sábado, 3 de septiembre de 2016

Golpe en Brasil. Genealogía de una farsa. TEXTO. 1

 
Golpe en Brasil. Genealogía de una farsa

Pablo Gentili. [Editor]
Victor Santa María. Victor Santa María. Nicolás Trotta. [Presentación]
Eduardo Fagnani. Pablo Gentili. Amy Goodman. Glenn Greenwald. Paulo Kliass. Frei Betto. Cuauhtémoc Cárdenas. Michael Löwy. Adolfo Pérez Esquivel. Luiz Gonzaga Belluzo. João Feres Júnior. Immanuel Wallerstein. Leonardo Boff. João Pedro Stédile. Elodie Descamps. Tarik Bouafia. Raúl Zibechi. Pedro Paulo Zahluth Bastos. Guilherme Santos Mello. Mark Weisbrot. Boaventura de Sousa Santos. Luiz Inácio Lula da Silva. Dilma Rousseff. Perry Anderson. [Autores de Capítulo]
....................................................................................
Secretaría Ejecutiva.
ISBN 978-987-722-186-2
CLACSO. Octubre Editorial.
Buenos Aires.
Junio de 2016
Golpe en Brasil reúne textos escritos entre abril y junio de 2016, período en el que se dio inicio al proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Los autores aquí presentados nos ayudan a entender cómo se ha gestado y qué perspectivas se abren en el complejo proceso de desestabilización del orden democrático que vive actualmente Brasil.
Este libro quiere contribuir a entender qué ha pasado en Brasil para que podamos luchar y organizarnos mejor para garantizar el legítimo regreso de Dilma Rousseff a la presidencia de la república. También, para que la izquierda pueda enfrentar los inmensos desafíos que esta experiencia truculenta nos deja como lección.
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“Voy a luchar y lucharé como lo hice durante toda mi vida. Yo comencé luchando en una época en que era muy difícil hacerlo. Era la época de la dictadura abierta y descarnada, aquella que torturaba y mataba. Ahora vivo en una democracia y, de alguna forma, tengo mis sueños torturados, mis derechos torturados. Pero no van a matar en mí la esperanza. Porque sé que la democracia es siempre el lado verdadero de la historia. Quien me enseñó esto fue la historia de mi país. Fueron decenas, centenas, millares de personas que a lo largo de mi generación lucharon por la democracia. No comenzó el fin. Estamos al comienzo de la lucha. (…) Me quedaré aquí, luchando, luchando porque soy la prueba de esta injusticia.”

Dilma Rousseff
Pronunciamiento público del 18 de abril de 2016
“En Brasil, el autoritarismo es la característica estructural de una sociedad oligárquica, vertical, jerarquizada, que opera exclusivamente con los principios de la desigualdad, del mando y la obediencia.”

Marilena Chauí
Acto público de los intelectuales contra el impeachment, 16 de febrero de
2016
“Dilma está siendo sometida a juicio político por una banda de ladrones.”

Noam Chomsky
Democracy Now, 17 de mayo de 2016
“Lo que la tragedia de 1964 y la farsa de 2016 tienen en común es el odio contra la democracia. Los dos episodios revelan el profundo desprecio de las clases dominantes brasileñas hacia la democracia y la
voluntad popular.”

