Nora Biaggio fue maestra por 33 años. Dice lo que nadie dice. Que cada vez se dictan menos contenidos, se enseña menos. Un vaciamiento pedagógico que no está en la agenda de los principales partidos, oficialismo incluido. Por Claudia Peiró 2 de abril de 2017
El acuerdo es dejar de lado por un momento lo urgente -salarios- para hablar de lo importante -la decadencia de nuestra escuela-; y no porque Nora Biaggio no esté participando del conflicto. Ella integra Suteba -en el que fundó Tribuna Docente dentro la lista Multicolor de ese sindicato- y milita en el PO. Pero es la única que, en el marco del conflicto salarial docente, aprovechó un espacio televisivo para denunciar algo que no parece estar en la preocupación ni de quienes defienden gestiones anteriores, ni de quienes pregonan el "cambio". Los chicos aprenden menos, unos llegan a 7° sin leer correctamente, otros terminan el secundario sin poder interpretar textos, no porque haya paros, sino fundamentalmente porque los programas están deliberadamente empobrecidos, porque la repitencia se solucionó prohibiéndola y dejando pasar de grado incluso al que no "alcanzó los objetivos", porque se pergeñan e imponen métodos de laboratorio que no han probado su eficacia -más bien todo lo contrario-, al punto que, como denuncia Biaggio, las maestras tienen una "carpeta clandestina" para enseñar con el viejo buen método del silabeo, y otra para mostrarle al inspector.
Severa en su diagnóstico, en referencia a la fragmentación de lo que fue un sistema nacional en unos 13 sistemas provinciales diferentes, Biaggio habla de "anti-Nación" y recuerda algo tan elemental como hoy olvidado: que la función de la escuela es "elevar a la niñez y a la juventud a los saberes de la humanidad".
Quienes criticaron la reforma de los años 90 no la han revertido totalmente. En la gestión kirchnerista imperó una pseudo-inclusión sin preocupación alguna por la calidad; ahora, reina el fetichismo tecnológico, la idea -escuchada en un alto despacho del Ministerio de Educación nacional- de que "como hoy el conocimiento está en Internet, al alcance de todos, con instrumentos adecuados cualquiera se lo puede apropiar" (sic)… Pronto se sustituirá la palabra "maestro" por la de "facilitador", en una delirante igualación entre alumno y profesor.
La simulación llega hasta las calificaciones, dice Biaggio, para mostrar buenos resultados….. De todo esto no hablan ni autoridades, ni sindicatos. Salvo de modo esporádico e individual. De esto habló con Infobae esta maestra jubilada tras 33 años de enseñanza en escuelas primarias públicas del conurbano bonaerense, en distritos bien "problemáticos" como Matanza o General Sarmiento, y que todavía se emociona recordando el esfuerzo que las familias muy humildes hacían para enviar a sus hijos "pipí-cucú" a una escuela que les está fallando, que cada vez cumple más deficitariamente su rol de puente de inclusión y promoción social.
— Es la primera vez que escucho a una referente sindical docente hablar de un tema muy preocupante: el vaciamiento de los contenidos pedagógicos. Se habla de otros problemas, también graves, como el deterioro salarial o edilicio, pero no se habla de los programas, de que lo que se enseña es cada vez más pobre. ¿Es así?
— Sí, efectivamente. Aclaro igual que muchos de nosotros estamos pidiendo que en la paritaria nacional se coloque en debate la renacionalización del sistema educativo porque encima hay alrededor de 13 sistemas distintos; o sea que lo que aprende un chico en una provincia no es compatible con lo que aprende en otra y eso de por sí está hablando de la anti-nación en un punto, ¿no? Por lo menos desde un sector reclamamos la paritaria nacional no sólo para discutir el sueldo, sino para nacionalizar un sistema único de educación que permita elevar a la niñez y a la juventud a los saberes de la humanidad, que es nuestra aspiración como docentes y como Estado.
— Este vaciamiento de contenidos no es algo nuevo, viene de hace años. Pero parece que todos los gobiernos, aun de signo opuesto, siguen adelante con esa política.
