domingo, 4 de septiembre de 2016

Golpe en Brasil.Texto 6. LENTA FRAGUA DE UN NUEVO CICLO EN BRASIL*

LENTA FRAGUA DE
UN NUEVO CICLO EN BRASIL*
Raúl Zibechi**
Mientras los grandes medios, los partidos y las centrales sindicales se focalizan en la crisis política y la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, miles de jóvenes están viviendo un proceso de autoformación como militantes anticapitalistas. Hacia fines de 2015 comenzó una olea- da de movilizaciones de estudiantes secundarios de colegios situados en barrios populares, que se tradujo en cientos de ocupaciones donde jóvenes de 13 a 18 años establecen el autogobierno escolar.
En estas páginas han sido analizadas las ocupaciones de 200 cen- tros secundarios en el estado de San Pablo y la derrota que los jóvenes propinaron al gobernador conservador Geraldo Alckmin, quien debió dar marcha atrás en su proyecto de reorganizar el sistema educativo cerrando colegios para ahorrar fondos públicos.1 En los meses siguien- tes, el movimiento se expandió a otros estados con demandas sobre la merienda escolar y la calidad de las infraestructuras, en alianza con una parte de los docentes.

1 http://goo.gl/fK4sU4

* Este texto fue publicado en el periódico mexicano La jornada el 27 de mayo de 2016. Disponible en Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/05/27/opinion/023a2pol
** Intelectual y activista uruguayo.


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Este mes de mayo hubo 65 centros ocupados en Río de Janeiro, 110 en Río Grande do Sul y 49 en Ceará, a los que deben sumarse los 25 que estuvieron ocupados en diciembre en Goiás. Las cifras tienen osci- laciones importantes, ya sea por los desalojos que impulsan los gobier- nos estaduales o porque se suman nuevas ocupaciones. En total, desde septiembre pasado fueron ocupados 500 colegios en cinco estados. El filósofo y militante social Pablo Ortellado calcula un promedio de 30 a 50 jóvenes en cada ocupación, por lo que sólo en San Pablo tuvimos entre 6 y 10 mil activistas que se formaron en este ciclo.2
Si el cálculo es correcto, en los cinco estados involucrados en las ocupaciones se foguearon entre 15 y 20 mil militantes. “Son personas
–destaca– que se formaron políticamente con la idea de que es posible derrotar el poder del Estado cuando amenaza los derechos sociales, de que esa lucha puede hacerse fuera de las instituciones”. Esta camada de militantes, la mayor parte mujeres, va a fortalecer los movimientos populares preparando un ciclo de luchas que no podemos saber cuándo va a germinar.
Para llegar a esas conclusiones es necesario ampliar la mirada temporal y bajar a los detalles, observar qué hacen los jóvenes durante las ocupaciones, que siempre fueron escuelas de organización y activismo.
La primera cuestión a tener en cuenta es que la oleada de ocupa- ciones es hija de las movilizaciones de junio de 2013, cuando alrededor de 10 por ciento de los brasileños salieron a las calles, más de 20 millo- nes, en su inmensa mayoría jóvenes. Fue un tsunami cultural y político sin el cual es imposible comprender la crisis actual. Las ocupaciones llevan la impronta del estilo MPL (Movimento Passe Livre) que prota- gonizó junio de 2013.
La segunda es menos visible porque se relaciona con la vida coti- diana en las ocupaciones. En este punto hay enormes diferencias, ya que algunas duran pocos días y otras se mantienen durante meses. Lo común es la apropiación del espacio mediante el cuidado del centro, la limpieza, pintura de aulas y áreas comunes, y en ocasiones haciendo pequeñas reformas. Durante el tiempo que mantienen la ocupación, establecen comisiones en las que participan todos los ocupantes: alimentación, co- municación, actividades, estructura y seguridad, son las más frecuentes. Suelen levantarse muy temprano, sobre las 6:30 en algunos cole-
gios. Dedican mucho tiempo a recoger alimentos y productos de limpie- za que aportan padres, profesores, comerciantes y vecinos del barrio. Quienes no cumplen sus tareas o incumplen las normas suelen ser cas- tigados, como en un colegio de Río de Janeiro, con una hora de retraso a la hora de servirles el almuerzo.