Michel Löwy
Brasil: el Golpe de Estado,17 de mayo de 2016
ÍNDICE
Sobre este libro | 13
Presentación
Víctor Santa María y Nicolás Trotta
15
Impeachment del proceso civilizatório
Eduardo Fagnani
19
Brasil: estado de excepción
Pablo Gentili
27
Crisis en Brasil
Perry Anderson
35
El objetivo del juicio político a Rousseff es impulsar a los neoliberales y proteger la corrupción Entrevista de Amy Goodman a Glenn Greenwald
65
Las (in)definiciones de Temer
Paulo Kliass
69
Hablemos del golpe en Brasil, hijo
Pablo Gentili
|
75
Por un nuevo progresismo
Frei Betto
|
89
Un zarpazo más del imperio
Cuauhtémoc Cárdenas
|
91
Brasil: el golpe de Estado
Michael Löwy
|
95
Democracias golpe a golpe
Adolfo Pérez Esquivel
|
99
Patear el cadáver
Luiz Gonzaga Belluzzo | 101
Fernando Henrique Cardoso: embajador del golpe
João Feres Jr. | 105
¿Golpe de Estado o fiasco?
Immanuel Wallerstein | 115
El retorno de la clase privilegiada / El impeachment
como una anti-revolución
Leonardo Boff | 119
Los golpistas mostraron a qué vinieron
João Pedro Stédile | 127
Crónica de un golpe anunciado
Elodie Descamps y Tarik Bouafta | 131
Lenta fragua de un nuevo ciclo en Brasil
Raúl Zibechi | 139
Brasil: la regla fiscal Temer-Meirelles es solamente un ataque a los derechos sociales
Pedro Paulo Zahluth Bastos y Guilherme Santos Mello | 143
El golpe de estado en Brasil y el “retroceso” de Washington en América Latina
Mark Weisbrot | 147
DECLARACIONES CONTRA EL GOLPE EN BRASIL
Brasil: en defensa de la democracia y del estado democrático de derecho
Declaración del Comité Directivo y de la Secretaría Ejecutiva
de CLACSO | 153
Con el pueblo brasilero, con Lula, Dilma y la democracia
Declaración del Grupo de Trabajo sobre Feminismo en
América Latina de CLACSO | 155
Declaración en apoyo a la democracia en Brasil
Declaración del Grupo de Trabajo sobre Políticas educativas
y derecho a la educación en América Latina y el Caribe de CLACSO | 157
Manifiesto por la integración regional y unidad latinoamericana y caribeña
Declaración del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional
de CLACSO | 159
Carta de Sucre:
Maniftesto del Grupo de Trabajo de Filosofía Política,
en defensa de la democracia y del estado de derecho en Brasil | 163

Nuevas gramáticas de poder, territorialidades en tensión
Declaración del Grupo de Trabajo Espacialidad Crítica en el Pensamiento Político-Social Latinoamericano | 165

Amenazas a la democracia en Brasil
Declaración del Grupo de Trabajo Comunicación,
Política y Ciudadanía de CLACSO | 169

Ante la situación política de Brasil
Declaración del Grupo de Trabajo sobre Familia y Género
de CLACSO | 171

La humanidad contra el golpe en Brasil
Declaración de la Red de Intelectuales, Artistas y
Movimientos Sociales en defensa de la Humanidad (REDH) | 173

La crisis política en Brasil
Declaración de los Consejeros Superiores a título individual
de FLACSO | 175

DILMA y LULA

“Yo lucho hasta el final”
Dilma Rousseff, entrevistada por Glenn Greenwald | 179

“Aquí hay un Golpe que atropella al voto popular”
Luiz Inácio Lula da Silva, entrevistado por Glenn Greenwald | 187

EPÍLOGO: EL FUTURO EN DEBATE

La izquierda del futuro: una sociología de las emergencias
Boaventura de Sousa Santos | 205