— Sí. Un hito fundamental es el de la reforma Menem-Decibe [en los 90] donde al igual que en otros lugares del mundo se buscó cambiar completamente las normas y condiciones laborales. Vino un proceso de mercantilización de la educación, por lo tanto era importante establecer pautas que ampliarán el proceso de privatización de la enseñanza que ya existía pero no estaba tan generalizado. Transformar efectivamente a la educación en un negocio. Y como con los ferrocarriles, el teléfono, etcétera, primero hay que destruir el sistema estatal para después justificar esta privatización. El otro problema es la crisis económica, nacional y mundial, con cierre de mercados, fábricas, empresas, queda mucha gente desocupada, por lo tanto ya no es necesario educar al ciudadano como dijera en su momento Sarmiento…
— Como se hizo en Argentina a partir de la ley…
— …1.240, de 1888. Esa Ley 1.420, que establecía una escuela primaria cada 1.500 habitantes y que la educación era estatal, obligatoria, gratuita y laica, hoy está completamente pisoteada porque estamos en un estadio de sostenimiento de la escuela privada, y ya no estamos en un proceso nuevo de educación integral de los niños y jóvenes sino en una especie de asistencialismo educativo o aplastamiento educativo en el que se enseñan rudimentos y no excelencia. Para qué voy a gastar esfuerzo en formar a miles y miles que después no van a tener puestos de trabajo. Y avanza esta mercantilización -posgrados arancelados, un montón de universidades e institutos que aparecen dando títulos, vinculados a los dirigentes sindicales o a personeros políticos. Queremos esa escuela de m’hijo el doctor, porque la escuela es la única herramienta que una persona sin recursos le puede dar a sus hijos
— ¿En qué forma la Ley Federal de los 90 empobrecía los contenidos?
— En primaria se dejaba de lado en matemática la teoría de conjuntos que es muy útil para el tránsito del pensamiento concreto, de un chico de jardín o primer grado, al pensamiento abstracto. Tiene una gradualidad que hace que a partir de la experiencia de visualizar y tocar va llegando al simbolismo, al pensamiento abstracto. El número, los signos y las operaciones son símbolos, pero que antes tienen un sustento concreto. En el cerebro el pensamiento abstracto se logra después de haber asimilado la experiencia concreta. Esto es lo que se vulnera, porque se pasa a una matemática donde no se analiza, no se llega a la comprensión del símbolo a partir de la experiencia concreta y del análisis del número. Ya no aparece más unidad, decena y centena, el ordenamiento de las cuentas. Esas cosas simples. Y esto fue un golpe muy grande porque hay pibes que pueden asimilar y sacar conclusiones porque tienen buena alimentación, una familia estructurada, etcétera, pero la inmensa mayoría de los chicos de las zonas más desposeídas, no. Y las familias empiezan a sentir que la escuela no es para ellos. Es una cosa impresionante. Ya no tienen ese sentimiento de "lo mando a la escuela porque a lo mejor mi hijo termina siendo doctor". Nosotros si queremos esa escuela de m'hijo el doctor, porque la escuela es la única herramienta, lo único que una persona desfavorecida le puede dar a sus hijos. Y ese pensamiento tan elemental que es que el chico acceda a la escuela para aprender y después desempeñarse hoy no está garantizado. Esto se empezó a perder fuertemente desde el menemismo y continúa hasta la fecha.
— Lo que pasa en matemáticas, se da también en lectura, ¿no?
— Claro, porque se afirma que el chico llega a la escuela con un bagaje que hay que respetar y no corregir. Para colmo la clave de la clave de la formación de cualquier ser humano es la tierna infancia. Es lo que marca para el resto. Entonces, en Lengua cuando no se utilizan métodos que sirven, por ejemplo palabras generadoras, y en cambio te dicen que hay que ponerle carita feliz a cualquier cosita que hace el nene, decirle que está todo bien, todo bien, entonces nunca se corrige lo que haya asimilado mal. Esto se transformó en palabra mayor y cualquiera que trabajara con palabra generadora o con métodos de tipo conductistas, para ir ordenando el pensamiento, era mal visto.
— Aclaremos que palabra generadora es el método clásico. Mamá, papá…
— Ma, me, mi, mo, mu, pa, pe, pi, po, pu, la P con la A PA. Eso que…
— ¿Eso está prohibido hoy?
— Claro. Está mal visto. Si una docente presenta su planificación y su carpeta de clase con ese método es observada, por eso muchísimas compañeras, creo que la inmensa mayoría, tienen una carpeta que yo llamo clandestina, la que de verdad se usa, y otra que muestran.
