lunes, 2 de enero de 2017

Alberto Bachelet: Cómo el expediente judicial reconstruye la muerte del general Fach


Alberto Bachelet: Cómo el expediente judicial 
reconstruye la muerte del general Fach

Cómo fue arrestado; los vejámenes a manos de quienes fueran sus subordinados; las contradicciones del caso por su tortura y muerte y los pasos que daría el ministro en visita de la causa, Mario Carroza. Los testimonios relacionados con el general (r) Fernando Matthei: La próxima semana el magistrado podría reabrir la causa para eventuales careos.
por: René González R. 08 de junio de 2013

Las declaraciones de Matthei y por qué el juez se inclina por no procesarlo

Tres veces declaró Matthei en la causa por la muerte de Bachelet (ante policías y el magistrado) y todo indica que volverá a pisar las oficinas del ministro Carroza , a pesar de que este último decretó el cierre de la etapa indagatoria, sometiendo a proceso sólo a Ramón Cáceres Jorquera y Edgar Benjamín Ceballos Jones, por los delitos de "tortura con resultado de muerte". Y es que fuentes cercanas al caso señalaron a «La Segunda Sábado» que el juez acogería parcialmente un recurso presentado por el abogado de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Eduardo Contreras, quien pidió que el alto oficial (r) sea careado con testigos. Sin embargo, las mismas fuentes indican que por el momento el magistrado se inclina por no someter a proceso al ex comandante en jefe de la Fach, por considerar que en la Academia de Guerra Aérea había dos mandos paralelos : la administración de la Fiscalía, a cargo de un general y de un coronel -los fallecidos fiscales Orlando Gutiérrez Brazo y Horacio Otaíza López , respectivamente- y la administración de la seguridad de las instalaciones. 
Así, los fiscales y no Matthei, habrían tenido bajo su mando al grupo de interrogadores que aplicó tormentos (en otra causa hay condenas ejecutoriadas por torturas). El proceso "judicial" de la AGA además tenía un veedor directo: el comandante en jefe de la Fach, general Gustavo Leigh, comisionó al hoy coronel (r) Sergio Lizasoaín Mitrano para que le informara directamente de "los nombres de los detenidos y el grado de participación en el marxismo" , según declaró el ex delegado. 
A Matthei sólo le habría correspondido la administración del cocinero, estafetas y similares y la guardia externa del recinto y dice que no pudo influir en el desenlace de la historia, porque no estaba al momento de los principales hechos del caso, pues llegó al país recién en enero de 1974, proveniente desde Gran Bretaña (Bachelet cayó el 11 de septiembre del 73, pasando por Colina, el AGA, arresto domiciliario, el Hospital Fach y la Cárcel Pública antes de que llegara Matthei) y también se ausentó en los días previos y posteriores a la muerte del general, pues debió volver a Inglaterra a solucionar un problema por 15 días. Afirma que mientras estaba en Chile se habría dedicado a su labor como encargado de la Dirección de Planificación del Estado Mayor de la Fach.
Testimonios en su contra El ex cabo primero, Sergio José Lontano Truneo (hoy en Inglaterra), renunció a la Fach cuando supo que estaban tirando cuerpos al mar. Fue arrestado, hecho prisionero en la Cárcel Pública y torturado en la Academia de Guerra Aérea. Su testimonio es uno de los tres, que en el proceso del ministro en visita Mario Carroza , apuntan a una supuesta implicancia en atropellos contra los derechos humanos del padre de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, el entonces coronel y ahora ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea, General Fernando Matthei .
Visiones tras la capucha Según Lontano, "a comienzos de abril de 1974 fui trasladado al AGA. Aunque parcialmente vendado, observé al coronel Matthei caminar silenciosamente... con zapatillas blancas, acompañado de un subteniente apodado el Loquillo (Fernando Contreras Mejías). Matthei parecía indicar con el dedo a varios prisioneros vueltos hacia la pared. El Loquillo comenzaba entonces a golpear a los prisioneros ... fui golpeado... debido a que Matthei me vio mover la cabeza ", concluyó. También asegura haberlo visto en la AGA Carmen Gloria Díaz Rodríguez (MIR): " Vestía de civil con zapatillas ". El general (r) además cuenta con un oficial (r) entre sus detractores: el capitán Jaime Donoso Parra . "En una oportunidad, cuando me trasladaban encapuchado hasta la AGA , logré advertir la presencia del entonces coronel Fernando Matthei, quien dirigía de manera activa la separación de las personas que nos encontrábamos allí, para así comenzar con dichos interrogatorios ... las capuchas eran muy delgadas".
"Me enteré que estaba detenido" No obstante, Matthei realizó un mea culpa a lo largo del caso. Resumimos: "En el tiempo que fui director de la AGA me enteré de que el general Bachelet estaba detenido en ese recinto, pero a pesar de la amistad que nos unía , no podía tener contacto con él... Pregunté al propio Otaíza cuál era el trato que se les proporcionaba a los detenidos, y me contestó con que se les aplicaban apremios ... Supe que los detenidos eran sometidos a apremios, además por comentario escuchado de mi mecánico Hunter, quien tenía un hermano mirista y fue detenido por ello, relatándome brevemente los tratos a los cuales se le sometió en la AGA ... Respecto de si representé estos hechos a la Comandancia en Jefe de la institución, debo responder que no lo hice... reconozco no haber hecho lo suficiente, ni intenté hacer algo por la situación del general Bachelet" . "Si representé estos hechos (apremios) a la Comandancia en Jefe de la institución, debo responder que no lo hice... reconozco no haber hecho lo suficiente, ni intenté hacer algo por la situación del general Bachelet". 