2 http://goo.gl/wgwtwm
Raúl Zibechi


Todos los días realizan asambleas, que pueden extenderse du- rante horas, en las que se toman todas las decisiones. Las relaciones con los medios suelen ser problemáticas. Dafine, una joven de 15 años de un colegio de la periferia paulista, comunicó a la periodista de El País la decisión de la asamblea en estos términos: Decidimos que puede entrar. Pero recién a las 10:45. Sólo puede permanecer media hora y no tomar fotos.3
La tercera cuestión a destacar son las actividades que organizan durante la ocupación: talleres, conferencias, estudio en grupos, convo- catoria a profesionales y artistas, con actividades casi diarias que se amplían los fines de semana. Las ocupaciones son espacios de deba- tes intensos y permanentes, como parte del proceso de autoformación que viven. Hacia afuera hacen actos en el barrio y en la puerta de los centros, manifestaciones en áreas centrales y cortes de tránsito en las avenidas más importantes. Ocupar es trabajar todo el tiempo.
Los jóvenes se apropian de los centros pero, sobre todo, se apro- pian de sus vidas. En la ocupación de la escuela técnica Paula Souza, en San Pablo, un grupo de jóvenes reflexionó junto al colectivo Passa Pa- lavra: “Las personas que participaron en el movimiento el año pasado sufrieron un impacto muy fuerte en su vidas (…) cuando el movimiento termina no quieren retornar a la misma vida de antes, quieren cambiar el mundo, ser militantes”.4
Para cambiar el mundo es necesario convertirse en sujeto de la propia vida; dejar de ser espectador, incluso si el espectáculo lo dan partidos de izquierda. La conversión en sujeto es un proceso subjetivo, potente, de enamoramiento de la vida en colectivo. Las lecturas pue- den ayudar, como ayuda la participación en actos y manifestaciones. Pero es, en lo fundamental, un proceso íntimo que se realiza en grupos acotados, con base en relaciones cara a cara, donde fluye la mística de lo colectivo. Las ocupaciones son espacio-tiempos apropiados para la autogestión y la creación.
Si queremos impulsar la lucha anticapitalista, trabajemos en esa fragua, fortaleciendo la ética del compromiso sin esperar nada. Lo otro es pretender que el mundo se cambia desde arriba.

27 de mayo de 2016
3 http://goo.gl/vsg04O
4 http://goo.gl/eyupn1

BRASIL: LA REGLA FISCAL TEMER-MEIRELLES ES SOLAMENTE UN ATAQUE
A LOS DERECHOS SOCIALES*
Pedro Paulo Zahluth Bastos** Guilherme Santos Mello***

No es de hoy que la Constitución Federal es señalada como generado- ra de ineficiencia y bajo crecimiento. Ya en 1988, viejos y nuevos tec- nócratas contrarios a la expansión de derechos de ciudadanía, como Antônio Delfim Neto y Maílson da Nóbrega, sostenían que ella volvía a país ingobernable e incapaz de crecer. Su argumento estaba dividido en tres partes: a) la asignación obligatoria de recursos para la atención de los nuevos derechos de salud y educación, por ejemplo, presionaría al Presupuesto y exigiría el aumento de los impuestos; b) los nuevos impuestos reducirían la capacidad de ahorro y de inversión efectiva de los empresarios, disminuyendo la tasa de crecimiento económico; y c) el bajo crecimiento reduciría la generación de impuestos para financiar el programa “irrealista” de la Constitución de 1988. Así, desde un comien-

* Este texto fue publicado en el sitio Plataforma Política Social el 28 de mayo de 2016. Disponible en http://plataformapoliticasocial.com.br/artigo-5-a-regra-fiscal-de-temer- meirelles-sem-ajuste-fiscal-apenas-um-ataque-aos-direitos-sociais/
Traducción: Carlos Abel Suárez (http://www.sinpermiso.info/textos/brasil-la-regla-fiscal- temer-meirelles-es-solamente-un-ataque-a-los-derechos-sociales)
** Profesor del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas..
*** Profesor del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas..

