miércoles, 31 de enero de 2018

La dura extracción del guano en Perú: los Campañeros













El guano es conocido como uno de los mejores fertilizantes orgánicos del mundo, pero pocos saben que obtenerlo es lo más parecido a un infierno. Los “campañeros” son los trabajadores golondrinas que llegan a las islas del Pacífico peruano para, de forma manual, recolectar el excremento de los pájaros que luego se venderá como abono. El fotógrafo Alvaro Ybarra Zavala documentó la temporada de recolección que es siempre la primera y la última.

Son las cinco de la tarde; el sol poco a poco desaparece en el horizonte de la isla Asia y Alexandre observa el mar sentado desde el viejo helipuerto. En la misma plataforma, sobre el Pacífico peruano, se levantan dos tiendas de lona, refugio de un grupo de “campañeros”. Todos llegaron para trabajar en la temporada de guano.

El guano peruano es reconocido a nivel internacional como uno de los mejores fertilizantes orgánicos del mundo. Rico en nitrógeno, fósforo y potasio, el guano –wuanu es el término quechua para “abono”- fue un tesoro para Perú. Tanto que en el siglo XIX el país era reconocido como “la república del guano”. El tiempo sucedido desde esa época hasta ahora no ha modificado el método de extracción. La extracción manual “salvaguarda” el carácter cien por ciento orgánico del fertilizante y, al mismo tiempo, evita la contaminación de las reservas naturales. Pero esta forma de extracción se olvida de lo más importante: los hombres. 

Alexandre tiene 26 años y es uno de ellos. Viajó desde el departamento del Ancash, al oeste del país. “Me aburro, no hay nada que hacer además de trabajar. Yo vine por la plata. A diferencia de otros trabajos igual de duros, aquí por lo menos te dan tres comidas y una cama, además no pagan tan mal”, dice. Alexandre es un novato. Dejó su hogar buscando un trabajo que le permitiera ahorrar para poder seguir sus estudios. “ Quiero poder estudiar. Pero necesito ahorrar para pagar la universidad. Vengo de una familia muy humilde, he tenido la suerte de poder estudiar lo básico, pero yo quiero ser arquitecto. Lo voy a lograr”.

En el horizonte que observa Alexandre, a un poco más de nueve kilómetros, ya en el continente, sobresalen los perfiles de una lujosa y exclusiva urbanización Es Asia, situada en la playa que le da su nombre. “Allí vive la gente de plata de este país -dice Alexandre-. Resulta humillante estar aquí peleando por una oportunidad o por un plato de papas, jugándonos la vida como esclavos cuando la gente de allí lo tiene todo y ni tan siquiera sabe que existimos. Así es Perú hermano, unos tienen tanto y otros tan poco”. 

Este año la campaña de extracción de guano tocó en la Isla de Asia y está siendo mejor de lo esperado. Hasta la fecha se ha extraido 17 mil toneladas y se calcula que se obtendrán unos 5.4 millones de dólares de beneficio. En total han trabajado unas 700 personas en forma directa e indirecta. 

En Perú, los planes de extracción de guano se hacen año a año y los establece Agrorural, la única institución autorizada por ley. Anteriormente, en la época de la Compañía Administradora del Guano y -antes- con la Compañía de Fertilizantes, los planes se hacían a largo plazo y eran ejecutados por empresas concesionarias del Estado. Hubo una época de oro en esta industria que terminó con la guerra con Chile (1879-1883). Entonces casi toda la nación vivía de esta industria.

El vestíbulo del infierno. De lejos, el acantilado parece ocupado por una colonia de hormigas que trabaja sin descanso desde las cinco de la madrugada hasta el mediodía. Unos cepillan el suelo para extraer el guano mientras que otros lo meten en bolsones negros de cincuenta kilos y que son transportadas por estas especies de las llamadas “mulas humanas”, que hace equilibrio entre los riscos del acantilado. Varias cuadrillas se ocupan del “tamizado”, un proceso en el que manualmente se separa las impurezas para luego embolsar en unos sacos amarillos lo que llegará al mercado. 

El fuerte olor del guano mezclado con el sudor de los “campañeros” hace al aire casi irrespirable. Felipe Chuquilla carga un bolsón de 50 kilos sobre su espalda. Camina entre rocas. Es consciente de que un error le podría costar la muerte. Un precipicio con una caída de más de cien metros al mar se lo recuerda con cada paso que da sobre el suelo resbaladizo. “ No sé cuantas cargas llevo, más de cien”, dice. Felipe Chuquilla es un hombre adulto, corpulento, de unos cuarenta años, proveniente del departamento de Cajamarca, al norte del Perú.

“Aquí nos hacen trabajar como esclavos, no les importamos nada, nos tratan como animales. Yo nunca pensé que esto sería así”. Felipe al igual que el resto de 400 hombres que componen el equipo que trabaja en la isla vinieron libremente. Todos ellos con un “contrato de locación de servicios”, una fórmula jurídica con más sombras que luces. Desde Agrorural aclaran que “por lo peculiar del trabajo de los “campañeros” la empresa añade en los contratos en beneficio de los trabajadores un seguro de accidente, seguro médico, y seguro de vida. Además, se les brinda la alimentación y la ropa de trabajo. Nada de esto está establecido en la ley para casos similares de contratación, pero nosotros lo hacemos”.

Felipe está seguro de algo: no repetirá el año que viene. Está cansado, se siente mal y, según él, es un trabajo supone un gran riesgo para la vida y la salud.

“La necesidad hace que aguantes esto. Si eres pobre en Perú no vales nada. Realmente da igual donde busques trabajo, las condiciones son terribles en todos lados. Yo tengo que sacar adelante a una familia, intentar que mis hijos tengan una oportunidad, pero siendo sincero que más da, ya se que mis hijos no la tendrán y acabarán como yo, porque en este país las cosas nunca cambian para las familias como la mía o las de los campañeros que están aquí trabajando”.
 