Aunque podría ser reabierto la próxima semana para carear al ex comandante en jefe de la Fach, Fernando Matthei, con testigos de la causa, el caso por las torturas con resultado de muerte del general Fach Alberto Bachelet -padre de la candidata de la Concertación- fue cerrado hace dos semanas por el ministro en visita Mario Carroza. +«La Segunda Sábado» accedió al contenido total del expediente, el que revela a lo largo de sus más de 2.000 páginas la vida de quien estuviese a cargo del abastecimiento de bienes básicos durante el gobierno de Salvador Allende, a través de la Secretaría General de Distribución. Una responsabilidad que hizo que algunos oficiales -ya antes del 11 de septiembre de 1973- pidieran a sus subalternos no rendirle honores por "upeliento".

En ese clima, subalternos le habrían enterrado objetos en las uñas; vendado; pateado; le hicieron pasar sed y hambre. Parte de las narraciones corresponden a testimonios que él dejó por escrito y verbalmente con sus compañeros de infortunio. Hoy la causa tiene sólo a dos procesados por "torturas con resultado de muerte": los entonces comandantes Edgar Ceballos Jones y Ramón Cáceres Jorquera, aunque la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos va por más (ver nota relacionada sobre Matthei).

A patadas por las escaleras

Si en algo coinciden víctimas y posibles victimarios, es que Alberto Bachelet era empático; deportista; de carácter fuerte y débil de salud, pues corría con un par de ataques cardiacos a cuestas.

Enfermo, continuaba sus labores, que, por encargo de Allende, más tenían que ver con apoyo a la administración de la UP, que con el desarrollo de la Fach.

A cargo de la sensible área de abastecimiento, tenía contactos con líderes de la izquierda, sin que nadie señale que fuese parte de un Plan Z o algo semejante, que luego fue "investigado" por la Fiscalía Militar Aérea. Sí, como muchos en la época, vendió dólares en el mercado negro, para una operación menor.

El 11 se presentó a su puesto en Defensa, a pesar de no estar en la conjura. Ahí fue arrestado por su compañero de curso y que a la postre lo enjuiciaría, el general Orlando Gutiérrez, secundado por el procesado Ceballos. Aunque este último niega cualquier trato humillante, una de las ex secretarias de Bachelet, Myriam Heilig Pérez, relató que el chofer del general le confidenció que "fue bajado a patadas por las escaleras del ministerio hasta el subterráneo". Su esposa, Angela Jeria, recuerda que llegó a casa habiendo renunciado "por la forma en que fue vejado".

Detenido y con 7 kilos menos. El 14 de septiembre lo arrestaron de nuevo y fue llevado al Regimiento Antiaéreo de Colina, del cual el comandante de grupo (r) de la Fach, también detenido, Ernesto Galaz, dijo que daba "un trato muy deferente".

Pero luego, junto a Bachelet fue trasladado el 20 de septiembre a la Academia de Guerra Aérea (AGA), donde "se nos dio el trato que era de un torturador. Bachelet sufrió el mismo trato: antes de entrar (a declarar a la Fiscalía de Aviación en el AGA por el proceso de "traición a la patria") hubo una sesión de ablandamiento , que consistió en golpes, ponernos con las manos apoyadas en la pared y semiflectados con bayonetas bajo el cuerpo". Con la capucha le perdió el rastro al general, pero relata que "durante el interrogatorio ante el fiscal fuimos nuevamente torturados. Nos enterraban un objeto en las uñas y nos levantaron con cordeles por los testículos".

A través de un escrito que dejó a su abogado Alfredo Etcheberry , el padre de la candidata recordó: "Cuando alguien pedía agua, se le decía que no había y se echaba a correr un grifo... cuando el dolor de espalda era insoportable, las manos eran amarradas adelante, pero por arriba, en un poste metálico". Su esposa, Angela Jeria, lo vio regresar a mediados de octubre con 7 kilos menos.