Dicen que no se puede memorizar las tablas o poesías porque es ‘agraviante’, esquemático
— Sobre la primera infancia: lo que uno asimila cuando tiene 6 años es impresionante, en comparación con el adulto al que le cuesta mucho más memorizar.
— Seguro. Hablando de memorizar, la famosa memorización de las tablas, o de poesías y demás, no, porque es agraviante, es esquemático, pero la memoria es algo que se desarrolla y que se ejercita. Entonces empiezan a cortar aspectos de la formación de los chicos. Y he llegado a tener pibes de 7° grado, con los que tenía que volver a trabajar con el silabeo, con el cartoncito con el dibujito de las letras mayúsculas, minúsculas, porque en el mejor de los casos aprendían hasta la P, de P en adelante no sabían distinguir una letra. Entonces, nadie puede leer, analizar un texto, criticar.
— ¿En 7° tenía que enseñar a leer y a escribir?
— Nuevamente. Como sigue pasando ahora. Pero no tiene que ver no con el docente sino con cómo…
Se abolió la gramática estructural y la matemática de conjunto
— Con el sistema.
— Lógico. Se abolió la gramática estructural, la matemática de conjuntos y… La gramática estructural explica que para comunicarnos hay un orden de palabras. Una lógica. Que, de acuerdo a dónde ponga la palabra, lo que estoy comunicando tiene un significado, en esa gran construcción social que es la lengua, la comunicación, lo que nos hace ser quiénes somos los seres humanos. Y eso es lo que está totalmente rudimentado. Sin entrar en el terreno de la otra situación que tenemos: si hubieran empezado las clases, un montón de escuelas no habrían podido hacerlo porque no están en condiciones, hay escuelas en distritos superpoblados donde los chicos…
— ¿Hablamos de la infraestructura y la distribución de los docentes?
— Claro. A nadie le preocupa, ni a la señora Vidal, ni a Macri, a nadie, que haya escuelas con jornadas reducidas porque no caben todos los pibes.
— ¿Se hacen más turnos?
— Se dice: tal día les toca a tales chicos, tal día a tales otros.
— ¿Eso sucede en la provincia de Buenos Aires?
— En este momento.
— ¿En el Gran Buenos Aires por ejemplo?
— Sí, en este momento. No es de ahora, ya venía sucediendo, pero no se ha resuelto.
— Una consecuencia de estos métodos "modernos" es que el chico termina primer grado sin haber aprendido a leer y escribir. Entonces la solución fue…
— Dejarlo pasar de grado.
Se han vivido situaciones bochornosas donde directores cambiaban las notas para que no los calificaran mal a ellos
— En 2012 se decidió prohibir la repitencia en 1er grado.
— Sí. Y los docentes que en primaria o en secundaria tenían índices de fracaso, eran cuestionados y se han vivido situaciones bochornosas donde directores cambiaban las calificaciones para que se no les bajara la nota a ellos mismos o al docente, porque a todos nosotros nos califican, a fin de año hay una nota muy importante que se la toma en cuenta para ascensos y concursos. Entonces, si alguien discrepa, choca con el sistema, le van a poner una nota baja en la inspección. Eso de no repetir para no estigmatizar no es la respuesta adecuada para las dificultades de aprendizaje. Tengo que parar la pelota y decir, si tengo años de desocupación y mala nutrición, pero sé que el cerebro tiene capacidad de restauración y de estructurar el pensamiento en otras áreas, aunque hayan sido dañadas, eso lo conocemos, lo hemos investigado, cómo hago, a través de pequeños grupos, con docentes de apoyo al proceso de aprendizaje, para que ese pibe despegue. Esa tarea, que no la ve Vidal, no la ve Macri, no la vio Cristina, no la vio Scioli, que es la tarea meticulosa de lograr que el chico salga adelante, exige de muchos métodos. Y exige de una escuela estructurada de otro modo para que, en el desastre de falta de trabajo y de miseria salarial general, la escuela sea la que permita dignificar a la persona por lo menos accediendo al conocimiento.
— Hay además una descalificación del rol docente en el concepto de que éste no es más transmisor de un conocimiento, sino sólo alguien que está ahí para "facilitar", porque el chico aprende solo.