Luchando contra corriente. Muchas voces críticas ponen en evidencia las complicadas condiciones de trabajo y la dureza del sistema de extracción del guano para los “campañeros”. Pero el caso del guano no es un hecho aislado dentro de la realidad peruana. Perú es uno de los países latinoamericanos en el que la brecha de las diferencias sociales es cada vez más evidente. La Ong Oxfam, en su informe “ Brechas latentes: Índice de avances contra la desigualdad”, publicado en 2017, resalta que la reducción de la desigualdad en el Perú se encuentra en un período de estancamiento desde el año 2014. El boom económico del país -tan publicitado a nivel internacional- se extendió desde 2003 a 2013, pero no fue aprovechado para impulsar políticas sociales o mejorar la recaudación fiscal que está en sus niveles más bajos desde 2010.
 
“El grueso de la recaudación proviene no de impuestos a la renta que grava directamente la riqueza, sino de impuestos indirectos como el IGV y el ISC, que son aquellos que gravan indiscriminadamente a los ciudadanos”, señala Oxfam. En los países desarrollados ocurre todo lo contrario. De hecho, según Oxfam, la presión tributaria en el Perú apenas llega al 14% del PBI, por debajo del estándar de los países de la OCDE, que es de un 25,1%. Armando Mendoza, investigador de Oxfam, apunta que hay grandes empresas que deben miles de millones de soles al Estado y hace 10 o 15 años no pagan. “No es posible que hayan empresas que eludan sus obligaciones, mientras que a los pequeños contribuyentes los persigan y los ahogen”. El mismo informe también señala la presencia de un “estancamiento laboral”, ya que solo 1 de cada 23 trabajadores tiene protección gremial, mientras que el salario mínimo vital apenas supera el 50% del que se tenía en 1980, hace casi 40 años.
 
Sin embargo esta realidad endémica de corrupción no evita que desde adentro del propio equipo administrativo responsable de la extracción de guano se afirme que se lucha contra corriente para cambiar las cosas. “Sin duda las condiciones no son las mejores, queda por mejorar, nosotros somos muy conscientes de ellos pero poco a poco vamos ganando batallas frente a la burocracia que nos permiten mejorar las condiciones de trabajo de los campañeros”, explica Iván Balbín, responsable de la administración de la campaña de extracción de Guano en las islas. Lleva treinta años en el sector y conoce muy bien la realidad ya que él también comenzó como campañero.

“Cuando yo entré a trabajar en la extracción del guano las condiciones eran mucho más duras. La empresa no nos daba ropa, ni zapatos, ni ninguna herramienta de seguridad como damos a día de hoy con las máscaras y las fajas. Recuerdo que muchos veces no teníamos ni agua. Hoy gracias a Dios y al trabajo de mucha gente hemos logrado mejorar las condiciones de trabajo aquí en las islas”, explica.

Un futuro incierto. Edgar Rivera es una de las figuras clave dentro la campaña de la extracción de guano y, a su vez, responsable de la supervisión de los guardaislas. Según él, los principales retos de esta industria es “sostenerse frente a las ambiciones políticas que genera un sector como el guano” por un lado. Y por otro, “los conflictos económicos entre la pesquería, la industria y el turismo, enemigos naturales por la mala articulación legal”. Para él, el alza de esta industria dependerá “de los cambios climáticos y si se logran leyes más severas para la depredación de la cadena. Es decir, sin alimento no hay aves y su alimento se lo llevan las grandes empresas industriales de la pesca”. Según explica el 10% de la producción es robado con el sistema hormiga que no tiene leyes eficientes para detenerlo sumada a la matanza de aves para venderlas para consumo humano”. Y la realidad le da un dato para confirmar su frase. “Justo hoy me informan de la muerte de 25.000 polluelos abandonados en sus nidos, sus padres han debido alejarse para buscar más comida. ”

martes, 30 de enero de 2018

Miguel Montecino: La gran fuga, cada uno cavó su propio metro de libertad (+ Video)

Miguel Montecino: La gran fuga, cada uno cavó su propio metro de libertad (+ Video)
Por: Heidi Calderón Sánchez. 29 ene 2018
 
Miguel Montecino, junto a sus compañeros, cavó un túnel con dedos rotos y cucharas.   Muchos dicen que la culpa la tiene el tiempo, que pone viejas las cosas y hasta enfría las pasiones, otros dicen que es la tristeza de lo perdido en el camino lo que mella las fuerzas y acorta las riendas, pero hay quienes parecen inmunes a las ordenanzas del tiempo y los dolores de las pérdidas, quienes siguen arando por encima de los caídos con un afán irreverente que no parece mortal.

Como un canto de cigarra resucitada, también reviven las memorias de los hombres eternos a los que algunos llaman necios, vuelven los hechos para ser contados de otras formas, retomados por los más jóvenes, como sucede con la historia de la gran fuga de 49 reos políticos de la ex Cárcel Pública de Santiago de Chile, en el año 1990.

Recientemente se anunció el rodaje de una película que relata la gesta y tiene como protagonista, desde la ficción, al popular actor chileno Benjamín Vicuña, quien dará vida al líder de la operación, del cual ha dicho al diario El Mercurio que “es un tipo con un grado de compromiso y convicciones políticas y humanas que realmente emociona”.

A 28 años de ocurrida la gesta, el verdadero jefe de la fuga, Miguel Armando Montecino Montecino, quien junto a sus compañeros cavó un túnel con dedos rotos y cucharas, recuerda estos momentos como: “hechos de vida, hechos repletos de esperanza y dignidad”. Se alegra además por la oportunidad de que estos acontecimientos vean nuevamente la luz y decide hablar sobre la acción que conmovió a Chile: la Operación Éxito.

