martes, 26 de julio de 2016

Los 25 minutos que terminaron con la vida de Miguel Enríquez

Informes infográficos de la PDI detallaron las versiones del tiroteo ocurrido en 1974. Hoy, el juez Carroza dirigirá la reconstitución de escena en la casa ubicada en San Miguel.
Andrés López  26 de julio del 2016 

De 20 a 25 minutos. Ese fue el lapso que duró el tiroteo entre agentes de la Dina y el líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez. Así lo detallan tres informes infográficos realizados por el Laboratorio de Criminalística de la PDI que reproducen los testimonios de lo ocurrido en la comuna de San Miguel, donde estaba ubicada la casa de calle Santa Fe 725, lugar en que fue abatido el padre de Marco Enríquez-Ominami, quien recibió 10 tiros en su cuerpo y el rostro el 5 de octubre de 1974. Se trata del interrogatorio realizado al ex miembro de la Dina, brigadier en retiro Miguel Krassnoff, quien detalló la dinámica del tiroteo en las afueras del inmueble; el chofer del vehículo que llevaba los agentes que también relató el incidente, Rodolfo Concha Rodríguez; y la entonces pareja de Enríquez, Carmen Castillo, que relató los últimos minutos del mirista. Ellos y otras tres personas estarán hoy en la reconstitución de escena del caso que aún no tiene ningún procesado. La diligencia, que partirá a las 9.00, estará a cargo del juez Mario Carroza y efectivos de la PDI, quienes entregarán sus conclusiones posteriormente.

En el análisis, Krassnoff indicó que durante unos patrullajes, cerca de las 13.30, supuestamente unos niños menores le había señalado el domicilio donde estaba Enríquez y se estacionó junto los otros agentes, entre los cuáles estaba Marcelo Moren Brito y Osvaldo Romo, y se dirigió al inmueble. Cuando llegó al frente del domicilio, según su versión, comenzaron los disparos y se tiró al piso. Luego se arrastró hasta una entrada de autos y trató de dispararle a dos cilindros de gas dentro de la casa, pero se quedó sin municiones. Tras pedir más balas y un fusil AK-47, “me gritan que tenga cuidado, haciendo presente que había una persona encima del techo del inmueble, portando un arma de alto poder explosivo”, la que en informe se indica que sería parecido a un lanzacohetes.

Mientras esto ocurría, al interior del recinto, Enríquez, Castillo y otras dos personas disparaban hacia afuera. En un momento, señaló Castillo en su declaración, el líder del MIR va a una de las piezas a buscar un bolso y ella toma una metralleta tipo “Scorpio” y comienza a disparar. Luego, ambos van al salón y cuando Enríquez llega al patio lateral poniente hay una explosión. Ella señala que le llegan esquirlas de una granada en el brazo y el pecho. Ve a Enríquez en el suelo, al lado del toldo del auto, quien tenía una herida en su mejilla izquierda. Tras perder la conciencia, se da cuenta que él la protegió de los tiros dejándola atrás de un mueble en la sala de estar.

En el tercer informe que grafica el testimonio del chofer del vehículo de los agente de la Dina, Rodolfo Concha, se dieron cuenta que había una persona que escapaba por un muro de una casa vecina al inmueble. Ahí lo amenazaron y le gritaron que parara, pero esa persona (que posiblemente sería Enríquez, dado que ninguno lo identificó) se negó y les dijo que había una mujer herida al interior de la casa.

Según Krassnoff, esos agentes le dijeron que el hombre tenía una herida en la mejilla (que habría sido provocada a Enríquez dentro de la casa durante el incidente) y que le indicaron que sacó un revólver con munición “mata policías” y lo acribillaron.
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(Tomado del FB de Marco Álvarez) 
El día de hoy en la mañana, gracias a la gentileza del Juez Mario Carroza y, en mi calidad de Director de la Fundación Miguel Enríquez, puede participar de la reconstrucción de escena de la muerte de Miguel Enríquez. El primero en prestar declaración fue el Brigadier Miguel Krassnoff, quien entre grilletes y un peto amarillo, detalló su versión del enfrentamiento. A metro y medio de él, lo primero que me impresionó de su actitud, fue su falsa seguridad en sí mismo, que, si no fuera porque estaba escoltado por decenas de gendarmes y policías de investigaciones, estoy seguro que el miedo lo habría carcomido: al menos eso vi en sus ojos. De principio a fin intentó elucubrar una historia que le sirviera a su “honorabilidad”. Partió con un “por casualidad un niño dos cuadras más abajo nos preguntó ¿andan buscando una persona? Porque hay una persona que nunca se baja del vehículo y en su casa suena toda la noche una máquina de escribir”; arrogándose fama de sabueso, se dijo: “es el hombre que buscamos”. MENTIRA. Producto del poroteo (reconocimiento forzoso de personas en la calle) y las brutales torturas a prisioneros políticos que conocían la casa: los DINOS lograron identificar el sector donde habitaba Miguel. Obviamente el “valiente” Krassnoff, no habla de las torturas y violaciones que estaba acostumbrado a líder en los centros de detención clandestinos dictatoriales, para conseguir información. Al encontrarme muy cerca de Krassnoff, varios policías seguían incansablemente el movimiento de mi lápiz, con el que trataba de dejar registro en una pequeña agenda de todas sus palabras. En un momento me pregunté: “Cómo sabrán que se me pasa por la cabeza enterrárselo en el cuello”. Pero nosotros no somos como ellos: no atacamos cobardemente y por la espalda.
Podría transcribir la hora de mentiras de Karssnoff, pero no vale la pena. Me detendré en dos cosas finales. Primero, según Krassnoff, Miguel murió combatiendo contra él, cara a cara. Supuestamente no había nadie más. El Brigadier, intenta tergiversar los acontecimientos, con el objeto de ocultar la verdad: necesitaron cientos de efectivos para poder abatir a Miguel. Un cobarde como Krassnoff, jamás habría podido con un revolucionario en igualdad de condiciones. Su intención, no es más que engrandecerse en batalla. Segundo, se reconstruyó la escena cuando en la calle se encuentra con Humberto Sotomayor. Tanto las versiones de Sotomayor, como la de él, coinciden en un punto: cuando se encuentra en la calle Chiloé entre Santa Fe y Varas Menas, ambos se dispararon a 10 metros de distancia. La única diferencia, es que Krassnoff huye a esconderse, lo que permite que Sotomayor pudiera romper el cerco. Ese era el “valiente” y “ejemplar” soldado de la patria. 