zo eran usados argumentos supuestamente técnicos para cuestionar el pacto social consagrado por la Constitución y atacar los derechos sociales y económicos con la máscara de la neutralidad científica.
Un hecho sobre el que los críticos tecnócratas de la Constitución Federal callan es que el gasto social encarna un gran multiplicador fiscal, conservadoramente estimado por arriba del 1,5. Es decir, el gas- to social es el ingreso privado que estimula nuevos gastos privados, estimulando la actividad económica y la generación de impuestos, que pueden pagar el gasto inicial (dependiendo de la coyuntura económi- ca). En cualquier caso, este gasto estimula la economía, sobretodo en comparación con otros tipos de gastos ocultados por la crítica de los economistas neoliberales. Por ejemplo, el multiplicador del pago del servicio de la deuda se estima ligeramente por debajo de 0,8, dado el hecho de que sus portadores son generalmente liberados de preocu- paciones inmediatas de consumo. El punto importante es que, mien- tras que el aumento de las tasas de interés no estimula la canalización del “ahorro” (o más bien, el stock de riqueza acumulada por los flujos anteriores de ahorro) para inversiones productivas, un aumento de la demanda provocada por el gasto social estimula el aumento de la pro- ducción y de las inversiones privadas, que a su vez aumentan el ahorro agregado y la recaudación fiscal.
Siempre que una crisis fiscal ocurre como consecuencia de una crisis económica (y no por el contrario), el argumento tecnicista aparece de dife- rentes maneras. La crítica es selectiva: la crisis económica y el desequilibrio fiscal cíclico son usados para cuestionar las determinaciones constitucio- nales sobre el gasto social. Curiosamente, los mismos críticos rara vez se levantan para cuestionar el impacto fiscal de la “Bolsa Rentista”, asociada al hecho de que Brasil ha tenido históricamente las mayores tasas de interés en el mundo y el mayor costo fiscal de la relación deuda pública / PIB.
El discurso alarmista con respecto a la Constitución Federal tiende a aumentar cuando los portadores de títulos públicos exigen aumento de las tasas de interés y tienen recelo de que otros gastos pue- dan “presionarlos”. Cuando un desequilibrio fiscal resulta de la des- aceleración de la recaudación tributaria determinada por un descenso cíclico de la economía, el alarmismo es particularmente peligroso. Si este discurso es lo suficientemente fuerte como para que apunte a con- vencer o forzar al gobierno para decidir el recorte del gasto público y/o el aumento de los impuestos indirectos (sobre las transacciones), tal medida puede reducir aún más el gasto privado y, por lo tanto, llevar exactamente al desequilibrio fiscal o al aumento de la deuda pública como proporción del PIB que, teóricamente, la austeridad quería evitar. Esta es la lección que el bloque político y los economistas conser- vadores no quieren tomar de la austeridad desastrosa comandada por
Pedro Paulo Zahluth Bastos y Guilherme Santos Mello


Joaquim Levy y Nelson Barbosa durante el segundo gobierno de Dilma Rousseff. En lugar de admitir que el país atravesaba una desacelera- ción, pero que la política económica pro-cíclica fue un elemento deter- minante para transformarla en una recesión que agravó el desequilibrio fiscal, afirman que el desajuste solamente puede ser resuelto con más recortes, ahora sobre los gastos constitucionales obligatorios.
Curiosamente, estos mismos economistas parecen aceptar la re- visión de la meta de déficit fiscal a R $ 170,5 mil millones en 2016, lo que permitirá al gobierno interino, si quisiera, promover una política fiscal anti-cíclica en el corto plazo, distribuyendo enmiendas parlamentarias, renegociando deudas de Estados y no realizando ningún tipo de estilo de “ajuste fiscal” del estilo que era exigido al gobierno Dilma. Esta cir- cunstancia nos hace imaginar que eran teóricamente menos ignorantes que políticamente hipócritas, los ataques a quienes, como nosotros, criticaban la resistencia del ministro Levy para revisar la meta fiscal irrealista en 2015.
Desde un punto de vista estructural, la radicalidad de la pro- puesta de recortar el gasto en educación y salud pública presentada por Temer y Meirelles es impresionante. La norma que impide la am- pliación real del gasto público, dirigido sólo para acompañar la tasa de inflación, significa el desmantelamiento del Estado brasileño en el largo plazo. Obliga al gobierno a reducir radicalmente las disposicio- nes legales y constitucionales que prevén la expansión de la cobertura de bienes públicos. La disposición de la Constitución de 1988 para la Salud (Servicio Universal de Salud) y la lucha para comprometer todas las esferas de la Federación en la ampliación del sistema educativo, consustanciada con el Plan Nacional de Educación (PNE), cae por tierra con el golpe de una firma.
A largo plazo, la propuesta fiscal de Temer-Meirelles impide cual- quier aumento del gasto real en el sistema público, incluso si la recau- dación, la economía, la población, la sociedad y la demanda de servicios y la infraestructura pública crecieran y se diversificaran. Decretará la austeridad permanente para el gasto social y la inversión pública. La seguridad social, por ejemplo, no podrá recibir nuevos jubilados sin re- cortar el gasto en otras áreas. La inversión en infraestructura no podría aumentar sin reducir los salarios reales de los empleados. El aumento del gasto en salud (esperado con una población que está envejeciendo) provo- cará una reducción de los gastos en educación. Ocultado será, sin duda, el gasto por intereses, pues la norma trata sobre el resultado primario y no del resultado nominal (que incorpora intereses) en las cuentas públicas.
Entre las medidas anunciadas, ninguna garantiza una mejora en las cuentas públicas en el corto o medio plazo, sea del superávit pri- mario, sea de la trayectoria de la deuda pública. Lo que hacen es poner