¿Cómo lograron fugarse 49 presos políticos de la entonces Cárcel Pública de Santiago de Chile?
Para un prisionero político, desde el momento de su detención en adelante es un imperativo ético y un deber moral buscar evadirse de las mazmorras del enemigo. Lo han intentado los combatientes de todos los tiempos, y como nosotros no nos considerábamos una excepción, buscamos fugarnos desde que caímos en las manos de los sicarios de Pinochet.

Desde que nos encontrábamos en otra cárcel, la Penitenciaría de Santiago, un pequeño grupo de compañeros pertenecientes al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, iniciamos el plan para salir. No nos resultó por que antes de ejecutarla nos trasladaron a la Cárcel Pública, preparada según el tirano como de alta seguridad para los “presos subversivos”. Llegando a la Cárcel Pública iniciamos la organización y las acciones conducentes para lograr nuestros objetivos en esa prisión.

La iniciamos en los primeros meses del año 1988 entre cuatro compañeros. Manuel Fuenzalida, Luis Belmar, Hugo Nenculeo y yo. Al compás de los requerimientos y exigencia fuimos agregando combatientes. Hasta constituir la columna de 20 compañeros. Los que con su esfuerzo, dedicación, compartimentación y compromiso lograron que el 29 de enero de 1990, fructificara la más grande evasión de presos políticos del país.

Cada uno cavó su propio metro de libertad. Dando uno de los golpes más demoledores al fascismo en el país, puesto que un mes antes el dictador había vociferado que ningún subversivo se le escapaba de sus prisiones. La acción fue llamada por los combatientes “Homenaje a los caídos por la vida y la libertad”, y la gente le apodó “Operación Éxito”, me imagino que por la espectacularidad y la limpieza con que se operó. Independientemente que para la mayoría de los chilenos fue como propinarle un golpe en el hocico a Pinochet y una venganza personal de cada uno.

La gente salió a las calles a celebrar en fiestas populares y verbenas de mucha gente. “Con cuchillos, con cucharas se arrancaron los chiquillos”, era de las más populares consignas gritadas por familiares y amigos de los presos políticos de aquella época. Haciendo referencia a lo rudimentario de las herramientas que utilizamos durante los dos años que estuvimos cavando un túnel de casi 100 metros de largo por 50 centímetros de diámetro. Depositando las 80 toneladas de tierra en el entretecho de la misma cárcel.

La organización la logramos con tres unidades combativas y un mando de 5 compañeros que usaron todo tipo de iniciativas en pos de lograr la mejor y más idónea decisión. Turnos de día y noche con 3 compañeros cavando y 3 en vigilancia, en turno diurnos, 2 en la vigilancia nocturna. Para poner la tierra en el entretecho, trabajaban dos hombres y tres vigilaban. Uno en la celda, otro fuera de ella y otro en vigilancia móvil. Muchos fueron los problemas a solucionar, de la misma manera que las soluciones para esos problemas.

¿Y el día marcado? ¿Cómo sucedió todo?
El día “D” se dividió la columna en 4 unidades. Partiendo por la unidad de vanguardia, que por su tarea estuvo compuesta por 3 compañeros. Encabezada por Manuel Fuenzalida. Este grupo tenía la misión de romper y facilitar la salida de todo el contingente. Ayudado por el grupo de apoyo externo. Comandada por Hugo Nenculeo.

La segunda unidad fue comandada por Ricardo Contreras. La más numerosa, de 11 compañeros. Que tenía la misión de esperar con tranquilidad el momento de salir. Acostados todos en la extensión del túnel. La tercera fue la contención. Comandada por German Alfaro. Que tenía la misión de contener el enemigo en caso de detección de la operación.

La última era el mando, compuesta por 3 compañeros, comandada por mí. La cual cerraba la operación. Tuvimos cinco invitados y una baja. Lamentablemente el compañero Santiago Montenegro, jefe de contrainteligencia de la operación, se enfermara gravemente, causando baja de la fuga a última hora. Cuando se escuchó por el sistema de comunicación la señal “Salmón”, código que significaba la palabra largamente esperada por cada uno de nosotros: Inicio de salida. Todo el grupo inició la partida con suma organización y disciplina en alrededor de 25 minutos.

Otro grupo de presos políticos se dieron cuenta de la evasión y encontraron el túnel, el cual se dejó abierto con la intención de que esto sucediera, y se fugaron horas después. El grupo principal se compuso de 24 compañeros y en el segundo fueron otros 25, de los cuales algunos fueron recapturados en las inmediaciones del lugar.

La operación “Éxito”, fue un verdadero triunfo como sumatoria a los años de lucha contra la dictadura, y fue como la cereza al pastel para el término de la tiranía.

¿Qué significado político tuvo la fuga en aquel momento?
Significó muchas cosas; entre otras, un saludo al término de un régimen oprobioso; que enriqueció a una mínima minoría y empobreció a las grandes mayorías, asesinó a miles de chilenos, exilió a otros tantos, desapareció a miles de los mejores hijos de esa tierra y saqueó como nadie antes al país.

También resultó un saludo a la transición democrática; la que aún dura y no se desarrolla, ni crece, la moribunda camina sin ningún norte. Puesto que los nuevos administradores del neoliberalismo impuesto en Chile, se enamoraron del sistema y lo han desarrollado y amoldado a los nuevos tiempos.

También sirvió para colocar en una cúspide política, el problema de los derechos humanos de aquel momento, la desaparición de chilenos, la tortura, la prisión política y demás temas eludidos por los jerarcas dictatoriales y los cómplices negociadores. Estos temas tuvieron que ser discutidos y ser asumidos como ineludibles para el país y su futuro.

