domingo, 11 de septiembre de 2016

Campamento Nueva La Habana 2: UNA EXPERIENCIA DE POLITIZACIÓN POPULAR REVOLUCIONARIA

CAPITULO II
Formación de la experiencia (enero a noviembre de 1970)

Este momento estuvo caracterizado principalmente por los antecedentes y la formación de la experiencia de politización y organización revolucionaria de los pobladores del Campamento Nueva La Habana y se desarrolló desde la toma “26 de Enero” en la Comuna de la Granja hasta la constitución definitiva del campamento Nueva La Habana en la comuna de la Florida, el 1 de noviembre de 1970.

Antecedentes de la experiencia
1970: año de elecciones presidenciales y tomas de terrenos.

En 1970 las elecciones presidenciales agudizaron la lucha político-electoral en el país, los partidos políticos motivados por la necesidad de captar votos legitimaron las reivindicaciones populares, entre las cuales la vivienda fue especialmente promovida, ya que era considerada no revolucionaria.
El PDC, en el gobierno, que había organizado a los pobladores desde el Estado, durante este año permitió el desarrollo de la movilización de los pobladores, con el objetivo de no perder parte de su base de apoyo electoral, además, porque consideró que dicha demanda no ponía en cuestión los cimientos del sistema capitalista que ella defendía y finalmente ya que luego de la matanza de pobladores en Puerto Montt (1969) había perdido legitimidad política para volver a ejercer la represión sobre una toma de terrenos. Este último elemento ayuda a comprender la enorme cantidad de ocupaciones ilegales de sitio ocurridas durante este año.
La izquierda institucional, por su parte, agrupada en la Unidad Popular, fomentó dichas movilizaciones, considerando que éstas le permitirían debilitar la imagen del gobierno y continuar con su táctica electoral (no rupturista) para alcanzar el gobierno. Dentro de los partidos de la UP el PC fue uno de los que tuvo mayor influencia sobre los pobladores.
La izquierda rupturista, principalmente el MIR, estimuló las tomas de terrenos, buscando con ello insertarse de forma indirecta entre los trabajadores urbanos y crear formas territoriales de poder popular, bajo el supuesto de que el país entraba en un periodo pre-revolucionario en el cual el enfrentamiento armado se hacía inminente.
Los pobladores sin casa aprovecharon esta coyuntura política favorable y desataron una ola de tomas de terrenos en todo el país, las cifras son elocuentes; 220 a nivel nacional, de las cuales 103 fueron en Santiago. La mayoría de éstas se concentraron en un momento especialmente sensible del proceso político nacional, entre el triunfo electoral del candidato de la Unidad Popular, el 4 de septiembre, y el ascenso al gobierno de éste, el 4 de noviembre de 1970.
Como se ha establecido aquí, la relación entre las luchas políticas institucionales “por arriba” y las experiencias de los pobladores sin casa “por abajo” fue directa, por lo que este estudio incorpora ambos elementos.

El MIR y su política hacia los pobladores.

En marzo de 1971, Miguel Enríquez, (secretario general del MIR desde 1967 a 1974), escribió un documento, que nos permitirá comprender mejor a dicha organización y su relación con los pobladores, llamado “Algunos antecedentes del MIR”, en el cual estableció, en término generales, la siguiente periodificación del desarrollo histórico de dicha organización, entre los años 1965 y 1970.
Entre 1965 y 1967 el MIR habría estado compuesto, según Enríquez, por dos sectores, los “tradicionales”, constituidos básicamente por trotskistas y comunistas escindidos de la izquierda institucional, entre las décadas del 30 y 50, y los “no tradicionales”, jóvenes marginados de las Juventudes Comunistas y Socialistas, durante la década del 60. El MIR en estos años habría estado caracterizado por el desorden entre fracciones y grupos internos, la ausencia de desarrollo orgánico, la sobre-ideologización de sus militantes, la carencia de tácticas y estrategias de lucha, el aislamiento de las masas y la ausencia de acciones armadas.
Entre 1967 y 1969 se produjo un “cambio en la dirección nacional” del partido. En el III Congreso, en diciembre de 1967, los jóvenes “no tradicionales” asumieron la conducción del movimiento, lo que generó la salida de parte de los “tradicionales” y la formación de una “oposición” interna en la organización política, en este contexto la nueva conducción inició un proceso de cambios que buscó superar las deficiencias antes descritas, sin embargo, según la dirección del MIR, “en marzo de 1969 el resultado (de dicho cambio) era desastroso”.
En Junio de 1969, la dirección regional de Concepción, realizó una acción en contra de un periodista de derecha, sin consultar a la Dirección Nacional. El gobierno de Frei Montalva, aprovecho esta cuestión y emprendió una amplia persecución y represión sobre el MIR, lo que obligó a este partido a entrar en la
clandestinidad de forma rápida e imprevista. Toda esta situación produjo una “crisis interna”, que entre otras cuestiones produjo que parte de la “oposición” se retirara del partido y formara el MR-2.
Entre julio y octubre de 1969, según dicho dirigente, se inició un proceso de reorganización interna, el MIR conformado, ahora, mayoritariamente sólo por los jóvenes “no tradicionales”, se organizó en estructuras orgánicas más definidas, los Grupos Político Militares (GPM), se volvió más selectivo de su militancia e inició un periodo de acciones armadas e inserción política en los sectores populares, entre ellos los pobladores.
Entre octubre de 1969 y marzo de 1970, el MIR, centró su actividad en “las acciones armadas (asalto a bancos y acciones directas)”, las que combinó con la recién nombrada inserción social.
Entre marzo y septiembre de 1970, el partido alcanzó un desarrollo nacional y su trabajo se concentró en los frentes de masas, especialmente entre los pobladores. Entre septiembre de 1970 y marzo de 1971, el MIR, se centró, siempre según Enríquez, en la coyuntura política “postelectoral”, de esta manera, desde mayo de 1970 la organización diagnosticó que, en medio de la agudización de la lucha de clases y del ascenso de las movilizaciones populares, que las “masas de izquierda” responderían a la convocatoria de la izquierda institucional, expresada en la candidatura de Allende, por lo que evitó presentar su proyecto revolucionario como excluyente del electoral, de este modo no llamó a la obtención o sabotaje electoral, reconoció a Allende como representante de los intereses de los trabajadores y advirtió que de producirse un triunfo en las urnas se “desarrollaría una contra ofensiva reaccionaria”, frente a la cual la izquierda debía prepararse desarrollando una movilización popular generalizada.
Coherente con este análisis entre julio y agosto de 1970, el MIR buscó crear un frente amplio de izquierda capaz de defender, ante un golpe de Estado, el posible triunfo electoral de Allende, para ello, “bajo una estrategia común”, se preparó, junto a la izquierda revolucionaria, para “resistir frente a un posible golpe militar o por lo menos (para) asegurar el desarrollo de una guerra
revolucionaria de largo alcance” en el país, a través de un tensionamiento en su (pequeña) fuerza orgánica, básicamente de los GPM, la que a su vez debía conducir a las masas, organizadas en los frentes intermedios y las milicias populares en dicha tarea de resistencia, para ello se definieron las siguientes tareas, por sectores: “a los obreros (les correspondería) la toma de fabricas y las barricadas en las calles, a los pobladores las barricadas en las calles, a los estudiantes la barricada callejera y su traslado a otros frentes de masas, y a los campesinos la toma de fundos y el corte de caminos, lo que se difundió entre el 1° y el 3 de septiembre” en el “Manifiesto de Agosto”, “se hicieron manuales para todo ello y se dio instrucciones a todas las unidades políticas y en gran medida a las milicias”, además, el MIR, quiso crear una red de seguridad que permitiera la clandestinidad masiva y finalmente organizó un grupo de seguridad para Allende.
Desde este momento inicial de la coyuntura historia, es decir del proceso de la Unidad Popular, las políticas del MIR evidenciaron, en cierto sentido, un relativo des-apego de la realidad concreta, como se evidenciará en la experiencia de los pobladores del campamento Nueva La Habana.
Entre septiembre y octubre de 1970, el MIR se centró en definir su postura ante el consumado triunfo electoral de la izquierda institucional, la que se puede resumir en tres puntos elementales; a) reconoció el triunfo de Allende como una conquista de los trabajadores y que esta abría un nuevo y favorable escenario para las transformaciones socialistas en el país, b) definió la necesidad de defender dicho triunfo institucional ante posibles actos sediciosos y c) buscó profundizar y radicalizar el proceso.”65
Bajo este desarrollo político y evolución orgánica, desde fines de los 60, el MIR buscó vincular las reivindicaciones habitacionales de los pobladores sin casa con la lucha política revolucionaria en el país, asoció las experiencias de los pobladores, en las que tuvo influencia, con la lucha de clases. Es por esto que