— Sí. Y para contener. Además porque la formación en los profesorados ha bajado de una manera… Dicen que hay miles de profesorados acá, pero en vez de preocuparse por esa proliferación deberían preocuparse por lo que se está enseñando. ¿Se forman los profesores nuevos en el espíritu crítico? ¿O los tienen todos como si fuera una escuela secundaria adaptados a lo que enseñan los profesores? Y en la medida que no se forma en el espíritu crítico, luego el que está en el profesorado aplasta lógicamente al chico, ya que le dicen que el chico tiene que pasar igual. Entonces con qué ánimo va un docente a trabajar. Volviendo a la reforma Menem-Decibe, antes había una materia en la secundaria que se llamaba Técnicas de Estudio Dirigido, una materia extraordinaria para educar en el análisis de los textos y en sacar conclusiones críticas, tener un sistema de estudio. El chico aprendía a estudiar. Se suprimió. Después vino el achicamiento de los contenidos en primaria y la primarización de la secundaria. Se pasaba a un 8° grado, que era el anterior 1er año, y de 11 materias de 1er año, como mínimo, se pasó a cuatro. Le pusiste el guardapolvo al pibe y lo metiste en una primaria.
— O sea, se primarizó ese ciclo intermedio.
— Claro. Eso produjo un estrago tan grande que… bueno, se constató el fracaso en la universidad, pero tampoco el egresado servía para las necesidades de contratación de la fábrica o la empresa moderna, porque era un iletrado prácticamente. Tanto fue así que el kirchnerismo, por reclamo de los sectores empresarios, tuvo que volver a instituir la escuela industrial, que se había abolido, y volver a colocar 1er año, aunque con un criterio bastante lábil porque junto con eso transformaron los planes FiNes, que eran para que terminara la secundaria el que debía 2 ó 3 materias y terminó siendo una secundaria exprés…
— Paralela, degradada.
— Degradada, con manuales y contenidos de primaria, engañando al adulto, al joven, produciendo un vaciamiento de la escuela secundaria de adultos…
El plan Fines es la ficción de la inclusión
— El PRO, que en la oposición criticaba el plan Fines, llegó al gobierno y lo prorrogó.
— Claro, porque es la ficción de la inclusión. El chico al que le dicen andá a una escuela secundaria de adultos con 4 horas por día de clases, de lunes a viernes, con concurrencia obligatoria, o a una que tiene clase 2 veces por semana…
— …y en la Unidad Básica.
— …sí, o dónde sea, que después te doy un título secundario que te va a servir. ¿Qué agarra la gente? Agarra eso. Y yo he escuchado defender el FiNes diciendo: "no, tal ingresó en la universidad", realmente no sé cómo puede ser, porque un ingreso a la universidad no lo pasa alguien con esa formación. O irán a esas universidades que proliferaron por todos lados, dónde hay que ver qué termina pasando. Pero volviendo a esto del empobrecimiento de los programas, tenemos: supresión de materias, achicamiento de los contenidos, obligación de que pasen de grado y de año. Con el argumento de la inclusión, se dice que no hay que tener escuelas especiales, sino incorporar a esos chicos a la escuela común
— O sea, una inclusión falsa, porque no dan herramientas para avanzar.
— Seguro. Y es tan grande el negocio que en educación especial, una rama todo el tiempo atacada por esta mercantilización de la educación, esta rama, para niños con problemas, dificultades motoras, sordos, etcétera, de características especiales como se los llama, a estas escuelas tan importantes con profesores especialmente formados, han tratado de abolirlas los sucesivos gobiernos. Con el argumento de la inclusión, se dice que no hay que tener escuelas especiales, sino incorporar a esos chicos a la escuela común. Lo cual es un desastre, porque puede haber algunos pibes que yendo a la escuela especial hagan paralelamente un proceso de integración en la común, pero hay otros que te destrozan un aula y se desorganiza la clase común. No es tan fácil la integración de un niño con discapacidad; por algo existe una formación específica.
— Es demagogia eso.
— Destruís la primaria común y destruís la escuela especial. Ahora hay luchas de los compañeros de las escuelas especiales porque están cerrando ciclos enteros porque no es rentable; el que tiene plata y tiene un nene discapacitado que pague una escuela privada. Esa es la idea. Y empiezan a proliferar. Después te hablan de escuela privada versus estatal.
— Ahora, si los sindicatos hicieran una marcha, una carpa o lo que fuese, nada más que por este tema, para recuperar la excelencia educativa, ¿no sería impactante? Porque esto de que la escuela cada vez enseña menos, que los chicos están cada vez menos preparados, lo vive todo el mundo.
