y precisó el lugar donde había arrojado los cuerpos de siete mujeres. Inmediatamente Carabineros acudió a pesquisar las locaciones, confirmando los macabros hallazgos.

Actuó solo y sin noción del tiempo. Sin medir las fuerzas ni condiciones. Jamás mostró ni una pizca de remordimiento en los interrogatorios donde una y otra vez contó cómo amablemente ofreció trasladar a las mujeres, para desviarse en su ruta, amenazarlas con un cuchillo, abusar de ellas, atarlas de pies y manos para luego empujarlas a piques mineros de la periferia de la ciudad.

Al poco tiempo cambió su versión de los hechos. Aseguró ser inocente y que Carabineros lo obligaron a inculparse por los crímenes. Los rastros de semen encontrados en la primera mujer que escapó tras ser violada coinciden con su ADN, así como también el detectado en los maltrechos cuerpos de las víctimas. Intentó suicidarse en varias ocasiones. En 2010 protagonizó una huelga de hambre pidiendo reabrir su caso. Un año después fue trasladado desde el centro penitenciario de Acha en Arica hasta la cárcel de Alta Seguridad de Colina 1, donde permanece cumpliendo condena de cadena perpetua por la violación e intento de homicidio y asesinato de 14 mujeres:

Graciela Monserrat Saravia Tapia - 16 de septiembre de 1998.
Macarena del Carmen Sánchez Jabre, 24 de noviembre de 1999
Laura Andrea Zola Henríquez - 23 de marzo de 2000
Patricia Edith Palma Valdivia - 22 de mayo 2000
Macarena Cecilia Montecinos Iglesias - 2 de junio de 2000
Katherine Elizabeth Arce Rivera - 5 abril de 2000
Viviana Melisa Garay Moena - 20 de junio de 2000
Sara Marisol Gómez Cuevas - 24 de febrero de 2000
Ornella Dayana Linares Cepeda - abril de 2000
Angélica Palape Castro - 23 agosto de 2001
Gisella Melgarejo Navarro - febrero del 2000
Ivon Alexandra Carrillo Lefno - agosto de 1999
Bárbara Nicole Núñez Barrios - 3 de octubre de 2001 (Homicidio calificado frustrado)

Captura de imágenes obtenida desde el archivo del Diario La Estrella almacenado en la Biblioteca Pública Alonso de Ercilla - Iquique, octubre - 2016.

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