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en marcha un programa de desmantelamiento del Estado brasileño, inviabilizando una mejora y expansión de los servicios públicos, elimi- nando cualquier posibilidad de que el Estado pueda realizar políticas económicas anticíclicas y destruyendo la Constitución de 1988.
Si no existieran trucos contables y fuera implementado antes de la recuperación firme de la economía, el programa de recortes previsto en el ajuste fiscal iscal propuesto va a mantener a la economía en la lona y reducirá todavía más la recaudación tributaria. Si, por el contrario, fuera realizado después de la recuperación, no es baja la probabilidad de que, dada la magnitud de los recortes previstos, pongan de nuevo a la economía en la lona.
Este es el programa que de hecho se implementa: finalmente, el anuncio debe aumentar en gran medida la oposición de la sociedad gobierno provisorio y su programa neoliberal radical. Muy probable- mente las jornadas colectivas lucha de los trabajadores de la salud y de la educación se ampliarán, junto a las comunidades que dependen de servicios públicos y aquellos que luchan contra el golpe. Es contra este proyecto neoliberal / conservador del gobierno interino, ansioso por privatizar y concentrar servicios e infraestructura en manos de una élite acostumbrada a la depredación de los recursos públicos, que se rebelan los movimientos sociales populares. El objeto de la depredación es sólo el pueblo brasileño más pobre: ninguna realidad podría imitar mejor el panfleto.

28 de mayo de 2016
EL GOLPE DE ESTADO EN BRASIL
Y EL "RETROCESO" DE WASHINGTON EN AMÉRICA LATINA*
Mark Weisbrot**

Claro está que el Poder Ejecutivo del Gobierno de Estados Unidos favo- rece el golpe de Estado en curso en Brasil, a pesar de que se haya cui- dado de evitar cualquier respaldo explícito hacia el mismo. La primera muestra fue el encuentro entre Tom Shannon, el funcionario número tres del Departamento de Estado de EEUU, y quien sin duda está en- cargado de manejar esta situación, junto al senador Aloysio Nunes, uno de los líderes del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff en el Senado brasileño, el 20 de abril. Mediante la celebración de esta reunión tan solo tres días después de que la Cámara Baja de Brasil votó a favor de destituir a la presidenta Rousseff, Shannon le enviaba una señal a los gobiernos y a diplomáticos en toda la región y en el mundo de que para Washington el juicio político es más que aceptable.1 Nunes le devolvió el favor al encabezar un esfuerzo (siendo el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Brasil) para suspender a Venezuela del Mercosur, el bloque comercial suramericano.

1 http://cepr.net/publications/op-eds-columns/washington-s-dog-whistle-diplomacy-sup- ports-attempted-coup-in-brazil


*Este artículo fue publicado en el sitio Últimas Noticias el 7 de junio de 2016. Disponible en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/markweisbrot-golpe-estado-brasil- retroceso-washington-america-latina/
** Codirector del Centro de Investigación en Economía y Política (Center for Economic and Policy Research, CEPR) en Washington, D.C. y presidente de la organización Just Foreign Policy.


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Es mucho lo que está en juego para las principales instituciones de política exterior de EEUU, las cuales incluyen las 17 agencias de inteligen- cia, el Departamento de Estado, el Pentágono, la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional, junto a los comités de política exterior del Senado y de la Cámara. Un enorme cambio geopolítico se llevó a cabo en los últimos 15 años, en los que la izquierda latinoamericana pasó de no gobernar ningún país a liderar la mayoría de los países de la región. Por diversos motivos históricos, la izquierda en América Latina tiende a favorecer la indepen- dencia nacional y la solidaridad internacional, y por lo tanto está menos dispuesta a ir de la mano con la política exterior estadounidense. Recuerdo la primera vez que vi a Lula da Silva. Fue en Porto Alegre, Brasil, en el año 2002. Le hablaba a una multitud en el Foro Social Mundial, de pie bajo una enorme pancarta que decía “Dile No a la guerra imperialista en Irak”.
Lula es un buen diplomático, y mantuvo una buena relación personal con George W. Bush durante sus presidencias contiguas. Pero transformó la política exterior de Brasil, y contribuyó al desarrollo regional de una política exterior independiente. En 2005, en Mar del Plata, Argentina, los gobiernos de izquierda enterraron el “Área de Libre Comercio de las Américas” (ALCA) patrocinado por Estados Unidos, poniéndole así fin al sueño estadounidense de un acuerdo comercial hemisférico basado en reglas diseñadas en Wash- ington.2 Brasil, bajo el Partido de los Trabajadores (PT) también respaldó firmemente a Venezuela contra los repetidos intentos por parte de EE.UU. de aislar, desestabilizar, e incluso derrocar a su gobierno. El primer viaje al ex- terior de Lula después de su reelección en 2006 fue a Venezuela, donde apoyó al presidente Hugo Chávez en su propia campaña de reelección. El gobierno del PT también apoyó los esfuerzos regionales para anular el golpe militar respaldado por EEUU en Honduras, y se opuso con éxito la ampliación del acceso de Estados Unidos a las bases militares en Colombia en 2009.3 Y fueron muchos en la clase dirigente de la política exterior estadounidense (incluyendo a la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton) quienes no apreciaron el papel del Gobierno de Brasil en ayudar a organizar un acuerdo de canje de combustible nuclear destinado a resolver el conflicto con Irán en 2010, a pesar de que en realidad se hizo por sugerencia de Washington.4 La Guerra Fría de Washington nunca culminó en América Latina,
y ahora ve su oportunidad para un “retroceso”. Brasil es un gran premio, como lo evidencia el nuevo canciller del gobierno interino, José Serra, quien se lanzó sin éxito a la presidencia, primero contra Lula (2002) y