SOBRE ESTE LIBRO
Golpe en Brasil reúne textos escritos entre abril y junio de 2016, período en el que se dio inicio al proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Los autores aquí presentados nos ayudan a entender cómo se ha gestado y qué perspectivas se abren en el complejo proceso de deses- tabilización del orden democrático que vive actualmente Brasil. Escrito en la intensidad y la vertiginosidad de un proceso que aún está en curso, este libro pretende ser el testimonio de un momento trágico de la histo- ria latinoamericana. La mayor nación de la región, la que supo liderar durante la última década un proceso de cambio y de transformaciones sociales sin precedentes; la que apoyó y promovió un activo proceso de integración regional, contribuyendo a su reconocimiento global como país soberano y solidario, dispuesto a revertir una historia de negación de derechos, de exclusiones y discriminación; Brasil, el país de todos, convertido ahora en el laboratorio de experimentación de un nuevo tipo de golpe institucional que puede extenderse por todo el continente. El golpe: la farsa. La aniquilación de la soberanía popular, base de la de- mocracia, y su substitución por una república de autócratas corruptos. Brasil, el país donde la dictadura prometió durar un día y se instaló por larguísimos 21 años, nuevamente poniendo en evidencia el desprecio de sus élites hacia la democracia y hacia los derechos ciudadanos.
Golpe en Brasil es, como no podía ser de otra manera, un libro de batalla. Un libro en el que el conocimiento, el análisis crítico y la reflexión pretenden contribuir con los movimientos y las fuerzas políti-
cas que resisten, se articulan y luchan contra lo que es algo mucho más grave que un abuso de poder y una falsificación de la democracia por parte de las oligarquías locales, los medios de comunicación dominan- tes, un sector del poder judicial y de las fuerzas públicas de seguridad. Este libro quiere contribuir a entender qué ha pasado en Brasil para que podamos luchar y organizarnos mejor para garantizar el legítimo regreso de Dilma Rousseff a la presidencia de la república. También, para que la izquierda pueda enfrentar los inmensos desafíos que esta experiencia truculenta nos deja como lección.
Además del análisis de la coyuntura brasileña y regional en el marco del juicio político a Dilma Rousseff, este libro incluye un conjun- to de declaraciones y manifiestos elaborados por intelectuales ligados al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). También, dos valiosas entrevistas, una a la presidenta brasileña y otra al ex pre- sidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Finalmente, Golpe en Brasil, concluye con un provocativo y nece- sario texto de Boaventura de Sousa Santos sobre el futuro de la izquier- da. El artículo de Boaventura fue escrito pocos meses antes del inicio del intento de destitución de Dilma Rousseff, pero presenta algunas de las cuestiones más relevantes de un debate que hoy interpela a la izquierda en América Latina y el mundo. Un debate que no podemos rechazar y del cual depende nada menos que nuestro futuro.

Pablo Gentili
20 de junio de 2016

PRESENTACIÓN
Víctor Santa María* Nicolás Trotta**

Vivió nuestro subcontinente un inicio de milenio esperanzador. Emer- gieron nuevos liderazgos en la región más desigual del mundo. Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador pincelaron un nuevo escenario, enterrando perspec- tivas concentradoras que reinaron durante siglos en nuestra América del Sur. Cuando parecía que el saqueo y la expoliación no tenían final, los pueblos nos dimos una nueva oportunidad.
Cada presidente inició, con sus matices, procesos de transfor- mación que permitieron, en un contexto internacional favorable, ini- ciar un desarrollo con equidad en nuestras naciones. Comenzamos a recuperar el tiempo perdido, y el sueño de un proyecto de unión continental parecía posible. La obstrucción del ALCA, modelo de inte- gración sesgada y desigual, en Mar del Plata en el 2005, desairando la presión de George W. Bush, constituyó una escena fundante que rea- firmó una nueva perspectiva regional. Ese día América Latina ratificó su independencia. Por primera vez en la historia de nuestros países los

* Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta Horizontal, SUTERH.
** Rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, UMET.

