Miguel Montecino: La gran fuga, cada uno cavó su propio metro de libertad (+ Video)
Por: Heidi Calderón Sánchez. 29 ene 2018
Miguel Montecino, junto a sus compañeros, cavó un túnel con dedos rotos y cucharas. Muchos dicen que la culpa la tiene el tiempo, que pone viejas las cosas y hasta enfría las pasiones, otros dicen que es la tristeza de lo perdido en el camino lo que mella las fuerzas y acorta las riendas, pero hay quienes parecen inmunes a las ordenanzas del tiempo y los dolores de las pérdidas, quienes siguen arando por encima de los caídos con un afán irreverente que no parece mortal.
Como un canto de cigarra resucitada, también reviven las memorias de los hombres eternos a los que algunos llaman necios, vuelven los hechos para ser contados de otras formas, retomados por los más jóvenes, como sucede con la historia de la gran fuga de 49 reos políticos de la ex Cárcel Pública de Santiago de Chile, en el año 1990.
Recientemente se anunció el rodaje de una película que relata la gesta y tiene como protagonista, desde la ficción, al popular actor chileno Benjamín Vicuña, quien dará vida al líder de la operación, del cual ha dicho al diario El Mercurio que “es un tipo con un grado de compromiso y convicciones políticas y humanas que realmente emociona”.
A 28 años de ocurrida la gesta, el verdadero jefe de la fuga, Miguel Armando Montecino Montecino, quien junto a sus compañeros cavó un túnel con dedos rotos y cucharas, recuerda estos momentos como: “hechos de vida, hechos repletos de esperanza y dignidad”. Se alegra además por la oportunidad de que estos acontecimientos vean nuevamente la luz y decide hablar sobre la acción que conmovió a Chile: la Operación Éxito.
¿Cómo lograron fugarse 49 presos políticos de la entonces Cárcel Pública de Santiago de Chile?
Para un prisionero político, desde el momento de su detención en adelante es un imperativo ético y un deber moral buscar evadirse de las mazmorras del enemigo. Lo han intentado los combatientes de todos los tiempos, y como nosotros no nos considerábamos una excepción, buscamos fugarnos desde que caímos en las manos de los sicarios de Pinochet.
Desde que nos encontrábamos en otra cárcel, la Penitenciaría de Santiago, un pequeño grupo de compañeros pertenecientes al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, iniciamos el plan para salir. No nos resultó por que antes de ejecutarla nos trasladaron a la Cárcel Pública, preparada según el tirano como de alta seguridad para los “presos subversivos”. Llegando a la Cárcel Pública iniciamos la organización y las acciones conducentes para lograr nuestros objetivos en esa prisión.
La iniciamos en los primeros meses del año 1988 entre cuatro compañeros. Manuel Fuenzalida, Luis Belmar, Hugo Nenculeo y yo. Al compás de los requerimientos y exigencia fuimos agregando combatientes. Hasta constituir la columna de 20 compañeros. Los que con su esfuerzo, dedicación, compartimentación y compromiso lograron que el 29 de enero de 1990, fructificara la más grande evasión de presos políticos del país.
Cada uno cavó su propio metro de libertad. Dando uno de los golpes más demoledores al fascismo en el país, puesto que un mes antes el dictador había vociferado que ningún subversivo se le escapaba de sus prisiones. La acción fue llamada por los combatientes “Homenaje a los caídos por la vida y la libertad”, y la gente le apodó “Operación Éxito”, me imagino que por la espectacularidad y la limpieza con que se operó. Independientemente que para la mayoría de los chilenos fue como propinarle un golpe en el hocico a Pinochet y una venganza personal de cada uno.
La gente salió a las calles a celebrar en fiestas populares y verbenas de mucha gente. “Con cuchillos, con cucharas se arrancaron los chiquillos”, era de las más populares consignas gritadas por familiares y amigos de los presos políticos de aquella época. Haciendo referencia a lo rudimentario de las herramientas que utilizamos durante los dos años que estuvimos cavando un túnel de casi 100 metros de largo por 50 centímetros de diámetro. Depositando las 80 toneladas de tierra en el entretecho de la misma cárcel.
La organización la logramos con tres unidades combativas y un mando de 5 compañeros que usaron todo tipo de iniciativas en pos de lograr la mejor y más idónea decisión. Turnos de día y noche con 3 compañeros cavando y 3 en vigilancia, en turno diurnos, 2 en la vigilancia nocturna. Para poner la tierra en el entretecho, trabajaban dos hombres y tres vigilaban. Uno en la celda, otro fuera de ella y otro en vigilancia móvil. Muchos fueron los problemas a solucionar, de la misma manera que las soluciones para esos problemas.
¿Y el día marcado? ¿Cómo sucedió todo?
El día “D” se dividió la columna en 4 unidades. Partiendo por la unidad de vanguardia, que por su tarea estuvo compuesta por 3 compañeros. Encabezada por Manuel Fuenzalida. Este grupo tenía la misión de romper y facilitar la salida de todo el contingente. Ayudado por el grupo de apoyo externo. Comandada por Hugo Nenculeo.
La segunda unidad fue comandada por Ricardo Contreras. La más numerosa, de 11 compañeros. Que tenía la misión de esperar con tranquilidad el momento de salir. Acostados todos en la extensión del túnel. La tercera fue la contención. Comandada por German Alfaro. Que tenía la misión de contener el enemigo en caso de detección de la operación.