2 http://www.elmundo.es/elmundo/2005/11/06/internacional/1131238186.html
3 http://cepr.net/publicaciones/spanish-reports/los-beneficios-del-comercio-la-integra- cion-economica-en-sur-america-y-la-resolucion-del-conflicto
4 http://cepr.net/publications/op-eds-columns/new-world-order-is-possible?highlight=W yJpcmFuIiwiaXJhbidzIiwiaXJhbiciXQ==
Mark Weisbrot

luego contra Dilma (2010). Se espera que utilizará su posición actual — si es que el actual gobierno sobrevive — como especie de trampolín hacia un tercer intento por la presidencia.
En su campaña presidencial de 2010, Serra se esforzó sobremane- ra a modo de demostrar su lealtad a Washington.5 Acusó al gobierno boli- viano de Evo Morales, de ser cómplice del narcotráfico y atacó al gobierno de Lula por sus intentos de resolver la disputa nuclear con Irán. Los criticó igualmente por unirse al resto de la región en no reconocer al gobierno de Honduras tras el golpe, e hizo además campaña contra Venezuela.
Este es el tipo de persona que a Washington tan desesperadamente le gustaría ver a cargo de la política exterior de Brasil. Aunque las cor- poraciones obviamente sean grandes jugadoras en la política exterior de EEUU, y que se encargan textualmente de redactar gran parte de los acuerdos comerciales como el NAFTA y el TPP, el principio rector que orienta la política exterior de Washington no es el beneficio a corto plazo sino el poder. Los mayores decisores, hasta llegar a la Casa Blanca, se preocupan ante todo por lograr que los demás países se alineen con la política exterior estadounidense. No apoyaron la consolidación del golpe militar en Honduras porque el presidente de Honduras, Manuel Zelaya haya aumentado el salario mínimo, pero sí debido a que encabezaba un gobierno vulnerable de izquierda que formaba parte de la misma alianza amplia que incluía a Brasil bajo el PT.6 Estos gobiernos todos se apoya- ban entre sí y cambiaron las normas de la región, de modo que incluso los gobiernos que no eran de izquierda como el de Colombia, bajo Juan Manuel Santos, en buena medida le seguían la pauta a los demás.
Es esto lo que Washington quiere cambiar en este momento, y existe mucha emoción en este paradero del Norte en cuanto a las perspec- tivas de “un nuevo orden regional”, que en realidad no es más que el viejo orden regional del siglo XX. No tendrá éxito — ni siquiera si nos guiamos por sus propios criterios de medirlo — no más del que logró tener George
W. Bush con su visión de una remodelación de Oriente Medio al invadir Irak. Sin embargo, puede ayudar a hacer mucho daño en su intento.

7 de junio de 2016
5 http://progresosemanal.us/20100811/la-campana-de-jose-serra-ies-en-washington-o- en-brasil/
6 http://blogs.publico.es/dominiopublico/11565/decisiones-dificiles-hillary-clinton-admi- te-su-papel-en-el-golpe-de-honduras/

DECLARACIONES CONTRA EL GOLPE EN BRASIL
BRASIL: EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA Y DEL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO

DECLARACIÓN DEL COMITÉ DIRECTIVO Y DE LA SECRETARÍA EJECUTIVA DE CLACSO
El país que superó la larga dictadura militar y aprobó la Constitución Ciudadana de 1988, no puede sufrir un atentado tan grave a su estado democrático de derecho. Debemos preservar las libertades individuales y colectivas, garantizando una democracia efectiva para todos.
América Latina tiene una larga historia de dictaduras militares que acentuaron la represión política y la violación a los derechos hu- manos, la concentración de la propiedad de la tierra y la desigualdad social, generando siempre el aumento del poder económico de las élites. El combate a la corrupción constituye un deber de las institucio-
nes públicas y privadas, pero no justifica el uso de actos mediáticos que ofenden y atacan la normalidad del estado de derecho. Toda acción de combate a la corrupción debe ser realizada dentro de los límites legales y como parte del proceso de perfeccionamiento de las instituciones de- mocráticas, no de su mayor deterioro. Hoy, en Brasil, los principios que deben guiar el ejercicio de la justicia en una democracia republicana han sido maculados por recursos arbitrarios y selectivos producto de discrecionales actos de la autoridad judicial, los que se expresan en fil- traciones periodísticas y operaciones policiales divulgadas por algunos medios de comunicación como despreciable recurso de linchamiento mediático, creando factoides políticos dirigidos exclusivamente al Par- tido de los Trabajadores y al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.