65 “Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria”, MIR, Documento interno, marzo de 1971, escrito por Miguel Enríquez. En: Pedro Naranjo et al, Miguel Enríquez y el proyecto revolucionario en Chile, (Ediciones LOM, 2004), pp. 89 a 97.
el MIR propuso que la causa del problema habitacional de los sin casa estaba en la esencia del sistema capitalista, fue así que estableció que éste sólo se resolvería a través de una revolución socialista, dirigida por la clase obrera y una vanguardia “verdaderamente” revolucionaria, a la que aspirada en convertirse. Esta enorme tarea histórica asumida por el MIR no se condijo, sin embargo, con su representación en el mundo popular.
Respecto de la extensión de la influencia del MIR entre los pobladores, Sebastián Leiva y Fahra Neghme han establecido que no se debe exagerar puesto que “según estimaciones del Ministerio de Vivienda de la época, hacía mayo de 1972, unas 83.000 familias vivían en campamentos, de las cuales… unas 6.000 habitaban en aquellos conformados con la participación del MIR, por lo cual se alcanzaba poco más del 7% de la población que habitaba”66 en los campamentos, es decir una gran minoría.

Ahora se observarán las primeras vinculaciones concretas del MIR con los pobladores de Santiago, que como se ha enunciado comenzaron a materializarse, desde, al menos, mediados de 1969, es decir, desde el denominado periodo “operativo” y de “masas”. Según uno de los principales dirigentes poblacionales del MIR entre los miristas que iniciaron dicho trabajo destacaron Herminia Concha, Adolfo Olivares, Maria Concha, Villalón, Lumi Videla, Chico Pérez, Chico Zamora, Magaly Honorato, viejo Valenzuela, Castañeda, Víctor Toro, Flaco Cañas, Gamboa, los hermanos Riquelme y Clotario Blest.67
Como ya se ha mencionado en junio de 1969 el MIR de Concepción secuestró, sin consultar a la Dirección Nacional, a un periodista de derecha y lo ridiculizó liberándolo desnudo en la Universidad de dicha ciudad.68 El gobierno democratacristiano aprovechó esta situación para iniciar una generalizada
66 Fahra Neghme y Sebastián Leiva, “La política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) durante la Unidad Popular y su influencia sobre los obreros y pobladores de Santiago”, Santiago, (Tesis para optar al grado de Licenciado en educación en Historia y Geografía, USACH), 2000, p. 106.
67 Víctor Toro, “Historia de la Toma de La Bandera, La 26 de Enero. Primer embrión de poder popular del MIR en Chile”. (Colectivo Miguel Enrique, 2005), p. 1 en el sito WEB del CEME. (www.archivochile.com)
68 Se agradece esta aclaración a Mario Garcés.
persecución policial sobre el MIR, teniendo éste que pasar a la clandestinidad rápidamente. Tras estos hechos fue allanada la población Santa Elena, de la comuna de la Cisterna, con el objetivo de capturar a algunos dirigentes del MIR. Posterior a dicho allanamiento el “Frente de pobladores Manzanas Unidas” de esta población, declaró, a través de la revista Punto Final, que:

“el 7 de junio… nuestra población fue invadida por radiopatrullas de la policía política… Se busca aquí a los responsables de los hechos acaecidos en Concepción, según ellos mismos manifestaron… seguramente se referían al compañero Luciano Cruz…
… junto con protestar por el ASALTO a las casas… les decimos (que)… El „Frente de Manzanas Unidas‟ no le llora al gobierno, por la represión de que somos victima, porque sólo se ésta limitando a cumplir con su deber de clase: OPRIMIR AL PUEBLO. Pero si queremos llamar a los pobladores a defender su dignidad, sus hogares, por todos los medios a nuestro alcance… hasta que llegue el día en que Campesinos, Obreros y Estudiantes, lleguen al poder, como ya se logró en Cuba, pueblo heroico y combatiente de América Latina.
¡Compañeros de Concepción no echen pie a tras, no están solos!... aquí en Santa Elena estamos junto a los pobladores, luchando por la construcción de una sociedad SOCIALISTA… Patria o muerte: venceremos.
Víctor Toro. Presidente.”69


Como se verá más adelante en este estudio, el firmante Víctor Toro, llegó a ser el máximo dirigente poblacional del MIR y la población Santa Elena una de las cuales experimentó la influencia de dicha organización. Según este dirigente el “Frente de Manzanas Unidas” fue “una organización de cuadra por cuadra que se (abrió) paso por la (población) Santa Adriana, la José Maria Caro y la Dávila.