Así inició un periodo de arresto domiciliario, pero todo cambió por motivos poco claros: su mujer dice que pidió permiso para asistir a un matrimonio a Talca, donde la conversación con terratenientes se tornó desagradable cuando se refirió a las torturas que padeció. Cree que lo habrían acusado.

Según el procesado coronel (r) Ramón Cáceres Jorquera, el mismo general que le dio el "beneficio" del arresto domiciliario se lo encontró frente a frente en un supermercado del "barrio alto" y revocó la medida el 18 de diciembre de 1973, fecha a partir de la cual Bachelet permaneció en la Cárcel Pública.

Los crueles "repasos"  Fue acomodado en la galería 2, destinada a unos 60 "prisioneros políticos" de la Fach y en la celda número 12, la que compartía con otros oficiales. De ahí, era sacado de tanto en tanto con destino a la AGA para ser "repasado ".

"Iban a buscar regularmente a detenidos (y cuando les avisaban que pasarían por ellos) se ponían muy nerviosos y asustados . Siempre llegaban con hambre... Manifestaban que los golpeaban", recuerda el ex gendarme Daniel Soto Sepúlveda .

¿Qué tan malo era ir a la AGA? El coronel (r) Pedro Guerrero Rojas dice que allí fue electrocutado, colgado y golpeado: "Lo más fuerte que viví fue cuando me introdujeron dos palos con filo en ambos canales auditivos , reventándome el tímpano derecho, mientras que (en el lado) izquierdo los huesos interiores debieron ser reconstruidos en Alemania".

Gran parte de los torturados vieron por accidente o escucharon a Ceballos y Cáceres , aunque los aludidos niegan los malos tratos y hasta señalan que se les daba la misma comida que a los oficiales que trabajaban en el lugar . Otros presentes en la fiscalía, como el hoy coronel (r) Sergio Lizasoaín, sostienen que " ellos tenían derecho a tener un abogado presente "; el encargado de seguridad, Víctor Mattig, habla de que hasta " algunos se repetían el plato " y en otro proceso por torturas, el ex fiscal ya fallecido, Orlando Gutiérrez , indicó que los únicos apremios fueron desnudar a los detenidos y aplicarle unas gotas de éter , que al evaporarse rápido producían la "sensación" de estar siendo quemados, pero que " en realidad es sólo una sensación ".

El ex fiscal reconoció que los detenidos eran interrogados previamente por oficiales "sin mi presencia" y que se los llevaban con los escritos ya hechos. Se limitaban a ratificar "confesiones de que tenían planeado un movimiento para reafirmar el gobierno de Allende y que tenían planificado matar personas".

Bachelet desesperado  Unos dicen que Bachelet no fue tan torturado y que tenía una pieza aparte en el 2º piso del AGA. Pero lo cierto es que el doctor Alvaro Yáñez recuerda que estando en la Cárcel, el día antes de morir, fue notificado de que lo llevarían a un repaso, "noticia que le impactó de tal manera, que le provocó un estado de ansiedad y desesperación".

Para trasladarlo a la Academia lo fue a buscar el hoy comandante de escuadrilla (r) Sergio Fernando Contreras Mejías , quien dice que "el día antes de su muerte" concurrió antes del mediodía y que el interrogatorio duró sólo 20 minutos, sin tormentos". Curiosamente, esa diligencia no quedó en el libro de Gendarmería y los demás presos relatan que en realidad volvió a medianoche.

Las versiones de su muerte A su regreso, el suboficial Gustavo Lastra Saavedra dice que desde la celda 14 le gritaron a la 12, preguntándole cómo le había ido "y nos respondió que venía mal, pero utilizando una frase más popular". Su compañero de celda, capitán Jorge Silva Ortiz, asegura que "antes de proceder al descanso, estando acostado uno junto al otro, me narra que las personas que habían sido interrogadores ese día y que le propinaron las agresiones fueron Ceballos y Cáceres".

Pero lo que más le habría dolido es que encapuchado se lo mantuvo horas de pie, mientras una mujer gritaba al ser torturada: le preguntaban por él. "Me comentó que le afectó mucho, que se sentía muy mal y que su pulso estaba un tanto alterado", dice Yáñez. Poco después, el capitán (r) Carlos Carbacho Astorga indica que "estaba al lado de él, instante en que lavaba algunos vasos y platos y me señala que se sentía muy mal, cayendo desmayado".