¿Qué pretende Krassnoff con tanta mentira? Ganar la batalla de la historia, ya que no sé si le interesa mucho una condena más, con sus cientos de años en prisión en la espalda. Pero Krassnoff: YA FUISTE DERROTADO. El mundo ya escribió tu calidad de cobarde, asesino, torturador y violador. Mientras, que se sigue y se seguirá escribiendo la de Miguel Enríquez: un ejemplo de persona, amigo, compañero, hermano, hijo y revolucionario.
Pensé en acompañar una foto de la reconstitución, pero para eso sacó muchas la prensa. Acompaño una foto del inédita del joven Miguel. ------------------



Natalia Figueroa Martes 26 de julio del 2016 

Durante esta mañana se realizó la reconstitución de escena de la muerte de Miguel Enríquez, dirigente del MIR, que busca esclarecer si se produjo a causa de un enfrentamiento o si fue parte de una ejecución de la DINA durante la dictadura. El ministro en visita Mario Carroza aseguró que es necesario determinar las responsabilidades del caso si es que las hubiera, pero con prudencia. A partir de las 9 de esta mañana se inició la reconstitución de escena para esclarecer la muerte del secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez, ocurrida en octubre de 1974.

La diligencia, ordenada por el ministro en visita de la Corte Suprema Mario Carroza, se desarrolló en la calle Santa Fe de la comuna de San Miguel, donde Enríquez perdió la vida. De esta manera, se busca dilucidar si falleció a causa de un enfrentamiento o si fue una ejecución por parte de la DINA.

Los funcionarios de la Policía de Investigaciones personificaron la escena de la que participó Carmen Castillo, en ese momento pareja del dirigente político que viajó a Chile desde Francia para relatar su testimonio; Miguel Krassnoff, ex agente de la DINA condenado por violación a los derechos humanos por cerca de 400 años. Ambos entregaron los antecedentes de los que disponían para concretar esta diligencia. Sin embargo, no habrían coincidido por decisión del ministro Carroza. También participó el chofer del vehículo que llevaba a los agentes de la DINA, Rodolfo Concha Rodríguez. El ministro Carroza aseguró que se logró el objetivo de la diligencia. Sin embargo, recalcó que no hay que sacar conclusiones apresuradas, sino que evaluar los antecedentes del caso en proceso.

“Estamos en sumario, tengo que tomar las determinación, saber si efectivamente hay responsabilidades y si no tendré que tomar otra decisión, pero se debe adoptar con calma y bastante prudencia”, sostuvo.  Mientras, el abogado del programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior Gabriel Aguirre dijo que esta era una etapa decisiva para la investigación donde espera que se resuelva el caso.

El abogado precisó que algunos antecedentes del testimonio de Krassnoff habrían variado respecto a sus declaraciones anteriores, pero en lo sustancial se mantuvieron. Esto, sin querer dar a conocer mayores detalles sobre las declaraciones de cada uno de los participantes porque corresponde a materia de sumario.

“Tienen que elaborar los profesionales a cargo sus respectivos informes periciales, luego llegarán esos informes que se acompañarán al proceso y vendrán resoluciones más importantes de fondo, tal vez formalizando a algunas responsabilidades (…) No hay un plazo establecido para que se cierre el sumario, el ministro podrá tenerlo abierto un par de años más, pero creo que estamos en una etapa decisiva”, recalcó. En tanto, la presidenta de la Asociación de Ejecutados Políticos (AFEP) Alicia Lira, dijo esperar que de una vez por todas quede demostrado que la muerte de Miguel Enríquez no fue casual, que sí hubo disparos fueron defensa propia por el operativo montado por la DINA. Además, comentó que a su parecer la actitud adoptada por Krassnoff durante esta mañana reflejaría la falta de arrepentimiento por los crímenes cometidos en la dictadura.

“Va quedando demostrado el aparataje para llegar al sector, incluso secuestrando a una mujer, metiéndola a una casa para sacarle información (…) Krassnoff durante toda su declaración poco menos que estaba disfrutando nuevamente un espectáculo. Entonces, se ve que no tienen ningún grado de arrepentimiento y lo ven como algo normal”, señaló. La causa se inició en 2013 cuando el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior presentó una querella ante la Corte de Apelaciones de Santiago y con esta diligencia el ministro Carroza podrá determinar si se dicta procesamiento o si se cierra la investigación del caso.
TVN  *****  El Mostrador
Hasta ahora no ha habido ningún procesado por esta causa de la que son querellantes también Carmen Castillo, y el hijo de Miguel Enríquez, Marco Enríquez-Ominami.
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