69 Revista Punto Final, 29 de julio de 1969, pp. 22 y 23.
(Integró) a pobladores de Campamentos, Comités de Sin Casas y a antiguas organizaciones deportivas y culturales”.70
De este modo, efectivamente, se puede constatar que desde mediados de 1969 el MIR ya había iniciado un proceso de inserción en el mundo poblacional de Santiago.
También de junio de 1969 encontramos el registro de una reunión de pobladores sin casa, en Santiago, en la cual se hicieron los preparativos para una toma de terrenos, en dicha reunión participó una cincuenta personas, dirigidas por cuatro dirigentes, que se expresaron, con un discurso revolucionario y un esquema de acción social pre-establecido, informando y respondiendo a las inquietudes de los sin casa presentes. Fue así que frente a una inquietud planteada por un poblador sobre la futura toma: “¿por cuánto tiempo vamos a estar viviendo en carpas?, ¿hay mejoras?, Los dirigentes respondieron que:

“en la medida que (se dé) la movilización de los dirigentes y los pobladores, se va a entrar a solucionar el problema de las mejoras, o sea quiere decir que, si los dirigentes al día posterior de la toma se movilizan hacia el Ministerio de la Vivienda... y exigen ahí, al burócrata, o sea, al reformista, que esta sentado en el escritorio, le exigen que les entreguen, por ejemplo, 300 mejoras, que son las que necesitamos pa´l campamento, más las mejoras que necesitamos para locales comunitarios, cierto!, ahí vamos a ser tramitados.
Que vamos a hacer?!, (entonces) nos volvemos a nuestro campamento y ahí le comunicamos a los pobladores que los burócratas nos están tramitando, que no nos quieren entregar mejoras, que mientras estamos en el campamento cagados de frío, los burócratas están en sus oficinas sentados cómodamente.
¿Qué hacemos?!, llevamos a los pobladores hacia sus oficinas y les empezamos a exigir al señor, que nos entregue la orden de dar
70 Víctor Toro, Op. Cit., p. 2
las 300 mejoras, si este señor nos sigue tramitando, bien, entramos a hacer tomas de calles, tomas de ministerios y nos tomamos incluso la oficina con el burócrata adentro.”71

Como se puede apreciar en el discurso del dirigente existe un esquema pre- establecido, por una parte, que supone todos los pasos a seguir, y una clara influencia de la lógica revolucionaria del MIR, por otra. Así se termina por confirmar la existencia del trabajo de inserción política entre los pobladores desarrollado por el MIR a fines de los 60.
Sin embargo, las orientaciones políticas del MIR se materializaron entre pobladores de Santiago, definitivamente, sólo con la toma de terrenos “26 de Enero”, la cual dio origen al primer campamento dirigido únicamente por dicho partido, fue en él donde se iniciaron las primeras experiencias y aprendizajes que posteriormente servirían para organizar a los pobladores del campamento Nueva La Habana, de este modo el campamento “26 de Enero” es un antecedente fundamental de la experiencia del Nueva La Habana, es por ello que se mostrarán algunas de sus principales experiencias.

71 Película “Macho, un refugiado latinoamericano”. Films que trata sobe el campamento Nueva La Habana por lo que es muy posible que las imágenes sobre dicha reunión en 1969 correspondan a las iniciales actividades del MIR entre los pobladores.
 
El Campamento “26 de Enero”: antecedentes concretos de la experiencia.

“El Jueves 22 de enero (de 1970, 575) familias sin casa procedieron a ocupar
„ilegalmente‟ los terrenos que están juntos a la población „La Bandera‟, a la altura del paradero 28 de Gran Avenida”. Estos pobladores “procedían de diversas poblaciones como „La Bandera‟, „Las Brisas‟, „Venecia‟, „Eduardo Frei‟ y
„Yolanda Díaz‟, donde esperaron 3 o 4 años a que las autoridades les asignaran un sitio”. Estas familias sin casa se mantuvieron en el lugar hasta el día “domingo 25 (de enero cuando) la policía procedió a desalojarlos del lugar”. El día 26 de enero realizaron una segunda ocupación de los mismos sitios, ante lo cual la policía intento un nuevo desalojo, sin embargo esta vez los pobladores resistieron en el lugar y defendieron la toma de terrenos, lo que generó un violento enfrentamiento con carabineros. Si bien no es clara la existencia de una mediación de alguna autoridad a favor de los sin casa, cuestión que era común en estos años, el enfrentamiento se detuvo y los pobladores lograron quedarse en los sitios. Desde donde realizaron una declaración pública, en la cual llamaron a todos los pobladores de Santiago a:

“Repudiar la prepotencia del gobierno y la brutalidad de „su‟ Grupo Móvil… luchar por una casa donde se pueda vivir como seres humanos; y rechazar las „callampas‟…
Nuestros objetivos solo los lograremos con la unión y la acción conjunta de pobladores, campesinos y estudiantes; y con la claridad conciente de quien son nuestro amigos y quienes nuestros reales enemigos”