gobiernos eran liderados por dirigentes populares que construyeron una empatía irrepetible.
Una década después mucho se avanzó, pero no lo suficiente. Co- sechamos aciertos y errores en una agenda inconclusa. Nuevos inte- grantes se sumaron al sueño de una Sudamérica con justicia social. Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Dilma Rouseff en Brasil y José Pepe Mujica en Uruguay, reafirmaron el acompañamiento po- pular de los gobiernos de sus antecesores. El destino nos arrancó pre- maturamente a Chávez y a Kirchner, pérdidas que hoy, más que nunca, impactan en el tablero político regional.
Todo proceso de reforma, que ataca a los intereses concentrados que se creen dueños del destino de nuestros países, implica resistencia. La historia nos demuestra que hasta la justicia social tiene sus detracto- res. El golpe blando que sufrió Brasil es un ejemplo de ello. Las botas, los fusiles y los tanques, herramientas de los sectores oligárquicos durante el siglo XX, fueron reemplazados por la “dictadura” de los medios de comu- nicación y de importantes sectores del Poder Judicial. Han logrado sofis- ticar su esquema de usurpación del poder público, utilizando como ariete un vergonzante Congreso, que ni el liderazgo de Lula pudo transformar.
La estrategia desestabilizadora en Brasil se puso en marcha en el mismo instante que la alianza liderada por el Partido de los Trabaja- dores venció a Aécio Neves en 2014. Buscaron un atajo, sin escrúpulos, hasta que lo encontraron. La suspensión de Dilma Rousseff no res- pondió a ninguna de las investigaciones judiciales en curso, que tiene a muchos de sus responsables y cómplices en las bancas legislativas, sino a un infundado artilugio ilegal y anti democrático. Una Presidenta que no se encuentra imputada por delito alguno es suspendida por un Congreso que sintetiza lo peor de nuestras sociedades.
Todo se desmorona. La crisis venezolana, la derrota electoral del justicialismo en Argentina en manos de la derecha y la suspensión de Dilma, en un complejo contexto internacional, parece sentenciar el fin de un ciclo virtuoso de difícil repetición. Pero también pone a prueba la capacidad de recuperación de las fuerzas progresistas, nacionales y populares, y el forzado aprendizaje en base base a los errores cometi- dos. En su última visita a nuestra universidad, Pepe Mujica, recordando sus años de persecución, tortura y prisión, nos interpeló a ser cons- cientes de que sufrimos años más oscuros y pudimos superarlos. Ello sin dejar de reconocer los errores y la falta de coraje o decisión para enfrentar ciertos intereses. El retroceso político que transita nuestro subcontinente no se presenta sólo por la readecuación de la estrategia de los sectores conservadores, sino también por la incapacidad de las fuerzas progresistas en lograr profundizar las reformas y ampliar sus bases sociales.
 
Presentación
No hay transformación social definitiva sin una alteración de los actores políticos tradicionales. Hoy el Partido de los Trabajadores, sus líderes Lula y Dilma, pero principalmente los sectores populares del Brasil, pagan el precio de no modificar la correlación de fuerzas y quedan rehenes de una política advenediza y especuladora. Similar escenario se impone sobre los sectores populares y trabajadores en la Argentina en estos escasos meses de gobierno neoliberal.
Editar Golpe en Brasil: geneología de una farsa es para nosotros una obligación. Callar frente al atropello que transita el Brasil, y sus sectores populares, es legitimar un quiebre institucional que pone en riesgo el futuro de Latinoamérica. El porvenir del Brasil, nuestro líder regional, es el de cada uno de nosotros. No hay espacio para la indi- ferencia. El golpe institucional, a través de un juicio político express a Fernando Lugo en Paraguay en 2012, fue un ensayo preliminar, en una economía más pequeña, de esta estrategia de interrupción de los procesos populares. La visibilización del atropello es la más válida al- ternativa a la instrumentación de la farsa destituyente contra la Presi- denta Rousseff y la generación de una conciencia colectiva que impida la instauración de un esquema de maquillado autoritarismo. En Brasil no sólo se encuentra en disputa la democracia. Está en juego un modelo social, un país para las élites, que excluye al pobre, al mulato, al negro, al “diferente” o un país que incluye, aquel que hoy se moviliza luchando por lo que le pertenece.
Nuestra Universidad, surgida de una organización de trabaja- dores, y hoy cogestionada por un colectivo de más de 45 sindicatos es única en el mundo y sintetiza el proceso de cambio que transitó la Argentina en la última década. Como universidad de los trabajadores y como herramienta de los sectores populares, tiene el deber de dar batalla en el campo de las ideas, en defensa de los intereses y de la dig- nidad de las mujeres y hombres que construyen todos los días, con su esfuerzo, el futuro de nuestros países. Por ellos, por cada trabajador y trabajadora, debemos dejar testimonio de lo que acontece, para trans- formar el presente y construir un futuro donde la igualdad deje de ser una utopía.