¿Qué importancia le confieres a que sea rescatado este suceso por el cine a casi tres décadas de ocurrida la fuga?
Desde que lo supe me pareció genial que se rememorara esta acción. No como acción de héroes o Rambos protagonistas de una historia, porque eso precisamente no es. Si no para se inicie por fin en Chile; una clara senda que nos lleve a escribir y relatar cómo sucedieron los hechos en contra de la dictadura. Se debe contar la verdad histórica y rememorar la lucha de la mayoría del pueblo en pos de la ansiada libertad. Lucha en la cual murieron muchos compatriotas, desaparecieron otros tantos, y fueron torturados y encarcelados muchos más. Esa misma memoria histórica, debe quedar reflejada de la mejor manera y que mejor que contada en primera persona. Aprovechando que muchos de los que estuvieron en estas operaciones, aún están vivos y prestos a contar su verdad.

Porque el desarrollo del proceso anti dictatorial, lo constituyeron combates de las grandes mayorías contra una casta que a base de un sangriento Golpe de Estado tomó el poder. Ante esa maniobra oprobiosa contra el pueblo, no le dejan a la gente, sino el derecho a rebelarse y no solo el derecho, el pueblo tiene el imperativo moral de hacerlo.

¿Cuáles son los intereses qué, según tú opinión, mueven a los realizadores de la película; la espectacularidad de la fuga o el resaltar la importancia de estos hechos para la historia chilena?
Creo que hay un poco de las dos cosas. Pienso que los realizadores se interesaron en contar la historia por el impacto que causó la acción en la década de los noventa. Porque, además, existe una especie de hambre de la juventud chilena por saber su propia historia reciente, debido a que en la prensa en general y la TV en particular, ha habido algún atisbo de abertura, lo que ha sido aprovechado por algunos sectores más progresistas para insertar estos sucesos de nuestra historia.

Por ende, los realizadores y con gran visión; matan dos pájaros de un tiro. Retrotraen la historia y la presentan al espejo social, por un lado, y por otro hacen eco de los hechos protagonizado por chilenos normales y corrientes, que puestos en un trance histórico, jugaron un papel determinado por la libertad de Chile y su propia libertad.

¿Crees que el ejemplo de ustedes haya influido sobre las nuevas generaciones?
No sé si la operación como tal influyó sobre nuevas generaciones, sin embargo la sumatoria de la lucha total del pueblo, si ha influido en las generaciones actuales. Este film es un ejemplo.

No debemos olvidar que fueron las diferentes y multifacéticas formas de lucha de los chilenos, las que derrotaron a Pinochet, y esas enseñanzas de lucha, de sensibilidad, de compromiso y de esperanza son las que deben ser asumidas por los jóvenes de hoy.

¿La lucha continúa para ti?
Creo que debemos continuar el combate contra todo lo que nos oprime, contra el hambre y lo que no nos deja avanzar hacia días mejores.

Lamentablemente nuestro continente ha sufrido retrocesos en la lucha que nos han dejado en la antesala de los años setentas. Dicho sea de paso, en algunos casos ha sido con golpes de estado disfrazados de desafueros, con argucias legaloides. Entonces aún nos encontramos en la resistencia por la salud y educación gratis, así como en otros países rechazando la privatización de las pensiones, por la restauración de sus tierras y sus derechos, como es el caso de los mapuches en Chile y Argentina.

La lucha no se acaba y quizás nunca lo haga; debemos seguir peleando por la vida, por la esperanza, por el amor y por el futuro. Por nuestra América morena y un mundo, donde las variantes al hambre, a la falta de trabajo y la justicia social sean un patrimonio de todos y para todos. Donde la dignidad y la felicidad se hagan costumbre y podamos lograr que en cada uno de los rincones caminemos todos juntos y con un solo grito libertario. Con los jóvenes encabezando la rebeldía, con su ingenio y arquitectura futurista.
En video, “La gran fuga”

domingo, 28 de enero de 2018

Exclusivo Diálogo con Lula antes y después de la condena que busca inhabilitarlo como candidato a presidente

 
Exclusivo Diálogo con Lula antes y después de la 
condena que busca inhabilitarlo como candidato a presidente
“Una ofensiva conservadora trata de anestesiar el país”
 Lula apoya su rostro sobre la mano izquierda. No parece cansado, aunque todo su entorno está extenuado después de semanas de tensión y nerviosismo. Faltan algunas horas para que el 4º Tribunal Regional Federal confirme la sentencia del juez Sergio Moro. Lula se muestra realista y asume la tarea de mantener el ánimo entre sus familiares, colaboradores y amigos. Siempre fue así. En los momentos más difíciles de su gestión como presidente, llegaba al Palacio del Planalto y cuando veía alguien abatido le decía: “¿qué es esa cara? No estarás leyendo los diarios, ¿no?” Luego, soltaba una inmensa carcajada, contagiosa, balsámica, reparadora. Era el Lula presidente, el que apoyaba, consolaba y animaba a todos. Sigue siendo así. Pablo Gentili 28 ene 2018

Como Lula, los que lo acompañan este 24 de enero en el Sindicato de los Metalúrgicos del ABC paulista, saben que asisten a la crónica de una sentencia anunciada. Se repite la farsa jurídica iniciada por el juez Sergio Moro, con quien el ex presidente sostuvo diálogos que avergonzarían a Kafka y serían la envidia de los Hermanos Marx. Un juicio en el que no hay nada que probar. Contra Lula ya todo ha sido dado por cierto mediante el artificio jurídico de la convicción del juez, del llamado “dominio de los hechos”, del desprecio al debido proceso y de la indolente pretensión de querer transformar una venganza en un acto de justicia. Se llama lawfare: el uso del poder judicial para acabar con los adversarios políticos.

El equipo del ex presidente sigue la sesión por televisión y advierte cómo los jueces de apelación leen sus interminables sentencias, escritas antes de escuchar a la propia defensa de Lula, quien sólo tuvo 15 minutos para exponer sus razones. Un observador privilegiado del juicio, el jurista australiano Geoffrey Robertson, presente en la sala de audiencias de Porto Alegre, sostendrá más tarde: “Esta no ha sido una sesión justa. Los jueces hablaron durante cinco horas, leyendo un guión que habían escrito antes de escuchar cualquier argumento. En una corte de apelación, los jueces deben escuchar primero a las partes antes de emitir una sentencia”.