— Seguro. Cuando se hizo el proceso de transferencia de las escuelas nacionales a las provincias, en los años 90, antes de la reforma, hubo luchas impresionantes contra esta transferencia que implicaba que el Estado nacional se deshacía de los sistemas de educación. Ahí se producen diferencias muy grandes porque un sector del sindicalismo termina levantando las luchas y otros las seguimos. Luego vino lo de la Ley Federal de Educación que salió en conjunto entre CTERA, la Iglesia, etcétera. Una ley que establece en su articulado que el Estado se hace cargo de las escuelas de gestión privada. Y a partir de ahí junto con este achicamiento de contenidos y derrumbe de la escuela pública se propicia la privada. Yo señalo mucho lo de Menem-Decibe, pero el kirchnerismo lo continuó manteniendo en la nueva Ley Nacional de Educación el sostenimiento de la escuela privada.
— Hay una continuidad.
— Sí, Cristina Kirchner lo dijo veinte mil veces, que el docente es una persona muy cómoda, cuatro meses de vacaciones, cuando el ciclo lectivo termina en diciembre y empieza en febrero. Y hay que estar en la escuela. Cuando se ven las aulas arregladas, pintadas, el docente dedicó a eso parte de sus vacaciones. Nada puede reemplazar a la escuela; y nada puede reemplazar la renacionalización del sistema educativo
— Otra moda es el fetichismo tecnológico. Se dice que el alumno con la laptop o el teléfono puede acceder a internet y tiene todo el conocimiento a su disposición. Aprende solo.
— Primero, que todo sistema tecnológico está inficionado de propagandas y de estímulos para cualquier lado. Hay que tener mucho cuidado. Hay miles de ejemplos de manipulaciones con las criaturas desde el ciberespacio. Abuso, acoso… Y conocimientos falsos o distorsionados. Y no nos engañemos, porque el chico con el celular no está mirando la Enciclopedia Británica, está disperso… Nada puede reemplazar a la escuela, nada puede reemplazar la renacionalización del sistema educativo con contenidos discutidos por los docentes. Acá el problema es cómo todo lo que sabe la humanidad les llega a los niños desde el jardín hasta la universidad. Y cómo la escuela primaria y secundaria tiene un carácter integral porque el chico tiene que acceder al conocimiento de conjunto para luego elegir. Y a lo mejor la elección la hace a los 18 años. Mientras tanto tiene que haber una escuela de doble jornada para todos… Hablamos de internet, pero no hay una materia de informática. ¿Por qué informática no es parte de la formación docente? Además, los pobres docentes a veces tienen que usar los teléfonos de los chicos para lograr las conexiones que no hay en las escuelas. Si una escuela no tiene baño, ni electricidad, ni agua potable, tampoco va a tener internet.
— Claro.
— Cuando estaba embarazada de mi hija más chica, yo trabajaba en la Villa Mitre. Para entrar a mi aula tenía que correr un banco, con la cola limpiaba el pizarrón y la panza se las pasaba por la cara a los pibes. Pero en esa época trabajábamos en investigación, en equipo, en exposición de las clases, en que el chico pudiera explicar lo que aprendió, en medio de la Villa Mitre. Y todavía me encuentro con gente que terminó la universidad. También trabajé en William Morris, la zona a orillas del Reconquista, en la misma situación. Y vi a los que habían sido mis alumnos llevando a sus hijos a la escuela. La gente sabía que ahí al chico se lo atendía y se lo valoraba. Ahí no se retaba ni al padre ni a la madre por la situación de desorganización que viviera el chico sino que se lo trataba de integrar al desarrollo educativo como hacen tantos maestros hoy en día.
— Gracias por esta pausa en medio del conflicto para hablar de esto tan importante.
— A veces es desgarrante. Porque no hay derecho a lo que se hace con los pibes, el engaño y el maltrato. El pibe hoy molesta. Molesta porque el chico tiene que pasar y si no pasa tengo un problema. Se quiebra todo. Sugiero que vayan a las escuelas primarias y vean cómo trabajan los docentes. Yo me jubilé en 2005, pero siempre recorro. Y no dejo de asombrarme al ver a esas criaturas con las colitas, todas adornadas, y la madre vive en la miseria más grande pero manda a la pibita toda pipí cucú…
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