Buenos Aires, 18 de junio de 2016

IMPEACHMENT DEL PROCESO CIVILIZATORIO*
Eduardo Fagnani**

El objetivo de construir una sociedad civilizada, democrática y social- mente justa debería ser uno de los núcleos de un proyecto nacional. La Constitución de 1988 es un marco para el proceso civilizatorio en el país. Por primera vez en más de cinco siglos se aseguró de forma plena la ciudadanía (derechos civiles, políticos y sociales) para todos los brasi- leños. El nuevo ciclo democrático inaugurado, asociado con los avances sociales logrados de la última década, contribuyó a mejorar el nivel de vida de la población, especialmente de los más pobres.
Sin embargo, Brasil sigue siendo uno de los países más desigua- les del mundo. Esta marca tiene raíces históricas dictadas por la indus- trialización tardía, la experiencia democrática corta y discontinuada y sobre todo, por el largo pasado esclavócrata, cuyo legado fue una legión de personas analfabetas y sin ciudadanía. En el siglo XXI, el país no fue capaz ni siquiera de enfrentar las desigualdades históricas heredadas de más de tres siglos de esclavitud. Hay que observar que, de acuerdo


* Este texto fue publicado originalmente en Le Mode Diplomatique edición brasileña del mes de junio de 2016. Disponible en http://diplomatique.org.br/artigo.php?id=2066. Traducción Gilvan Reis.
** Profesor del Instituto de Economía de la Universidade de Campinas e investigador del Centro de Estudios Sindicales y de Economía del Trabajo.
  
con la ONU, la pobreza en Brasil tiene color: más del 70% de las per- sonas que viven en la pobreza extrema en el país son negras; 64% no terminan la educación básica; 80% de los brasileños analfabetos son negros; los salarios medios de los negros son 2,4 veces más bajos que de los blancos. En Río de Janeiro, el 80% de las víctimas de homicidios resultantes de las intervenciones policiales son negras. Las tasas de asesinatos de mujeres también tienen una clara dimensión racial. Entre 2003 y 2013, el asesinato de mujeres blancas cayó un 10%; y en el mismo período, el de mujeres negras se elevó un 54%1.
De acuerdo con el Mapa de la Violencia, Brasil ocupa el tercer lugar entre 85 países en el ranking de muertes de adolescentes. Son 54,9 homicidios por cada 100.000 jóvenes de 15 a 19 años. Brasil sólo es su- perado por México y El Salvador. La tasa brasileña es 275 veces superior a la de países como Austria y Japón. En promedio, diez adolescentes son asesinados todos los días. El asesinato de jóvenes también tiene color. Son asesinados proporcionalmente siete negros por cada blanco. En Maranhão, son trece negros para cada dos blancos2.
En estas condiciones, el primer objetivo estratégico de un proyec- to de civilización debería ser enfrentar estas profundas desigualdades históricas. En segundo lugar, preservar la reciente inclusión social y profundizar la ciudadanía social garantizada por la Constitución de 1988. En el tercero, enfrentar la brutal desigualdad de ingresos, lo que requiere medidas direccionadas a la revisión de la estructura tributaria, la mejor distribución de la propiedad urbana y rural, y la corrección de las desigualdades en el mercado laboral. Cuarto objetivo: universalizar la ciudadanía social para enfrentar el déficit en la oferta de servicios sociales públicos, que combina desigualdades en el acceso entre clases sociales y entre regiones del país.
La creación de una sociedad más igualitaria requiere que la ges- tión macroeconómica genere un ambiente favorable para el objetivo a largo plazo de la reducción continua de la desigualdad. El progreso material es vital para la mejora general de las condiciones de vida de la población. El crecimiento continuo de la producción y de la renta son condiciones necesarias para la estructuración del mundo del trabajo y ampliación del bienestar social.
Sin embargo, el marco institucional adoptado por las organiza- ciones internacionales desde la década de 1990, consustanciado en el llamado “trípode” macroeconómico, no converge para estos fines, ya que sólo trata de preservar la riqueza financiera. La revisión de este marco ha

1 Ver: http://brasil.estadao.com.br/noticias/geral,politicas-de-igualdade-racial-fracassa- ram-no-brasil--afirma-onu,10000021133
2 www.mapadaviolencia.org.br/pdf2014/Mapa2014_JovensBrasil_Preliminar.pdf