Bajo la orientación política del MIR los dirigentes de los pobladores afirmaron, además, que: “La toma de terrenos es la única alternativa. Solo actuado así
podremos exigir y obligar al gobierno que solucione nuestros problemas… sabemos que tenemos que vencer, por la razón o la fuerza”. El dirigente de los pobladores Víctor Toro, aclaró en la revista Punto Final que “hasta (ese) momento la única organización política que (había) colaborado directamente con los pobladores del campamento „26 de Enero‟ (era) el MIR”.72
Dicha colaboración se expresó posteriormente, en la entrega de “tres millones de pesos en mercaderías (alimentos) y unos dos millones en remedios y antibióticos”73, es decir, unos “5 millones de escudos (de la época)… “aproximadamente $287.685.000 en moneda a diciembre de 1998.”74 Éstos fueron “parte del dinero robado por el Comando Rigoberto Zamora, del MIR, al Banco Nacional del Trabajo”, semanas antes.
Como se ha constatado, en marzo de 1970, el MIR estaba transitando del periodo “operativo” al de “masas”, por lo que vinculaba sus acciones armadas, como los asaltos a bancos, con las nacientes experiencias de base en las que tenía influencia, como la del campamento “26 de Enero”, de este modo, días después, este partido declaró, haciendo publica su vinculación con dichos pobladores, que:

“El MIR entrega ayuda sólo a quienes luchan activamente o se preparan para ello… Los pobladores del campamento 26 de Enero están combatiendo por el derecho a tener techo bajo el cual vivir, con decisión ocuparon los terrenos, enfrentaron al Grupo Móvil, llevan semanas de privaciones y mantienen su lucha.
Ese es el camino de los trabajadores del campo y la ciudad: LUCHAR. Pelear directamente por sus intereses, organizarse para combatir por sus derechos y no sólo pedirlo en los pasillos del Congreso o en las audiencias de los Tribunales del Trabajo… así también ayudaremos a los obreros que ocupen sus fabricas, a los

72 Punto Final, Nº 98, 17 de febrero de 1970, pp. 30 y 31.
73 Clarín, 2 de Marzo de 1970, p. 3. Agradezco a Mario Garcés por facilitarme su completa revisión de los diarios Clarín, Ultima Hora y el Ilustrado.
74 Mario Garcés, Tomando su sitio, El movimiento de pobladores de Santiago, 1957-1970. (ediciones LOM, 2002),
p. 412.
campesinos que ocupen sus tierras luchando por sus intereses.”75

A partir de estos hechos “el Campamento 26 de Enero… marcó (definitivamente) la entrada en escena al conflicto urbano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en la zona sur y oriente de Santiago76, este campamento “con su lucha de tres meses por obtener sitios definitivos, dio una tónica distinta”77 al movimiento, así pues “otorgó a este proceso un cariz completamente nuevo.”78 “Para los analistas políticos,” del periodo, fue “indudable que un nuevo matiz y hasta un nuevo método” habían “penetrado en las formas de lucha de los sin casa”, la cual no radicó “precisamente en la cantidad de personas que lo constituían sino más bien en la combatividad que manifestó, el nivel de organización desarrollado y el discurso que representaba. Así, los pobladores de la “26 de enero” resistieron intentos de desalojo, más tarde ocupan un edificio destinado a un reten de carabineros en protesta por la no construcción de un policlínico y luego (ocuparon) las oficinas de CORHABIT por la demora que existía en su traslado a nuevos sitios ya urbanizados” estas movilizaciones tuvieron como objetivo “el circunscribir la solución del problema habitacional al cambio del sistema en su conjunto”79.
Así el MIR proyectó su discurso revolucionario desde este campamento, sin embargo “no se trataba… solo de la emergencia de un discurso más radical en función de la movilización, sino también de (una nueva practica que se caracterizó por) acciones encaminadas a resolver en corto plazo los problemas de los pobladores,”80 ésta situación ayuda a explicar la adhesión que los pobladores desarrollaron y mantuvieron hacia el MIR durante estos años. Sus dirigentes tuvieron clara conciencia de aquello, así por ejemplo Víctor Toro, se refirió a estos hechos declarando que:

75 Clarín, 2 de Marzo de 1970, p. 3
76 Mario Garcés, Ibidem., 410.
77 Revista Mensaje, Nº 193, octubre de 1970, p. 486.
78 Armando de Ramón, Santiago de Chile, (Ediciones Sudamericana, 2000), p. 250.
79 Fahra Neghme y Sebastián Leiva, Op. Cit., p. 86.
80Mario Garcés, Op. Cit., p. 411.

“Son muy pocos los casos de una toma de terrenos que puede mostrar tan pronta solución como la que tuvo el campamento “26 de Enero”… Nuestra toma de terreno se efectuó el 26 de enero y la erradicación a los sitios definitivos comenzó ayer 6 de mayo (de 1970), o sea, la primera etapa de nuestra pelea, demoró sólo tres meses y 11 días. Hay campamentos que llevan meses y hasta años esperando que se les radique en forma definitiva… (Además) el campamento “26 de Enero” llegará a la población “La Bandera” con una marraqueta debajo del brazo: se trata de una policlínica que durante mucho tiempo ha sido un anhelo de esos compañeros. Nuestra pelea también ha conseguido esa importante conquista”81.

Asimismo, el dirigente reafirmó, en otro medio, el carácter ejemplar de su lucha y de su necesaria vinculación con los procesos nacionales de transformación revolucionaria, al declarar que:

“Nuestro triunfo logrado en tiempo de tres meses exacto significa que la nueva modalidad de lucha planteada por nuestro campamento es el único que podemos seguir para ser escuchados. Podemos decir que es el primer triunfo de las tomas de terrenos en el país… todos los pobladores obtuvieron su sitio… los terrenos son buenos, ya que tienen agua, se está instalando la luz eléctrica y los compañeros tienen locomoción adecuada para los centros de trabajo… puedo decirte con toda razón, que éste es un triunfo de la izquierda revolucionaria…
Esta ha sido una etapa, ya que lo principal es la de llegar al poder con un pueblo concientizado y capaz de guíar democrática e independientemente sus destinos”.82



81 Las Noticias de Ultima Hora, 7 de Mayo de 1970, p. 5
82 Clarín, 7 de mayo de 1970, p. 9.
Frente al escenario electoral de 1970 y las propaganda política de los candidatos los dirigentes del campamento “26 de Enero” se mostraron incrédulos y afirmaron, en otro comunicado, que, después de sus experiencias, tenían “el pleno derecho a dudar” sobre el actuar de dichos candidatos.83
Esta primera experiencia nacida a comienzos de 1970, no sólo se caracterizó por desarrollar un discurso revolucionario que vinculó la lucha social por la vivienda con la revolución socialista, que quedó en evidencia en la siguiente declaración:

“la lucha que cada poblador da en conciencia va más allá de la conquista por el terreno. Va más allá de la lucha contra el burocratismo… Cada poblador esta conciente de la imperiosa necesidad de un cambio en la estructura misma del sistema pasando por la TOMA DEL PODER POR LAS ARMAS”84

“Sino que también… (por generar) significativos cambios en” la forma “de organización” internas del campamento,85 es decir en los modos de vida de los pobladores. Esta fue la primera escuela de formación política revolucionaria que tuvieron pobladores sin casa en Santiago, durante el periodo, fue también la primera vez que el MIR materializó a este nivel su política rupturista. Un buen ejemplo de las nuevas organizaciones que fueron surgiendo en esta experiencia fueron las milicias populares.