Por otro lado, la presidenta de la república ha sido atacada con acciones judiciales arbitrarias y acuerdos políticos revanchistas, que sólo buscan, por los medios y las formas que sean posibles, impedir que Dilma Rousseff concluya el mandato que le fuera investido por el pueblo brasileño.
Exigimos que se garanticen los procedimientos democráticos bá- sicos, la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley, el derecho a una amplia defensa, sin ceder a la voluntad de un sector del Ministerio Público o de un Poder Judicial que carece de control social. Es urgente que el Consejo Nacional de Justicia asuma sus responsabilidades, pre- servando el orden jurídico.
Nuestras democracias, duramente conquistadas gracias a la movilización y las luchas populares, no pueden subordinarse a intere- ses autoritarios que surgen y se perpetran a la sombra de un creciente fascismo social. El riesgo de ruptura de la legalidad y la instituciona- lidad democrática por una asociación entre políticos derrotados en las últimas elecciones, sectores del Poder Judicial y los grupos mono- pólicos que controlan la prensa nacional, no pueden comprometer el futuro de Brasil.
Hacemos aquí un llamado a la solidaridad y al apoyo de la co- munidad latinoamericana para garantizar en Brasil la democracia y el estado democrático de derecho, conquistados en las últimas décadas. El pueblo brasileño desea y busca construir un modelo de desarrollo sustentable; una democracia fuerte con inclusión y justicia social; busca y lucha por el reconocimiento de sus derechos y libertades fundamen- tales. Es esa soberanía del pueblo brasileño la que debe ser preservada de las arbitrariedades, autoritarismos y oportunismos políticos que hoy se están apoderando de Brasil.

Buenos Aires, 28 de marzo de 2016

Comité Directivo Secretaría Ejecutiva
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales – CLACSO

CON EL PUEBLO BRASILERO, CON LULA, DILMA Y LA DEMOCRACIA
DECLARACIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE FEMINISMO EN AMÉRICA LATINA DE CLACSO

Nosotras, académicas e investigadoras latinoamericanas integrantes del Grupo de Trabajo de CLACSO Feminismos, transformaciones y propuestas alternativas en América Latina y el Caribe, profundamen- te preocupadas por los acontecimientos que amenazan la democracia brasileña, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo en resistencia y con su gobierno legalmente constituido. Denunciamos y rechazamos el golpe blando que, bajo la excusa de combatir la corrupción, han des- plegado las fuerzas de la derecha, empeñadas en una ruptura del orden democrático en contra de la voluntad popular que reeligió a la Presi- denta Dilma Rousseff para el período 2015-2019.
Denunciamos la manipulación y doble moral de los promotores del impeachment contra Dilma, legisladores con tres, cuatro y hasta cin- co causas pendientes con la Justicia por corrupción, cuyo oportunismo político se exhibe sin pudor a los ojos del mundo. La agenda golpista incluye la interrupción de este período de gobierno y el bloqueo de una futura reelección del ex Presidente y líder histórico Lula Da Silva, afectado también en esta trama antipopular, antidemocrática y desleal. Reconocemos que Lula y Dilma, caminando junto a su pueblo,
han aplicado en Brasil políticas de combate a la pobreza, de mejora- miento de las condiciones de vida, de soberanía nacional e integración latinoamericana que está siendo adversada furiosamente por fuerzas que pretenden el retroceso a los tiempos de dominio neoliberal, autori- tarismo y oscuridad que han sufrido Brasil y América Latina.


Como feministas, denunciamos el componente de violencia simbólica y política sexista contra Dilma Rousseff, a quien procuran proyectar como débil por ser mujer. Nos oponemos a que nieguen la for- taleza de Dilma y de cualquier otra mujer. Ella es una luchadora, tiene la raigambre de las mujeres latinoamericanas, de nuestras antecesoras que lucharon por la independencia y la justicia, y de todas las mujeres que en la cotidianidad de nuestros pueblos sostienen la vida con su tra- bajo y esfuerzo. Las mujeres latinoamericanas estamos y estaremos a la altura de las circunstancias y del compromiso con nuestros pueblos. Como latinoamericanas, consideramos que defender la democra-
cia brasileña es defender la democracia y la soberanía en la región, los proyectos de transformación de nuestros pueblos y nuestros procesos de integración. Llamamos a todas las instancias regionales, especial- mente a UNASUR, a tomar iniciativas rápidas y eficaces para frenar el golpe contra Dilma.