sido introducida en muchos países, incluso antes de la crisis internacio- nal de 2008; y la propia ortodoxia internacional ya lo trata como el “viejo consenso”. Pero aquí en Brasil el “trípode” macroeconómico, introducido en 1999, se convirtió en una idea fija. Cualquier crítica es considerada herética por los dictadores del debate económico nacional.
Fortalecer la industria es también una condición necesaria para avanzar en el proceso de civilización. La experiencia internacional muestra que ningún país se desarrolló sin una industria fuerte y com- petitiva. También sería necesario fortalecer la capacidad de financia- miento del Estado. Hay espacio para avanzar en la reforma fiscal, en la revisión de los incentivos fiscales y en el combate contra evasión de impuestos. Las tasas de interés estratosféricas amplían continuamente los gastos financieros, transfieren renta a los más ricos y debilitan la capacidad financiera de los gobiernos para actuar a favor de la reduc- ción de las desigualdades.
No existen perspectivas favorables para la construcción de una sociedad más igualitaria si este proyecto no es pensado en la perspectiva de la democracia. La mejora continua de la democracia requiere la reforma del sistema representativo, monopolizado por los partidos y capturado por el poder económico. La mercantilización de los votos y la ausencia de partidos programáticos establecen límites al presidencia- lismo de coalición, dejando a cualquier gobierno rehén de los intereses fisiológicos y corporativos. Esta es la raíz de la corrupción generalizada del sistema político-partidario, que expone las fracturas del modelo heredado del pacto conservador en la transición a la democracia.
La creación de una sociedad más igualitaria también requiere el fortalecimiento del rol del Estado. No hay en la historia económica del capitalismo ningún país que se haya desarrollado sin la presencia expresa de su Estado nacional. La democracia depende de la plurali- dad de ideas y, en ese sentido, es esencial asegurar que los medios de comunicación sean la base de un debate plural sobre los problemas de Brasil y sus soluciones, aprendiendo de las lecciones de muchos países capitalistas desarrollados (EE.UU., Francia , Alemania, Italia, Inglate- rra, España y Portugal, entre otros).

REPITIENDO 1954, 1961 Y 1964
La creencia en esta utopía fue posible a partir de la democratización de la década del ochenta hasta hace pocos años. Hoy estamos devas- tados por un sentimiento de opresión. La inminencia de un golpe ins- titucional –porque no hay evidencia de crímenes de responsabilidad cometidos por la mandataria – y el ascenso ilegítimo al poder de los representantes dueños de la riqueza podría convulsionar al país y profundizar la captura y el estricto control del Estado por estos sec-


tores. El golpe a la democracia viene acompañado del impeachment a la ciudadanía social. Esta es una nueva oportunidad para promover un cambio radical en la correlación de fuerzas en beneficio exclusivo del poder financiero.
En los últimos sesenta años, la sociedad brasileña cambió para mejor. Pero las élites todavía adoptan prácticas de los años cincuenta y sesenta. Siguen siendo “depredadoras” y “no pueden vivir con el anta- gonismo”. Al igual que en 1964, “quieren el derrocamiento del régimen democrático. Ellos no saben y no pueden vivir con el Estado democrá- tico. Por lo tanto, van por su destrucción y disolución, que se produce a través del golpe ilegal e ilegítimo”.3
En la víspera de la segunda vuelta de las elecciones de 2014, un héroe de la élite antidemocrática dio una señal de lo que vendría. Reprodujo en su cuenta en Twitter4 la famosa frase de Carlos La- cerda en referencia a Vargas: “No puede ser un candidato. Si lo es, no puede ser elegido. Si es elegido, no puede asumir. Si asume, no puede gobernar”.
De hecho, la trama comenzó a tejerse después de las mani- festaciones de 2013. Los opositores fueron sabios en “federalizar” la insatisfacción popular contra el fracaso generalizado del sistema de representación política heredada del pacto conservador de la transición a la democracia y de las deficiencias crónicas en la oferta de servicios sociales, cuya responsabilidad es compartida constitucionalmente en- tre gobernadores y alcaldes.
En 2014, el “terrorismo” económico se comprometió a destruir la gestión macroeconómica, con el objetivo de debilitar la candida- tura oficial. La victoria de la situación podría representar más de doce años de gobierno del Partido de los Trabajadores. El fantasma de Lula en 2018 volvió a asustar, volviéndose imprescindible ganar las elecciones. Economistas liberales, sectores del mercado y de la prensa en general comenzaron a atribuir la pérdida de dinamismo
económico exclusivamente a los “excesos de intervención”, olvidando
por completo la grave crisis del capitalismo global como resultado de la crises financiera del 2008 y sus desdoblamientos. De hecho, a pesar de presentar un cierto deterioro de algunos indicadores, Brasil no tiene, en ninguna aspecto considerado, una situación de “crisis terminal”, como fue difundido5.