La última era el mando, compuesta por 3 compañeros, comandada por mí. La cual cerraba la operación. Tuvimos cinco invitados y una baja. Lamentablemente el compañero Santiago Montenegro, jefe de contrainteligencia de la operación, se enfermara gravemente, causando baja de la fuga a última hora. Cuando se escuchó por el sistema de comunicación la señal “Salmón”, código que significaba la palabra largamente esperada por cada uno de nosotros: Inicio de salida. Todo el grupo inició la partida con suma organización y disciplina en alrededor de 25 minutos.
Otro grupo de presos políticos se dieron cuenta de la evasión y encontraron el túnel, el cual se dejó abierto con la intención de que esto sucediera, y se fugaron horas después. El grupo principal se compuso de 24 compañeros y en el segundo fueron otros 25, de los cuales algunos fueron recapturados en las inmediaciones del lugar.
La operación “Éxito”, fue un verdadero triunfo como sumatoria a los años de lucha contra la dictadura, y fue como la cereza al pastel para el término de la tiranía.
¿Qué significado político tuvo la fuga en aquel momento?
Significó muchas cosas; entre otras, un saludo al término de un régimen oprobioso; que enriqueció a una mínima minoría y empobreció a las grandes mayorías, asesinó a miles de chilenos, exilió a otros tantos, desapareció a miles de los mejores hijos de esa tierra y saqueó como nadie antes al país.
También resultó un saludo a la transición democrática; la que aún dura y no se desarrolla, ni crece, la moribunda camina sin ningún norte. Puesto que los nuevos administradores del neoliberalismo impuesto en Chile, se enamoraron del sistema y lo han desarrollado y amoldado a los nuevos tiempos.
También sirvió para colocar en una cúspide política, el problema de los derechos humanos de aquel momento, la desaparición de chilenos, la tortura, la prisión política y demás temas eludidos por los jerarcas dictatoriales y los cómplices negociadores. Estos temas tuvieron que ser discutidos y ser asumidos como ineludibles para el país y su futuro.
¿Qué importancia le confieres a que sea rescatado este suceso por el cine a casi tres décadas de ocurrida la fuga?
Desde que lo supe me pareció genial que se rememorara esta acción. No como acción de héroes o Rambos protagonistas de una historia, porque eso precisamente no es. Si no para se inicie por fin en Chile; una clara senda que nos lleve a escribir y relatar cómo sucedieron los hechos en contra de la dictadura. Se debe contar la verdad histórica y rememorar la lucha de la mayoría del pueblo en pos de la ansiada libertad. Lucha en la cual murieron muchos compatriotas, desaparecieron otros tantos, y fueron torturados y encarcelados muchos más. Esa misma memoria histórica, debe quedar reflejada de la mejor manera y que mejor que contada en primera persona. Aprovechando que muchos de los que estuvieron en estas operaciones, aún están vivos y prestos a contar su verdad.
Porque el desarrollo del proceso anti dictatorial, lo constituyeron combates de las grandes mayorías contra una casta que a base de un sangriento Golpe de Estado tomó el poder. Ante esa maniobra oprobiosa contra el pueblo, no le dejan a la gente, sino el derecho a rebelarse y no solo el derecho, el pueblo tiene el imperativo moral de hacerlo.
¿Cuáles son los intereses qué, según tú opinión, mueven a los realizadores de la película; la espectacularidad de la fuga o el resaltar la importancia de estos hechos para la historia chilena?
Creo que hay un poco de las dos cosas. Pienso que los realizadores se interesaron en contar la historia por el impacto que causó la acción en la década de los noventa. Porque, además, existe una especie de hambre de la juventud chilena por saber su propia historia reciente, debido a que en la prensa en general y la TV en particular, ha habido algún atisbo de abertura, lo que ha sido aprovechado por algunos sectores más progresistas para insertar estos sucesos de nuestra historia.
Por ende, los realizadores y con gran visión; matan dos pájaros de un tiro. Retrotraen la historia y la presentan al espejo social, por un lado, y por otro hacen eco de los hechos protagonizado por chilenos normales y corrientes, que puestos en un trance histórico, jugaron un papel determinado por la libertad de Chile y su propia libertad.
¿Crees que el ejemplo de ustedes haya influido sobre las nuevas generaciones?
No sé si la operación como tal influyó sobre nuevas generaciones, sin embargo la sumatoria de la lucha total del pueblo, si ha influido en las generaciones actuales. Este film es un ejemplo.
No debemos olvidar que fueron las diferentes y multifacéticas formas de lucha de los chilenos, las que derrotaron a Pinochet, y esas enseñanzas de lucha, de sensibilidad, de compromiso y de esperanza son las que deben ser asumidas por los jóvenes de hoy.
¿La lucha continúa para ti?
Creo que debemos continuar el combate contra todo lo que nos oprime, contra el hambre y lo que no nos deja avanzar hacia días mejores.
Lamentablemente nuestro continente ha sufrido retrocesos en la lucha que nos han dejado en la antesala de los años setentas. Dicho sea de paso, en algunos casos ha sido con golpes de estado disfrazados de desafueros, con argucias legaloides. Entonces aún nos encontramos en la resistencia por la salud y educación gratis, así como en otros países rechazando la privatización de las pensiones, por la restauración de sus tierras y sus derechos, como es el caso de los mapuches en Chile y Argentina.
La lucha no se acaba y quizás nunca lo haga; debemos seguir peleando por la vida, por la esperanza, por el amor y por el futuro. Por nuestra América morena y un mundo, donde las variantes al hambre, a la falta de trabajo y la justicia social sean un patrimonio de todos y para todos. Donde la dignidad y la felicidad se hagan costumbre y podamos lograr que en cada uno de los rincones caminemos todos juntos y con un solo grito libertario. Con los jóvenes encabezando la rebeldía, con su ingenio y arquitectura futurista.
En video, “La gran fuga”
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