Todos siguen las actualizaciones de las redes sociales, menos Lula. Uno de los tuits que más impacto generan es el que ha hecho circular el periodista Rodrigo Vianna: “En el juicio más importante de la historia de este país, una señora negra sirve café a tres hombres blancos que juzgan a un migrante nordestino. Si no entendemos el simbolismo de esto, jamás entenderemos este país”.

Lula piensa vaya a saber en qué. Nadie lo molesta ni interrumpe lo que parece ser un íntimo ritual de introspección que reserva para sí mismo ese inmenso líder obrero, nacido en una de las regiones más miserables del planeta, ese nordestino migrante, retirante. Abraza a uno de sus hijos. Le dice algo al oído y antes de que comience la intervención del último juez, se retira a su casa.

En el sindicato permanecen más de 500 personas entre colaboradores, dirigentes, activistas, militantes sindicales, del Movimiento Sin Tierra y decenas de periodistas de 34 países. En el sindicato, que siempre ha sido también la casa del ex presidente, permanece la tristeza. Allí, hace apenas algunos meses, ha sido velada Marisa Leticia, la esposa de Lula, a quien esos jueces citan ahora como partícipe de un delito que nadie ha cometido. En el sindicato permanece la tristeza. Hace exactamente un año, el 24 de enero, Marisa Leticia sufría el derrame cerebral que le costaría la vida. Fue el día que la justicia brasileña eligió para volver a condenar a Lula.
 
Anestesia. En su casa, Lula permanece acompañado por su familia y algunos pocos amigos. Está tranquilo y trata de descansar para la larga jornada que aún lo espera. Miles de activistas, centenas de movimientos sociales, organizaciones sindicales, estudiantiles y profesionales, trabajadores rurales se habían congregado en una multitudinaria jornada de protesta, el día anterior, en Porto Alegre. Las mujeres, convocadas por diversas organizaciones feministas y contando con la presencia de la presidenta Dilma Rousseff, habían tenido un papel protagónico en los actos y movilizaciones que reunieron más de 70 mil personas en la ciudad que se tornó el ícono del exitoso “modo petista de gobernar”. Una ciudad heroica en la memoria de la izquierda mundial, ahora transformada en el escenario de un momento trágico para la historia democrática de Brasil y de América Latina.

Muchas de estas organizaciones y líderes políticos de todo el mundo se trasladaron el miércoles a San Pablo. Ese día, al finalizar la sesión que ratificaría la condena a Lula, miles de personas comenzaron a acercarse a la Plaza de la República, donde por la noche se llevaría a cabo un acto en el que, desafiando la prepotencia oficial, el PT lanzaría la candidatura de Lula a la presidencia de la república.

Allí el ex presidente vuelve a mostrar su semblante más enérgico. Son los actos, es la proximidad del pueblo, lo que mantiene activo a Lula. Los abrazos, los besos, las fotos, los apretones, que tanto molestan a algunos dirigentes, son el combustible que alimenta su voluntad, la fuerza que lo rejuvenece y le da fortaleza para enfrentar cualquier tipo de adversidad.

–¿Qué desafíos se abren para el PT y para las fuerzas progresistas brasileñas?
–El desafío de evitar los retrocesos que están ocurriendo en la democracia y en los derechos de los trabajadores. Especialmente, ahora, con la propuesta de reforma previsional que impulsa el gobierno golpista de Michel Temer. También, garantizar elecciones realmente libres y democráticas en octubre de este año. Una ofensiva conservadora trata de anestesiar el país. Afirmaban que el problema de Brasil eran el PT y el gobierno Dilma. Así, destituyeron a una presidenta electa por 54 millones de votos, prometiendo que todo iba a mejorar. Después, dijeron que el problema eran los derechos laborales. Y suprimieron esos derechos. Ahora dicen que el problema somos el sistema jubilatorio y yo. Pero el pueblo brasileño está despertando y descubriendo que, en vez de curar la enfermedad como prometieron, están robándose los órganos vitales del país: nuestros recursos naturales, los derechos del pueblo, el patrimonio público. Todo lo que hemos construido con el sacrificio y el trabajo de varias generaciones, lo están vendiendo a precio de bananas.

La derecha hizo el golpe, pero ha pasado más de un año y no consigue tener otro candidato que un neofascista, defensor de la dictadura militar, sexista y violento, como Jair Bolsonaro. Un diputado que en la sesión de destitución de Dilma Rousseff dedicó su voto al general que la había torturado cuando tenía 19 años. Por otro lado, la candidatura de Lula no para de crecer y lidera todas las encuestas electorales. A pesar de todos los ataques, el PT sigue siendo el partido con mayor número de militantes y mayor capilaridad en la sociedad brasileña.

–¿Por qué está ocurriendo esto? –es la pregunta para Lula.
–Porque el pueblo se ha dado cuenta de que el golpe no fue contra Dilma, contra Lula o contra el PT. El golpe fue contra los trabajadores, contra la clase media, contra los que hacen un enorme esfuerzo por sobrevivir con dignidad. El golpe fue contra las conquistas democráticas que llevaron a que Brasil redujera significativamente la pobreza, la injusticia social, el hambre. Inclusive un amplio sector de la clase media, que apoyó el golpe, está sufriendo sus consecuencias. Si no reaccionamos a tiempo, Brasil volverá a ser un país donde un tercio de la población tiene derechos mientras, como ya está ocurriendo, miles de niños y niñas pasan hambre en las calles. Los índices sociales del país han empeorado de forma espantosa. Brasil sólo puede ser un país grande, importante, soberano, si la economía crece de verdad.