Las milicias populares: debate y experiencia concreta.

Para comprender el debate que suscitaron las milicias populares en el país, es preciso recordar que este surgió en un contexto electoral y a propósito de la materialización de dichas organizaciones en los campamentos dirigidos por el MIR y que lo que estuvo en el fondo de la discusión fue la legalidad vigente,

83 Punto Final, Nº 100, 17 de marzo de 1970, p. 23
84 Punto Final, Nº 99, 3 de marzo de 1970, p. 29
85 Mario Garcés, Op. Cit., p. 414.
para la derecha, el orden natural de las cosas, para la izquierda, las leyes burguesas que debían ser reemplazadas.
De esta forma, para el MIR las milicias populares que se estaban formando en los campamentos, como el 26 de Enero, fueron necesarias porque, según este partido, los pobladores sin casa sólo podían esperar represión de parte de las policías, ya que éstas solo protegían la propiedad de los ricos y no cuidaban a los pobres, además porque las movilizaciones que rompían con la ley, como las tomas de terrenos, exigían niveles superiores de organización, también porque la vida en los campamentos requería que se controlará el orden interno en pro del bien común de los pobladores, y finalmente, porque, éstas, podían evitar que los jóvenes pobladores se transformarán en delincuentes y hacer de ellos combatientes de la clase trabajadora.
A comienzos de 1970 las “milicias populares” no pasaron de ser las tradicionales “guardias” que se hacían comúnmente en las tomas de terrenos para prevenir un desalojo pero bajo este nombre militar. Este hecho fue sabido tanto por la derecha como por la izquierda, sin embargo, el peligro y la gracia de estas milicias estuvo en su potencial, en lo que pudieron llegar a convertirse, en un contexto cada vez más favorable a los discursos y practicas revolucionarias, ya fuesen institucionales o rupturistas.
Así el MIR planteó, a comienzos de 1970, que las milicias populares debían transformarse, posteriormente, en un método de lucha revolucionaria, en donde los pobladores se convirtieran en sujetos revolucionarios, para sumarse a las luchas fundamentales de la clase trabajadora, a partir de las cuales realizarían tareas más importantes, y junto a la vanguardia revolucionaria estas milicias serían las que finalmente se tomarían el poder, por medio de la lucha armada.
También, este partido, definió una orgánica interna para dichas organizaciones, con el objetivo de acelerar el proceso de transformación de estas guardias en verdaderas milicias populares. Así, estas debían regirse por el centralismo democrático, su organización interna debía ser rígida y disciplinada, casi militar, debían vestir uniformes, estar al servicio de las organizaciones del
campamento e instruirse políticamente, y finalmente ayudar en dicho proceso de politización a los otros pobladores86. Esta fue la voluntad del MIR.
Estas intenciones publicadas por el MIR tuvieron la inmediata reacción de la derecha, la que a través de El Mercurio, declaró que “no puede restarse gravedad (a este) hecho”, puesto que quedó establecido “el dato de que se están formando milicias marginales en sitios que, con la próxima llegada del invierno, se transformaran en nidos de conflictos”87, además, este medio supuso que “como los comunistas no son lerdos, es seguro que en estos años han aprovechado bien las lecciones de Lenin sobre su obligación de estar preparados, de armar al pueblo y entrenar milicias populares”88 por eso, a pesar de que era claro para la derecha que “hasta (ese) momento, las tales milicias populares son poco más que un nombre y un elemento de propaganda” no se debe olvidar que “el acceso al recinto controlado por la milicias populares en… la “26 de Enero”, no es fácil para las autoridades, y que la tentativa de los organizadores de tales milicias es reemplazar los poderes de lo que ellos llaman el estado burgués por poderes revolucionarios”.89
Así la derecha caracterizó dicha situación como la emergencia de un nuevo peligro, que surgió al lado de la tradicional amenaza comunista, el de los pobladores bajo conducción del MIR:

“Es la violencia que emplea el terror como instrumento de destrucción moral y material del orden establecido. Es la insurgencia armada que no pide ni acepta elecciones libres, que práctica el delito a la luz del día como desafío a las normas y los códigos, y que concibe la revolución como un estallido capaz de aventar todos los cálculos y todas las prudencias. Mientras esta

86 Punto Final, Nº 102, 14 de abril 1970. Documento.
87 El Mercurio, 31 de marzo, p. 3. Agradezco a Verónica Valdivia y Karen Donoso por facilitarme la revisión de El Mercurio a través de un índice por ellas elaborado.
88 El Mercurio, 6 de abril, p. 31
89 El Mercurio, 5 de mayo, p. 3.
nueva violencia no había aparecido en el horizonte, las charlas sobre la revolución no ocasionaban peligro...”90

Tanto la izquierda revolucionaria como la derecha, llamaron la atención sobre las potencialidades político-militares de las milicias populares, sin embargo la experiencia real de estas fue distinta.

Milicianos realizan guardia en toma de terreno, dirigida por la JPR, Santiago, 1970.