En defensa de la democracia en Brasil
¡¡¡Dilma sigue!!!! Feminismos, transformaciones y propuestas alternativas
en América Latina y el Caribe
GT-CLACSO

30 de marzo de 2016

DECLARACIÓN EN APOYO
A LA DEMOCRACIA EN BRASIL
GRUPO DE TRABAJO CLACSO "POLÍTICAS EDUCATIVAS Y DERECHO A LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE"

Las y los integrantes del Grupo de Trabajo CLACSO “Políticas educati- vas y derecho a la educación en América Latina y el Caribe” declaramos nuestro apoyo al gobierno democrático de Brasil electo por el voto po- pular. Asimismo expresamos nuestro repudio frente al intento de golpe institucional encabezado por la oposición, parte del poder judicial y los grandes medios de comunicación. La defensa del estado de derecho es la garantía para la funcionamiento de la democracia.
Como investigadores, investigadoras y docentes alertamos sobre el avance de fuerzas conservadoras y neoliberales en América Latina que por vía de elecciones o de golpes institucionales pretenden desmon- tar los logros de los gobiernos democráticos populares en materia de ampliación de derechos para los sectores populares.

Grupo de Trabajo CLACSO “Políticas educativas y derecho a la
educación en América Latina y el Caribe”

10 de abril de 2016
MANIFIESTO POR LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y UNIDAD LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA

DECLARACIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE INTEGRACIÓN REGIONAL DE CLACSO.

Los investigadores del GT Integración regional y unidad latinoameri- cana y caribeña de CLACSO, abajo firmantes, manifiestan su repudio a los procesos de desestabilización del gobierno de la Presidente Dilma Rousseff que pretenden imponer un golpe de Estado en Brasil.
La desestabilización forma parte de una amplia ofensiva interna- cional del imperialismo y sus aliados locales, de cerco y destitución de los gobiernos de izquierda y centroizquierda en América Latina y el Caribe, buscando destruir conquistas sociales y violar la soberanía nacional para imponer un nuevo patrón regulador neoliberal alineado a los Estados Unidos. Se trata de superexplotar y retirar los derechos de los trabaja- dores, desnacionalizar recursos naturales estratégicos, como el Presal, aislar los gobiernos populares sudamericanos, desmontar los avances en la integración regional latinoamericana y el diseño de una geopolítica del Sur, que viene ganando fuerte proyección con los BRICS.
El proyecto de golpe de Estado y de régimen de excepción se desarrolla en varios niveles:
a) En el intento de destitución del gobierno de Dilma Rousseff, sin la existencia de crimen de responsabilidad por parte de la Presidente que le dé respaldo constitucional;
b) En la persecución ilegal al ex presidente Lula, manifestada en la violación publica de su derecho a la intimidad, en el uso ilegal de coer-


ción policial para cosechar su testimonio judicial y en la formulación de acusaciones sin cualquier prueba de infracción, con el objetivo de revocar sus derechos políticos e impedir su candidatura a la Presidencia de la República en 2018;
c) En la pretensión de imponer el parlamentarismo como régi- men político, extinguiendo las elecciones directas para jefe de gobierno, por enmienda constitucional, sin plebiscito, violando el principio de la soberanía popular; y
d) En los intentos de criminalización de los movimientos sociales
Esta ofensiva se desarrolla a partir de la articulación entre los mo- nopolios privados de los medios de comunicación, en particular la Red Globo de Televisión, y segmentos del Poder Judicial y de un Parlamento fuertemente comprometido con las grandes empresas y delitos finan- cieros. Se trata de utilizar la manipulación mediática de la información para generar movilizaciones de masa fascistas que respalden la violación de la Constitución brasileña por el Parlamento y el Poder Judicial, tal como se intentó sin éxito en 2002, en Venezuela, y fue logrado en 2009, en Honduras, y en 2012, en Paraguay
Para responder a estas amenazas, el gobierno de Dilma deberá impulsar una amplia movilización popular en torno a la defensa de la legalidad, la profundización de las conquistas sociales y una agenda de desarrollo. Este es el único antídoto para frenar el régimen de contra- insurgencia que el imperialismo y la burguesía asociada y dependiente quiere imponer sobre la democracia reconquistada a sangre, sudor y lágrimas, por el pueblo brasileño, en la segunda mitad de los años 1980.