3 Maria Aparecida de Aquino, “Elite golpista e antidemocrática”, Brasil de Fato, 1º abr. 2015. Disponível em: www.brasildefato.com.br/node/31711
4 Ver em: https://twitter.com/jose_anibal/status/524697787116830721?lang=pt
5 Ver: http://plataformapoliticasocial.com.br/wp-content/uploads/2015/09/porumbrasil- justoedemocratico-vol-01.pdf>, p.18-39

A pesar de las maniobras, Dilma Rousseff ganó y asumió el car- go. Era urgente, entonces, impedir la continuación del gobierno o debi- litarlo hasta las próximas elecciones, para destruir el legado social de los gobiernos del PT y ampliar el descontento popular de los más pobres y de las clases medias, requisitos para promover acciones desestabiliza- doras en el frente político-institucional . Esto se llevó a cabo después de octubre de 2014 y durante todo el 2015, paradójicamente, con la ayuda del propio gobierno, que adoptó el programa económico de los vencidos. El acto final podrá ser consumado en los próximos días.

EL PLAN TEMER. A mediados de 2015 en el medio de la trama golpista y anti-democrá- tica, el vicepresidente, Michel Temer, lanzó su programa de gobierno ( “Un puente hacia el futuro”)6 y pasó a armar el nuevo gabinete. El documento, que radicaliza y profundiza el proyecto liberal para Brasil propone la “formación de una mayoría política, aunque transitoria o circunstancial”, en torno a las propuestas presentadas. Contando con la colaboración de muchos economistas liberales, la iniciativa recibió un amplio apoyo de los congresistas de varios partidos de la oposición, de empresarios y de sectores de los medios de comunicación.
En un contexto en que la democracia ya podría haber sido viola- da, la gestión macroeconómica sería aún más ortodoxa. Armínio Fraga, uno de los mentores de la política económica del “Programa Temer”, fue el coordinador del programa de Aécio Neves en 2014. En aquella época, proponía “la defensa del regreso al trípode como guía de la política eco- nómica”, la necesidad de reducir la meta de inflación actual de 4,5%, un fuerte ajuste fiscal, la reducción de la intervención gubernamental, la recuperación del cambio flotante para restaurar el trípode y la autono- mía jurídica del Banco Central7. Dijo recientemente que “Brasil necesita de un gran ajuste “, muy superior al realizado en el primer gobierno de Lula y del Ministro Joaquim Levy. “Debemos tener la meta de reduc- ción de 25 puntos porcentuales del PIB de la deuda bruta en algunos años. Y deberíamos duplicar el grado de apertura por un determinado tiempo. Son objetivos alcanzables “, dijo. También habría necesidad de “reformas amplias y profundas”, en particular la reforma del sistema de pensiones y la desvinculación de ajustes en relación al sueldo míni- mo y de las fuentes de financiación de las políticas sociales. “Nuestro presupuesto debe ser 100% disociado, desindexado, obligando a una

6 Disponible en http://pmdb.org.br/wp-content/uploads/2015/10/RELEASE-TEMER_A4- 28.10.15-Online.pdf
7 Ver en www.valor.com.br/eleicoes2014/3662186/conselheiros-de-aecio-e-marina-con- vergem-em-politica-economica