En la realidad “las guardias de vigilancia… se formaban habitualmente en las tomas de sitios”91 y tuvieron una función social y no militar en dichos campamentos. Así, el origen de las milicias populares en el campamento 26 de Enero estuvo en la guardia que se formó luego de la toma de terreno, la que tuvo por función evitar que los pobladores fueran sorprendidos por un desalojo, en ese momento, estas guardias fueron espontáneas y desorganizadas, por lo que no cumplieron bien sus objetivos. A la semana de realizada la toma, una asamblea general de pobladores votó crear una guardia permanente más organizada, aunque aún sus funciones estuvieron poco definidas. Un par de incidentes ocurridos dentro del campamento dejó en evidencia la falta de
90 El Mercurio, 7 de abril de 1970, p. 3.
91 Mario Garcés, Op. Cit., p. 414.
claridad sobre las atribuciones que estas milicias tenían. De esta forma, las verdaderas funciones de dichas milicias fueron definiéndose en las experiencias mismas de los pobladores, sus reales actividades comenzaron a ser el control interno en el campamento, orientado a evitar y mediar en conflictos familiares, a combatir las consecuencias del alcoholismo entre los pobladores y a realizar la guardia en el acceso al campamento. Esta experiencia social de los pobladores, alejada de la formación de un ejército revolucionario, tuvo múltiples dificultades en su desarrollo, por ejemplo, la falta de formación política entre los milicianos pronto hizo que actuaran de forma prepotente hacia los otros pobladores, además, como no estaban subordinados directamente a la organización del campamento “comenzaron a perder la perspectiva de lucha,”92 con la que habían sido creadas.
Los milicianos realizaron tareas muy diversas, según el campamento y el momento en que actuaron, sus actividades variaron desde la atención primaria de salud hasta la realización de castigos a otros pobladores.
Otros ejemplos de las actividades que realizaron los milicianos las encontramos, posteriormente, en el campamento 26 de Julio, donde el problema giro en torno a la inseguridad de los pobladores respecto a la “delincuencia”. Así un poblador de dicho campamento, señaló que:

“aquí hay que estar preparados, si no estamos fritos. No pasa una semana en que no cogoteen a uno o dos compañeros. Los
„patos malos‟… esperan los fines de semana para aguardar a los que vuelven de la pega y asaltarlos. Ante esta situación, los milicianos acompañan en la noche, o en la madrugada, a las personas que deban salir del campamento.”93

Poco tiempo después el MIR, a través de su diario oficial, declaró que:
“La atención de los pobladores en algunos campamentos de la JPR ha sido desviada hacia la necesidad de atajar una oleada de delincuencia. Dos campamentos han sido los más afectados. El
26 de Julio y Fidel Castro de San Bernardo… Las Milicias Populares lograron terminar con la delincuencia en las poblaciones… por otra parte… los propios pobladores ha debido formar los COMITÉ DE VIGILANCIA ante la ineficiencia de algunas autoridades y ante la ausencia de la policía.”94

Finalmente, en el reglamento interno del campamento 26 de Enero se estableció con precisión, que, respecto a las tareas que le correspondieron a las milicias populares, estuvo la de sancionar a pobladores, del mismo campamento, por “no habitar dos días en el campamento, intentar introducir bebidas alcohólicas y por la realización de juegos de azar,”95 es decir cuestiones de orden comunitario, y no militar.
Así en medio de un debate político que no mostró la verdadera experiencia de los pobladores bajo la conducción del MIR y de las dificultades propias de la realidad social popular, estas milicias fueron, también parte de las primeras experiencias de estos pobladores cuyas vidas comenzaban a cambiar. No precisamente como esperaba el gobierno o el MIR sino hacia una compleja dirección en la cual predominó la formación de comunidad por sobre los planes más radicales de los partidos.

La nueva experiencia rebautizó la ciudad.

26 de Julio96, Rigoberto Zamora97, Elmo Catalán98, Ranquil99, Magaly Honorato100, Moisés Huentelaf101, Luciano Cruz102, Ernesto Fidel103, Vietnam Heroico104, Fidel Castro105, Che Guevara106, Casa o Muerte107, Guerrillero Heroico108, Lenin109, Guerrillero Manuel Rodríguez110, Asalto al Cuartel Moncada,111 Inti Peredo112 y Cuba, entre otros, fueron nombres de campamentos surgidos en aquellos años. Como todo proceso de transformación el lenguaje y la forma de nombrar las cosas también comenzaba a cambiar. Estos fueron los años en que los pobladores sin casa y los dirigentes de izquierda comenzaron a re-bautizar, con sus referentes, la ciudad y donde esta comenzó a dejar se ser llamada con los apellidos de la elite para ser nombrada

96 Día de la toma de terreno y del asalto al Cuartel Moncada hito de la revolución cubana.
97 Militante del MIR que murió combatiendo en la guerrilla del ELN (dirigida por el Che Guevara) en Bolivia.
98 Militante del PS que murió combatiendo en la guerrilla del ELN en Bolivia.
99 Zona de la IX región donde se desarrollaron conflictos entre mapuche y latifundistas en la década del 30, este nombre también lo llevó una confederación de campesinos y un pequeño grupo político de la izquierda
revolucionaria, entre otros.
100 En homenaje a una profesora de izquierda que luego de ser torturada por la policía se suicidó.
101 Campesino mapuche perteneciente al Movimiento de Campesinos Revolucionario asesinado en el sur de Chile en estos años.
102 Dirigente nacional del MIR muerto en aquellos años. En ex Villa Resbalón, comuna de Las Barrancas, el nombre
fue cambiado por el de Luciano Cruz a través del acuerdo Nº 8457, del 18 de agosto de 1971, de la junta directiva de la CORVI.
103 En alusión a dirigentes de la revolución cubana; Ernesto Guevara y Fidel Castro
104 En alusión a la guerra de Vietnam, reivindicando la lucha antiimperialista.
105 “Los pobladores solicitaron al departamento de ejecución el cambio de denominación de la Obra Pincolla 4 por la denominación Fidel Castro”. Ver Archivo ARNAD, Fondo CORVI, acta de acuerdo 9097, 2 de diciembre de 1971. 106 Dirigente de la revolución cubana.
107 Ubicada en la Comuna de La Florida.
108 “Por nota Nº 202980, el Comité de obra, Comité de producción y el Encargado de obra solicitaron al Departamento de Ejecución (de la CORVI) el cambio de denominación (a la población Jaime Eyzaguirre por el) de
„Guerrillero Heroico‟ en homenaje al aniversario del guerrillero Ernesto Guevara”. Ver ARNAD, CORVI, acta de acuerdo 8841, 31 de noviembre de 1971.
109 Líder de la Revolución Rusa. Existieron varios campamentos y poblaciones con este nombre en Santiago y Concepción (Talcahuano).
110 “Compuesto por aproximadamente 300 obreros del departamento de ejecución, CORVI.” Que solicitaron en marzo de 1972, soluciones habitacionales en el sector denominado “Chacras Lo Hermida Abajo”. Ver Archivo ARNAD, Fondo CORVI, acta de acuerdo 9546, 7 de marzo de 1972.
con los símbolos populares y de izquierda, de esta forma, por ejemplo, en la comuna de Las Barrancas, un sector dejó de llamarse “Larraín” para llevar el nombre de “Violeta Parra”.113