–¿Qué sería crecer de verdad?
–Crecer incluyendo a los pobres. Cuando los pobres pueden comprar, cuando pueden consumir, el comercio vende más, la industria produce más. Brasil crecía e incluía en el presupuesto público a millones de personas que antes no tenían derechos ni las oportunidades más básicas. Ellos están destruyendo todo esto. Brasil era un país con futuro. Un país de todos, no de algunos pocos. Estábamos dejando de ser el imperio del privilegio. Un país no puede ser un mero exportador de commodities, que emplean poco y que hacen que la economía pueda convivir con la existencia de multitudes de desempleados, pobres y excluidos. 
 
De espaldas. En las primeras horas de la tarde del 24 de enero la farsa judicial se ha concretado. Lula sufre una nueva condena que complica seriamente las posibilidades de ser candidato en las elecciones presidenciales de octubre de este año. Mientras se prepara para ir a la concentración de la Plaza de la República en el centro de San Pablo, recibe llamadas de apoyo y de solidaridad de todo el mundo. Es un ícono de la democracia, latinoamericana y mundial. Lo veneran en todos los continentes, no sólo líderes y personalidades políticas progresistas sino también liberales y conservadores con apego al debido proceso.

El manifiesto “Una elección sin Lula es fraude” en pocos días reunió más de 215 mil firmas. Destacados intelectuales, políticos, artistas, juristas y dirigentes sociales progresistas de todo el mundo se han sumado a la declaración que circula ya en 10 lenguas. Cristina Kirchner, José Pepe Mujica, José Luís Rodríguez Zapatero, Rafael Correa, Massimo D’Alema y Ernesto Samper son algunos de los ex mandatarios que lo firmaron. Cerca de 20 mil argentinos se sumaron al manifiesto.

–Estoy inmensamente agradecido por el apoyo y de la solidaridad internacional, especialmente de países como Argentina, México, Uruguay, Ecuador, Italia, Portugal, España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Venezuela –dice Lula.

–¿Qué cambió en el proceso de integración regional por el golpe en Brasil?
–Lamentablemente, Brasil volvió a vivir a espaldas de sus vecinos. Hemos vuelto a disputar con otros países periféricos quién atrae más la atención de los Estados Unidos y quien gana la cortesía de cenar con Donald Trump, como si de esto dependiera la solución de nuestros problemas, en vez de tener una política internacional propia. Respetando al mundo pero sin que mantengamos esta vergonzosa sumisión. El gobierno de Michel Temer no tiene legitimidad. Y tampoco la tiene una política exterior que sólo pretende vender los activos y el patrimonio de nuestro país. Cada nación tiene su historia, sus gobiernos, su cultura. En materia internacional, es fundamental que exista diálogo y respeto mutuo. Tengo mucho orgullo del período en que fui presidente de Brasil y pude convivir con presidentes como Néstor y Cristina Kirchner, con Pepe Mujica, Chávez, Bachelet, Evo, todos ellos.

–¿Qué tenían en común?
–Entendíamos la importancia de una región sin conflictos. Entendíamos que éramos más fuertes juntos, resolviendo entre nosotros, sin interferencia externa, nuestras diferencias. Evitábamos crisis y promovíamos la cooperación comercial, educativa, social entre nuestros países. Siempre estuve convencido de que Brasil sólo conseguiría desarrollarse de forma soberana si nuestros propios vecinos se desarrollaban también de forma soberana. Hoy, esas ideas, esa energía integradora y solidaria, se ha congelado o está en retroceso. Sin embargo, la integración entre nuestros pueblos es una vocación inexorable y volverá a avanzar.

–Durante mucho tiempo, la consigna del PT fue: “la esperanza vence al miedo”. Hoy, muchos jóvenes se aproximan a la política porque creen en la vigencia de aquel lema.
–Siempre les digo una cosa: abandonar, nunca. Perder la esperanza, jamás. El neoliberalismo, muchas veces sustentado por los monopolios mediáticos, promete un futuro mejor para todos pero concentra la riqueza y restringe las oportunidades en algunos pocos, los de siempre. En Brasil, nosotros probamos que podíamos gobernar haciendo exactamente lo contrario: que era posible incluir a los pobres en el presupuesto público, que podíamos invertir más en educación, más en salud y en vivienda, acabar con el hambre, construir dignidad, ampliar derechos. Ellos quieren apagar de la memoria del pueblo ese período de conquistas democráticas. Hoy me condenan a mí, pero lo que están queriendo condenar es ese proyecto y nuestro futuro como nación libre, soberana y justa. Quieren hacerlo, pero no lo lograrán.

–¿Hay un mensaje especial para los jóvenes?
–Millones de jóvenes, en Brasil, por primera vez llegaron a la universidad. Nosotros fuimos el último país de las Américas que creó una institución universitaria. En Argentina ya se estaba haciendo la reforma universitaria y nosotros ni universidad teníamos. Fuimos los últimos en abolir la esclavitud. Éramos la vanguardia del atraso. En doce años de nuestros gobiernos, conseguimos garantizar la primera generación de brasileños y brasileñas que no tuviera niños ni niñas pasando hambre. Sacamos más de 40 millones de la pobreza sin perjudicar a ningún sector social, sin perseguir a nadie. Esto nunca había ocurrido en la historia de nuestro país. Fue posible utilizar la política en beneficio de las mayorías. Fue posible, a través del Estado, hacer políticas públicas de inclusión y promover la justicia social. Nosotros mostramos que el pueblo sabe gobernar mejor que las élites. Por eso, ellos nos odian. Pero te digo una cosa: esa reacción retrógrada no va a prosperar. Vamos a vencer.

* Secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y profesor de la Universidad del estado de Río de Janeiro.

sábado, 27 de enero de 2018

IQUIQUE: José Vergara Espinoza: Detenido y desaparecido

El domingo 13 de septiembre de 2015, José Antonio Vergara Espinoza fue detenido por Carabineros tras sufrir una crisis esquizofrénica, producto de la irregularidad de su tratamiento farmacológico. A 28 meses de su detención nadie conoce su paradero. A las 08:20 de la mañana se estacionó la cuca de Carabineros marca Nissan modelo Terrano patente Z-4514 frente a la casa de la familia Vergara, una casa igual a las del resto en Alto Hospicio: techo plano porque no llueve, antejardín infértil, una ventana central en cada piso y la puerta ubicada justo en el centro del primero.  27.01.2018

Los integrantes del cuadrante N°7 de la Tercera Comisaría de Alto Hospicio, Carlos Valencia (cabo 1°), Ángelo Muñoz (cabo 2°), Abraham Caro (carabinero) y Manuel Carvajal (carabinero) acudían al domicilio ubicado en el pasaje María Encarnación en el sector de “La Tortuga” tras recibir el llamado de Jacqueline Soto, su madrastra. La crisis de aquella mañana partió igual que las otras cinco anteriores: José actuaba de forma muy violenta e irracional. El Pelayo, como le dicen sus conocidos, arrojó un tambor de agua al suelo además de romper varios objetos de su hogar. Jacqueline sabía que si llamaba a los carabineros José se calmaría, lo subirían a la cuca y luego lo llevarían a dar una vuelta por las polvorientas calles hospicianas y regresaría a su domicilio horas más tarde, como si nada.

Tras la llegada del Cuadrante N°7, Carlos Valencia, jefe de la unidad policial, entrevistó a Jacqueline con preguntas de rutina. No era la primera vez que acudía al domicilio por una de las crisis de José. Cuando ya habían avanzado un poco con José Vergara arriba del carro policial, el miembro más joven del cuadrante, Manuel Carvajal, le pregunta a Valencia qué debía señalar en la hoja de ruta. Valencia responde: “No compadre, este es un dos corto. Vamos y volvemos. Es para que se calme, lo vamos a dejar un poco más allá”. Valencia procede a falsificar la hoja de ruta y la información entregada a la Central de comunicaciones (Cenco) asegurando que fueron al domicilio y que José no se encontraba en el lugar.

El dos corto, también conocido como machetazo, es un procedimiento de detención irregular en donde al detenido no se le toman sus datos en la comisaría: es llevado directamente a las afueras de Alto Hospicio para ser abandonado a su suerte en pleno desierto. No era un procedimiento nuevo para los carabineros de la Tercera Comisaría. Era una práctica habitual que se realizaba con consumidores de drogas o gente en situación de calle de la región de Tarapacá. En la comisaría no existe hoy ningún documento con fecha 13 de septiembre de 2015 que incluya los datos de José Antonio Vergara Espinoza: nunca tomaron sus datos en el lugar, nunca puso su pie derecho con seis dedos en el cuartel.

El Nissan Terrano, conducido por Abraham Caro, tomó la ruta A-16 con dirección hacía la cárcel de Alto Hospicio, en las cercanías del lugar, el vehículo tomó la ruta hacia Caleta Buena. El vehículo policial con patente Z-4514 realizó un recorrido similar al del auto blanco de Julio Pérez Silva, el psicópata de Alto Hospicio, quién abandonó los cuerpos de 14 mujeres asesinadas y violadas durante 1999 y 2001.

Las versiones de los cuatro carabineros se contradicen, pero el lugar donde abandonan a José resulta ser el mismo. Según ellos, fue abandonado en dirección a Caleta Buena tras recorrer casi 100 metros de un desvío cercano al sector de Huantajaya, allí coinciden las versiones, bajaron a José de la cuca y lo entregaron al desierto. El martes 15 de septiembre, dos días después de la desaparición, Jacqueline Soto junto al padre de José, Juan Vergara, acuden a la comisaría para preguntar si aún se encontraba detenido tras lo ocurrido el domingo 13 de septiembre.

Un día después, Juan Vergara vuelve a la unidad policial para realizar una denuncia por presunta desgracia, pero no pudo efectuarla porque no había sistema informático: un camión había botado tres postes cercanos a la comisaría, situación que pudo corroborar él mismo. Volvió, entonces, el jueves. La denuncia fue registrada por el cabo 2° José Abarca Contreras, quien escribe que José desapareció tras sostener una discusión con su padre. Abarca afirma no haber entendido el relato de Juan Vergara. Además de este error, ingresó la denuncia por presunta desgracia infantil, y no adulta. En una declaración posterior, el uniformado señala que cometió estos errores ya que solía desempeñarse con labores relacionadas con los servicios de salud.

Tras realizar la denuncia, el padre de José Vergara no corroboró lo que le hicieron firmar ni notó los errores presentes en el documento, pues no sabe leer ni escribir. Díez días después de abandonar a José en pleno desierto, los integrantes del cuadrante N°7 se enteraron de que la familia de Vergara había puesto una denuncia por presunta desgracia. Ante los rumores, Valencia reunió a los miembros de la unidad (que ya habían sido designados a otros cuadrantes) para recordarles que ellos no habían hecho nada y que jamás habían visto al joven de rulos negros la mañana de aquel domingo.

En paralelo, las hermanas de José, Cristina y Alicia Vergara, acuden a la Tercera Comisaría de Alto Hospicio para entrevistarse con el Mayor Mauricio Cadenas y saber en qué se estaban los procedimientos de búsqueda de su hermano. En un audio grabado por ellas y difundido por un medio regional, se puede escuchar a Mauricio Cadenas diciendo: “Primero que todo, gracias a dios, descartamos que no estuvo con nosotros en un furgón. Eso es lo que nos preocupaba”. Durante la conversación les solicita en reiteradas ocasiones a Cristina y Alicia que no conversen el tema con nadie, a menos que sea una persona útil para la investigación.