reflexión sobre el Estado que queremos y podemos tener. Una especie de presupuesto de base cero”.8
La profundización de las políticas económicas de “austeridad” re- quieren la supresión radical de los derechos sociales y laborales. En este caso, uno de los objetivos es poner fin a la ciudadanía social conquistada por la Constitución de 19889, marco del proceso civilizatorio brasileño. Se abre una nueva oportunidad para que estos sectores concluyan el servicio que intentan realizar desde la Asamblea Nacional Constituyente. La débil tesis ideológica del “país ingobernable” –tirada por el en- tonces presidente José Sarney (1985-1990), en un último acto desesperado para evitar que la ciudadanía social fuera incluida en la Constitución– volvió a dictar el curso del debate impuesto por representantes del mer- cado, quienes lograron crear el “consenso” acerca de que, para estabilizar la dinámica de la deuda pública, se requiere un cambio en el “contrato social de la redemocratización”. Ellos argumentan que los gastos “obli- gatorios” (Seguridad Social, asistencia social, la salud, la educación, el seguro de desempleo, etc.) crecieron a un ritmo que compromete a los objetivos fiscales. Para ellos, la crisis actual se debe, fundamentalmen- te, a la trayectoria “insostenible” del aumento en el gasto público desde 1993, debido a los derechos sociales garantizados por la Constitución de 1988. Sostienen, además, que las altas tasas de interés vigentes en Brasil provienen de los “bajo niveles de ahorro” del gobierno. Éste, a su vez, es el resultado de la existencia de “sociedades que provienen el Estado de bie- nestar social generoso con diversos mecanismos públicos de mitigación de riesgos”10. La visión de que “el gobierno brasileño no encaja en el PIB”
también ha sido sentenciada por varios representantes de este matiz11. En consonancia con el “Plan Temer”, una encuesta del Depar-
tamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (Diap) señala que tramitan en el Congreso Nacional 55 proyectos de ley y propuestas de reforma constitucional que suprimen los derechos sociales y laborales, reduciendo el papel del Estado y profundizando los mecanismos de control fiscal12.

8 Ver en http://economia.estadao.com.br/noticias/geral,arminio-fraga-diz-que-ajuste- fiscal-atual-e-insuficiente,1795807
9 Ver en http://economia.estadao.com.br/noticias/geral,arminio-fraga-diz-que-ajuste- fiscal-atual-e-insuficiente,1795807
10 Ver en www.valor.com.br/eleicoes2014/3662186/conselheiros-de-aecio-e-marina-con- vergem-em-politica-economica
11 Ver: www.evernote.com/shard/s161/sh/fde65c1a-acd6- 4b37-ab0f-603e9520f872/ af64f4a075b1e39f0a682017402bb7d8
12 Ver: www.valor.com.br/arquivo/893219/duas-rotas-que-levam-reducao-da-taxa-de-juros

DESPUÉS DEL GOLPE
Es parte de la narrativa de la oposición que, después de la destitución, habrá una tregua política, condición necesaria para la reorganización de la economía. Es difícil creer en esta posibilidad. En primer lugar, porque falta legitimidad a aquellos que serán “elegidos” por la manio- bra. Falta, sobre todo, legitimidad ética, porque casi todos en la línea sucesoria de la Presidencia – empezando por el Presidente de la Cámara y del Senado Federal, el aspirante a la presidencia, gran parte de sus apoyadores, la mayoría de los congresistas que integran la comisión del impeachment que decidirá sobre el juicio político en la Cámara– pare- cen estar involucrados en algún mal uso de los fondos públicos. En se- gundo lugar, las élites financieras, políticos y medios de comunicación se equivocan al pensar que la sociedad brasileña del siglo XXI es la misma que la de la mitad del siglo pasado. Un error clave. Ya no somos un país agrícola con una sociedad políticamente desorganizada. Por lo tanto, como señala Safatle, la creencia en la tregua post-impeachment es falsa, “y los operadores del próximo Estado oligárquico de derecho lo saben muy bien”13.
Lo más probable es que haya un empeoramiento de los ánimos, de la intolerancia, más fractura de la sociedad y de la lucha de clases que está en las calles. La gobernabilidad del país podrá depender de un Estado policial aún más severo que el utilizado en 1964. Ahora, no es suficiente con sólo intervenir en los sindicatos.
La destitución del proceso de civilizatorio en el siglo XXI está ahí para demostrar que la democracia y la ciudadanía social son puntos fuera de la curva del capitalismo brasileño. Son cuerpos extraños que los “capitalistas” nacionales aún no aprendieron a utilizar, ni siquiera para el beneficio de ellos mismos.

04 de abril de 2016

13 Ver: www.viomundo.com.br/politica/vladimir-safatle-congresso-gangsterizado-nao- tem-legitimidade-para-julgar-sequer-sindico-de-predio.html
 

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