Primer Congreso Provincial de Pobladores: Expandir la experiencia


El desarrollo de este nuevo tipo de organización y politización de estos pobladores en Santiago, buscó transformarse en un referente socio-político y expandirse por la capital y el país, para ello los dirigentes, del campamento 26 de Enero, organizaron el Primer Congreso Provincial de Pobladores.
Antes del Congreso, el domingo 1 de marzo de 1970, en el campamento 26 de Enero, “los representantes de más de 30 mil familias „Sin Casa‟, de la provincia de Santiago, se reunieron para plantear… sus problemas, sacar acuerdos comunes y enfrentar unidos la pelea”114 por la vivienda propia. Esta fue la primera reunión que buscó expandir la experiencia de los pobladores del 26 de Enero, y desde ella se convocó al Primer Congreso Provincial de Poblaciones.
Luego de esta reunión los dirigentes del “26 de enero” convocaron a dicho Congreso a través de una declaración publica, el 16 de marzo, en la cual además de convocar al evento solidarizaron con un militante del MIR detenido115.
Fue así que “a medio día” del 28 de marzo de 1970 “comenzaron las deliberaciones del Congreso”, en donde el dirigente de los pobladores Víctor Toro señalo que:

“Los pobladores del campamento 26 de Enero hemos adquirido una experiencia en la lucha. Sabemos que en otros sectores ello también ha sucedido. Creemos que la discusión honesta de distintos puntos de vista, de distintas experiencias en forma de organización, de distintas concepciones generales, hará surgir
113 ARNAD, CORVI, acta de acuerdo 8954, 24 de noviembre de 1971.
una rica síntesis que será la base estratégica y la fundamentación practica de un combativo frente de clase”.116

Esta intención por expandir la experiencia de nuevo tipo hizo reaccionar a la izquierda institucional, la que acusó al MIR de querer “dividir a los campamentos sin casa” ya que esta reunión -según el PC- estaría “desconociendo al Comando Provincial (de pobladores) que es la autoridad que los sin casas se han dado.”117 Por su parte, los dirigentes del 26 de Enero señalaron que dicha actividad “no tiene un objetivo divisionista, sino por el contrario quiere unir férreamente a los que luchan por vivienda y por transformación socialista de nuestra sociedad”.118
Las diferencias entre ambos partidos dejaron en evidencia que efectivamente la experiencia de los pobladores del 26 de Enero se había convertido en un referente para otros pobladores y que este nuevo tipo de organización y politización popular comenzó a disputar espacios, aunque pequeños, a la izquierda institucional.
El recuerdo de un participante en dicho Congreso confirma la influencia del MIR entre los pobladores, quien al llegar al lugar se encontró con:

“una portería muy hostil, no era como uno pensaba, como uno sabia que eran otras situaciones, en las poblaciones callampas en las que se esperaba siempre la ayuda de la gente de afuera… aquí me encontré con que todos eran muy duros, (me preguntaron) ¿y usted quien es?, bueno yo (les conteste) soy de la Universidad (de Chile) y me interesa saber en que consiste este congreso… entonces, empezaron las consultas hacia dentro, al jefe que resultó ser después, Víctor Toro. (Quien) era un personaje por ahí encerrado, misterioso… Después de las consultas, (me dijeron) ¡ya pase!, sacaron unas alambradas de púas que tenían


116 La Noticias de Ultima Hora, 28 de marzo de 1970, p. 5.
117 El siglo, 29 de marzo de 1970, p. 7.
puestas en la puerta y entré al congreso que se desarrollaba dentro de las condiciones que un campamento podía ofrecer… no… podría sintetizar (lo que se habló), pero si sé que se despotricó contra el gobierno demócrata cristiano y contra lo que se venia, (la Unidad Popular, se dijo) que iba a ser un gobierno burgués, también, y que era necesario enrielarlo hacia una posición revolucionaria, los discursos eran muy enérgicos…”119

Así estos pobladores se mostraron, muy organizados, con un discurso rupturista y muy seguros de sí mismos, con dureza y disciplina, con una actitud muy activa. Estas características, propias de un sujeto social, fueron las que el MIR quiso generalizar entre los pobladores de Santiago. Fue una de las características de la experiencia que comenzaba a nacer.
A “las 17 horas” del 29 de marzo de 1970, fue “clausurado el Congreso”, y los acuerdos que de él emanaron fueron “llevados a consideración del Comando Provincial de los sin casa que (funcionaba) en la CUT” bajo la dirección del PC. Los principales acuerdos fueron que las tomas de sitios que venían realizando los sin casa debían mantenerse como principal forma de lucha, que la causa de los problemas nacionales, entre ellos el déficit habitacional, era el sistema capitalista en su conjunto por lo que las luchas debían tener un carácter general de clase y finalmente que se debía crear una organización que dirigiera, de forma revolucionaria, las futuras luchas de los pobladores, para ello se creó el referente poblacional llamado Jefatura Provincial Revolucionaria (JPR).
El objetivo de crear una organización provincial de pobladores sin casa fue coordinar las distintas experiencias que comenzaban a desarrollarse. En los hechos estaba naciendo un nuevo movimiento de pobladores, el que quedó bajo la dirección del MIR.
En este congreso participaron, representados por, al menos, un dirigentes, entre otros, los “siguientes comités de sin casa: “26 de mayo”, “21 de mayo”, “Nueva Centenario”, “Zanjón de La Aguada”, “San Rafael de Conchalí”,

“Recoleta”, “Las Barrancas”, “26 de Marzo”, “Plaza Arabia”, “Nueva Ingeniero Budge”, “Venceremos” de Macul y “Malaquias Concha”. Y las poblaciones: “Las Lilas”, “La Roma”, ambas de San Miguel, “Santa Anita” de la Cisterna, “Lo Pato” de San Bernardo, “Lo Espejo”, “La Reina Oriente”, “La Victoria”, “Santa Elena”120, “Eduardo Frei” y “Santa Inés” de la Granja121. Además, participaron dirigentes estudiantiles de la Fech, campesinos y trabajadores, partidos, grupos políticos e individuos interesados.
Como se puede constatar la asistencia al Congreso fue masiva. Lo que no debe llevar a pensar que el MIR tuvo influencia y fue hegemónico en todos estos sectores. Aún así los primeros aprendizajes ya se estaban expandiendo por la ciudad, los que posteriormente sirvieron para formar la experiencia de los pobladores del campamento Nueva La Habana.