Existe también una versión minoritaria respecto de que jugaba básquetbol cuando se produjo el ataque. Incluso el doctor Fach, Wladimir Rosales Barrueta, se aventuró a decir que "tengo la sensación que el general quería morir", por la forma en que practicaba deporte. Fue atendido por sus compañeros, hubo quejas por la lentitud de Gendarmería, pero tampoco estaban los medios. En la galería 2 de la cárcel, el 12 de octubre de 1974, el padre de la ex Presidenta moría.
El día antes de morir fue obligado a escuchar las torturas de su ex secretaria. Tres secretarias tenía el general Alberto Bachelet hasta el 11 de septiembre de 1973 y los lamentos de una de ellas le habrían roto el corazón y precipitado su muerte.

Tras ser sacado el 11 de marzo de 1974 de la cárcel y llevado a la Academia de Guerra Aérea (AGA), volvió abatido, en gran parte, porque mientras estaba encapuchado sentía los sollozos y los gritos de desesperación de una mujer a la que torturaban a metros de él , preguntándole por detalles de su vida laboral y de sus nexos políticos.

Todas las consultas a ella estaban relacionadas con Bachelet, quien inmovilizado y encapuchado nada podía hacer. Fue tal el estrés emocional y el maltrato físico, que al día siguiente murió de un ataque al corazón. Al menos así lo indican los peritajes realizados por el Servicio Médico Legal.

La solicitud que la hundió En sus indagaciones, el ministro Mario Carroza habría dado con la identidad de la misteriosa víctima: Georgina del Carmen Manquián Grandón , la secretaria encargada de las tareas más complejas que el alto uniformado tenía en la Dirección de Contabilidad, durante el gobierno del Presidente Salvador Allende.

La ex funcionaria comenzó a laborar junto a Bachelet el 1 de abril de 1972 y continuó con sus labores después de la detención del militar. "Trabajé en forma normal hasta principios de enero de 1974, momento en que fui detenida en las mismas dependencias de mi trabajo por un capitán que no conocía, diciéndome que tenía que ir a declarar a la AGA".

Aunque sus otros subalternos también fueron a declarar en la Academia, el trato con ella fue especialmente duro. Quizás ello fue así porque el propio general habría pedido que durante su reclusión pudiese ser visitado por quien consideraba como su amiga , al menos según uno de los presuntos vejadores del oficial, el coronel (r) Ramón Cáceres Jorquera .

Cuando él estuvo en la cárcel y en el hospital, " solicitó como favor especial a los fiscales una autorización escrita a nombre de su amiga Carmen Manquián para que lo visitara ", declaró Cáceres.

"Tengo secuelas sicológicas y físicas, que me impiden caminar en forma normal"

Pero la mujer no pudo verlo más: "Estuve en ese lugar (AGA) durante tres días, donde se me preguntaban por las actividades del Sr. Bachelet. Me dejaron en libertad, pero después de unos dos o tres días me detuvieron nuevamente". A su casa llegó una patrulla de noche y comenzó lo peor .

"Fui encapuchada y esposada inmediatamente. Estuve detenida más de un mes, tiempo en el cual fui brutalmente torturada física y sicológicamente. Me colocaban corriente eléctrica en los genitales y en los pechos, me amarraban con un palo en la espalda, por lo cual hasta el día de hoy tengo secuelas sicológicas y físicas, que me impiden caminar en forma normal ", confidenció al ministro. Los maltratos además coincidían con el anochecer. "Las preguntas eran todas dirigidas sobre las actividades que realizaba el general Bachelet, incluso mientras me torturaban me decían que el general estaba afuera de la puerta escuchando todo y se reía de lo que decía ".
El alto oficial no reía y no estaba tampoco presente, al menos hasta la última vez que pisó el AGA en la víspera de su muerte. Cuando hace poco Carmen se enteró de que su ex jefe se había desesperado al escuchar los gemidos "de una mujer" pensó inmediatamente que era ella. "Estoy casi segura de que esa mujer era yo" , sentenció la ex funcionaria, a quien hoy se la puede ver caminando con dificultad cerca de su residencia en los alrededores del Estadio Español, en Las Condes. La misma a la que forzaron firmar un papel, señalando que jamás fue torturada .
¿Simulando demencia? La defensa de uno de los principales sospechosos por las torturas con resultado de muerte en contra del general Bachelet, Edgar Ceballos Jones, presentó exámenes de profesionales del SML con los que se pretende señalar que el oficial en retiro padece de demencia vascular, lo que le imposibilita enfrentar a la justicia.

Sin embargo, peritajes conducidos por otros especialistas del mismo Médico Legal, solicitados por el juez, concluyen que "no presenta sicosis ni demencia, posee una inteligencia normal y simula patología cognitiva". Otro similar agrega que " el examinado está simulando un cuadro de deterioro orgánico".

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