Igualmente, interrumpe el diálogo para consultarle a Carvajal si recuerda un procedimiento del 13 de septiembre en el sector de La Tortuga. El cabo 2°, en presencia de las hermanas, niega recordar un procedimiento de esas características. Tras el abandono de Cristina y Alicia de la Tercera Comisaría, Manuel Carvajal decide contar lo ocurrido. Carvajal sólo menciona que habían ido al domicilio, arrestan a José y toman un desvío hacia Huantajaya para dejarlo ahí. Agrega que no se opuso en ese instante por temor a Valencia y por temor a ser dado de baja. Carvajal no pudo especificar el lugar en el que fue abandonado José ya que llevaba muy poco tiempo viviendo en la región de Tarapacá.

Al día siguiente, los cuatro carabineros son entrevistados en la Prefectura en Iquique y son expulsados de la institución. Los documentos oficiales de la entidad señalan que los cuatro carabineros fueron dados de baja por mala conducta, sin especificar los motivos. Dos días después de la entrevista con las hermanas Vergara, el oficial Mauricio Cadenas se va de vacaciones a Estados Unidos, abandonando el proceso de investigación y búsqueda, quedando el Capitán Pablo Pinochet a cargo, quien realizó la denuncia ante la Fiscalía Militar.

Un niño en medio del desierto. Cuando José fue detenido, llevaba tres meses sin su tratamiento médico para la esquizofrenia; estaba aburrido de los fármacos, le producían dolor de estómago y otros malestares. Su dosis consistía en un cuarto de quetiapina en la mañana y otro cuarto de medicamento en la noche. La quetiapina está dentro de la categoría de antisicóticos atípicos para tratar enfermedades como la esquizofrenia y episodios maniacodepresivos. El 9 de septiembre, Juan Vergara había llevado a José al Hospital de Iquique para solicitar una orden de internación en el hospital psiquiátrico de la región. Su situación no calificó como urgente: le dieron orden de internación para el 14 de septiembre, un día después de su desaparición.

Las ineficiencias del sistema de salud no eran nuevas en la vida de José Vergara. En Valparaíso, el 1 de mayo de 1993 su madre, Teresa Espinoza, no fue atendida oportunamente al momento del parto: su hijo menor tragó líquido amniótico, quedando internado quince días en la Unidad de Tratamientos Intensivos. La negligencia médica de aquel día generó que José desarrollara un retraso mental del 77,5% y tanto Juan como Teresa descartaron realizar la denuncia pertinente, ya que no poseían los medios ni la información adecuada, pese a que una enfermera insistió en que la situación había sido una equivocación del equipo médico.

El retraso intelectual, sumado a sus episodios esquizofrénicos generaron en él una conducta de un niño de 10 años. Sus crisis tenían relación con la falta de un tratamiento médico adecuado, el abandono de sus medicamentos y el consumo de drogas. Buscar para no encontrar. Han transcurrido 28 meses desde la detención y desaparición de José Vergara. Al Pelayo lo han buscado en casas de amigos, en todas las poblaciones de Iquique y Alto Hospicio, campamentos, basurales y playas y no hay rastro de un cuerpo con seis dedos en el pie derecho.

Por el sector de Caleta Buena en las cercanías de la antigua zona minera de Huantajaya, donde los ex uniformados dicen haber abandonado a José, hay 625 piques y socavones, la mayoría entre los 100 y 400 metros de profundidad. Estos piques fueron construidos durante el siglo XVIII en el período de explotación de la plata en la región de Tarapacá. Hoy quedan 25 piques mineros sin revisar que son de mayor complejidad. En la región no se encuentra la tecnología ni un equipo capacitado para revisar pozos que datan de más de 200 años.

Pique mineros de Huantajaya. En los primeros meses de la desaparición, dos testigos de identidad protegida dieron declaraciones para el programa Informe Especial de TVN, ambos aseguran haber escuchado a familiares de los cuatro ex carabineros confirmar que lo golpearon hasta matarlo y luego lo enterraron en el desierto. A mediados de 2016, la familia se contactó con la agrupación rescatista “Los Topos”. Su encargado, Francisco Lermanda, visitó Iquique y se reunió con las autoridades regionales y familiares de José para estudiar el caso y seguir un plan de acción. Las conversaciones quedaron en nada.

Durante el último período de búsqueda, se utilizó una maquinaria similar a la del rescate de los 33 mineros y los mismos procedimientos de 2001, cuando Policía de Investigaciones comenzaba la búsqueda de las catorce mujeres asesinadas por Julio Pérez Silva y abandonadas en el mismo lugar. A un año y medio de la desaparición de José Vergara, la familia creó una organización de apoyo y acompañamiento para toda víctima de violencia policial: “Justicia y verdad José Vergara”. Por la desaparición de José y por la considerable cantidad de denuncias ante procedimientos irregulares de Carabineros en la I región.

Los cuatro ex carabineros se encuentran en prisión preventiva, a la espera del juicio oral previsto para marzo de 2018. La Fiscalía calificó el actuar de los cuatro ex carabineros con los delitos de secuestro calificado y falsificación y uso malicioso de instrumento público, ambos delitos suman un total de 23 años de cárcel sin poder obtener algún beneficio extra carcelario. Por otro lado, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, califica que el actuar de los ex carabineros reviste el carácter de desaparición forzada de personas contemplado en el artículo N°2 de la Convención Interamericana sobre desaparición forzada de personas.

La defensa de la familia Vergara, conformada por los abogados Enzo Morales y Matías Ramírez, solicitan cadena perpetua para los ex carabineros con el objetivo de que haya una sentencia ejemplificadora.  Los ex uniformados mantienen su pacto de silencio desde el principio de la desaparición forzada de José Vergara. La investigación del caso fue cerrada el 03 de octubre de 2017 quedando 25 piques mineros de mayor profundidad sin revisar. No hay equipos de búsqueda rastreando la zona ni hay nueva información sobre José hasta hoy.

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