Formación de la experiencia
Desde este momento se inició directamente la experiencia de los pobladores que posteriormente conformarían el campamento Nueva La Habana.

Las tomas de sitios de julio y agosto de 1970: en general y el campamento Ranquil
Las “Tomas” en general

Bajo un contexto de creciente movilización social, a mediados de 1970, el MIR dirigió una serie de tomas de terrenos en Santiago y Concepción, las que fueron

120 Esta es la misma población en que ocurrió el incidente a mediados de 1969 en donde su, entonces, presidente, Víctor Toro realizó una declaración que evidenció la influencia del MIR en dicho sector.
121 La Noticias de Ultima Hora, 29 de marzo de 1970, p. 5.
continuadoras de la experiencia del campamento “26 de Enero” y antecedentes y formadoras del Campamento Nueva La Habana.

Concretamente. “El 8 de mayo (de 1970)… en el fundo San Miguel, en el camino de Concepción a Talcahuano, se instalaron 600 familias provenientes de 14 sindicatos de la provincia”, surgiendo, en ese lugar el “Campamento Lenin” que se “organizó con el aporte valioso del ex-franciscano Javier Navarro. Posteriormente, (bajo la dirección de la JPR), el 7 de julio, un día antes del paro nacional decretado por la CUT… surgieron los campamentos Ranquil y La Unión,… a fines de julio… se constituyeron los campamentos Elmo Catalán y 26 de Julio,… semanas después” surgieron “el Magaly Honorato, el Rigoberto Zamora (en Santiago) y el Che Guevara en Chillan. Más de cinco mil familias, entonces, habían tomado este camino para conseguir casa bajo la dirección del MIR… pero ellas no fueron las únicas” otras familias, también realizaron tomas de terrenos, en las cuales participaron “dirigentes de toda la gama política: comunistas, socialistas, demócrata cristianos y hasta miembros de la iglesia”122.
Así con las tomas de terrenos Ranquil, Elmo Catalán y Magaly Honorato se había iniciado la etapa de formación de la experiencia de los pobladores del campamento Nueva La Habana acompañada de una ola de tomas de terrenos en Santiago.
Estas ocupaciones de sitios, dirigidas por el MIR, se concentraron en terrenos de propiedad de las Universidades Católica y de Chile, privados y de la Iglesia.

122 Mensaje, Nº 193, octubre de 1970, pp. 486 y 487.

Toma de terrenos dirigida por la JPR, Santiago, 1970.

Ahora nos detendremos brevemente en estas tomas de terrenos, para luego extendernos en la experiencia del campamento Ranquil, del cual surgió la mayoría de los pobladores que posteriormente habitaron el Nueva La Habana.

Campamento La Unión: El 7 de julio de 1970 casi “cuatrocientas familias… se tomaron los terrenos de la Facultad de Agronomía (de la Universidad de Chile)… ubicado en el fundo „La Platina‟123 (en) Santa Rosa a la altura del paradero 32 y medio”, éstas estuvieron compuestas por “mil doscientos adultos y 900 menores, los que” acamparon “en carpas de cartones y género”. Estos pobladores “eran allegados en otras poblaciones del sector (como) Pablo de Rockha, Santa Elena, Seis de Mayo y San Rafael”. Estos tenían sus cuotas al día pero no recibieron soluciones habitacionales. Así motivados por los dirigentes de la JPR, por sus apremiantes situaciones, el ambiente político-

123 Según otra fuente el nombre del fundo era Antumapu, sin embargo existe coincidencia respecto a que éste era de propiedad de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile.
social favorable y sus propias iniciativas, decidieron realizar dicha toma de terrenos que llamaron La Unión. La organización del nuevo campamento se desarrollo desde un comienzo. De esta forma, lo constató la prensa de la época:

“los primeros locales comunitarios” (que construyeron los pobladores fueron) “una policlínica, que empezó a funcionar el mismo día de la toma; la olla común; un centro cultural; una secretaria general y un almacén general, de tipo cooperativo, ya que no se permiten negocios de ningún tipo dentro del campamento”

Además, luego de un breve incidente, que hizo dudar a las autoridades académicas de la Universidad de Chile, recibieron la ayuda de éstas, lo que permitió resolver sus primeras dificultades: “falta de luz, agua y alcantarillado”.124

Campamento 26 de Julio: Posteriormente, el día “26 de Julio” de 1970, unas “150 familias125, que a fines del mismo año llegaron a ser más de 900, de distintos comités de Sin Casa de la Capital se tomaron los terrenos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, ubicado en Cerrillos con Salomón Sack. Allí constituyeron” este nuevo campamento, llamado así por el día de la ocupación y en homenaje a la revolución cubana.126 El terreno tomado estaba “rodeado de alambradas para impedir el acceso de cualquier „visita extraña‟. Todo el que (llegaba) al lugar” era “previamente identificado por milicianos que” permanecieron “de guardia a la entrada del campamento”. Por su parte las autoridades de la Universidad de Chile declararon, respecto a esta toma de terrenos, que:

124 Las Noticias de Última Hora, 27 de julio de 1970, p. 6
125 Según Clarín, 28 de julio de 1970, p. 9 habrían sido más de trescientas las familias. Por otra parte, en agosto del mismo año estudiantes de la Universidad de Chile encuestaron a 924 familias de dicho campamento, por lo que es
evidente que la cantidad de familias aumentó rápidamente para detenerse en esta ultima cifra, producto del acuerdo con las autoridades.
126 El 26 de julio se recuerda, en Cuba, el asalto al cuartel Moncada, hito del proceso revolucionario en dicho país.

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