Grupo de Trabajo CLACSO Integración regional y unidad latinoameri- cana y caribeña
Alicia Puyana, Economista FLACSO - Mexico Alexis Saludjan, Economista UFRJ - Brasil
Camille Chalmers, Economista, Universidade de Porto Príncipe
- Haiti
Carlos Eduardo Martins, Cientista Político, UFRJ - Brasil Carlos Serrano Ferreira, Cientista Político, UFRJ - Brasil
Dario Salinas Figueiredo, Sociólogo, Universidad Iberoamerica- na - México
Didimo Castillo, Sociólogo, Universidad Autonoma do Estado do México
Declaraciones contra el golpe en Brasil


Eugenio Espinosa, Sociólogo, FLACSO – Cuba Flavia Lessa Barros, Cientista Politica, UnB - Brasil
Gerardo Caetano, Historiador e Politologo, Universidad de la Re- publica - Uruguay
Gisele Lorena Gonzalez, Sociologa, Unicolombo - Colombia Idilio Mendez Grimaldi, Economista, SEPPY - Paraguay
Jaime Preciado Coronado, Sociólogo, Universidad de Guadala- jara - México
Jorge Marchini, Economista, CIGES - Argentina
Judite Stronzake, Pedagoga, Escola Nacional Florestan Fernan- des – Brasil
Julian Khan, Historiador, Universidad de Buenos Aires - Argentina
Lourdes Regueiro, Economista, Centro de Estudios de las Ame- ricas – Cuba
Mariana Aparicio Ramirez, Economista, Flacso - México
Maribel Apunte Garcia, Economista, Centro de Investigaciones Sociales – Puerto Rico
Olga Maria Zarza, Socióloga, Centro de Estudios Rurales Inter- disciplinarios - Paraguay.
Orangel Rivas, Economista, Ministerio de la Planificacion - Venezuela
Orlando Caputo Leiva, Economista, REDEM – Chile Oscar Ugarteche, Economista, ALAI – Peru
Ramon Torres – Embajador Itinerante de Ecuador - Ecuador Raphael Padula, Economista, UFRJ – Brasil
Roberta Traspadini, Economista, UNILA – Brasil
Silvina Maria Romano, Cientista Política, UNAM - México
Verena Hitner, Socióloga, Centro de Estudios de Desarrollo - Venezuela
Wagner Iglecias, Cientista Político, USP - Brasil


12 de abril de 2016

CARTA DE SUCRE: MANIFIESTO DEL GRUPO DE TRABAJO DE
FILOSOFÍA POLÍTICA,
EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
Y DEL ESTADO DE DERECHO EN BRASIL
Sucre, 15 de abril 2016

Carta a los ciudadanos del mundo,
Pocas palabras se pueden añadir a las protestas y análisis que varios grupos de intelectuales, juristas, artistas y sectores populares han realizado al golpe de estado en curso en contra de la primera mujer presidente elegida democráticamente en Brasil, Dilma Rousseff. Tam- bién tenemos claro que no es necesario abundar en las evidencias que respaldan la ilegitimidad de una situación en que individuos probada- mente infames asumen el papel de prístinos defensores de la moral y la ética públicas. Situación surreal que pareciera corroborar, en su cara más sombría, aquella imagen según la cual en Brasil todo es posible. Como intelectuales comprometidos con la preservación del Estado de- mocrático de derecho, vamos a usar todos los medios legítimos para reivindicar el debido respeto y garantía a la soberanía política de todos los ciudadanos brasileños.
Así, ante este panorama triste y nublado, que parece alcanzar a otros países de América Latina, hacemos pública nuestra posición inte- lectual y política. Y nuestra posición es simple. Nos oponemos, en razón de su ilegitimidad constitucional, regresividad política e inmoralidad pública, al golpe minoritario y antidemocrático que se orquesta desde las élites brasileñas. Asumimos la responsabilidad de informar al mun- do sobre la enorme injusticia que supone este impeachment político.


Renovamos así nuestro compromiso por hacer eco a las voces demo- cráticas que en nuestra América no se subordinan a ninguna forma de fascismo social. Compartimos los ideales y la fuerza de la población que no se rinde y que sigue cupando espacios públicos amplios y diversos para frenar el golpe. Desde Sucre, la capital constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, decimos: No al golpe; sí a la salvaguarda la democracia!

Grupo de Trabajo de Filosofía Política CLACSO
Estamos a su disposición para cualquier consulta sobre el tema y, sobre todo, para establecer una cadena de apoyo a los procesos de- mocráticos y emancipatorios en todos los lugares del mundo (filopoli- ticaclacso@gmail.com).

NUEVAS GRAMÁTICAS DE PODER, TERRITORIALIDADES EN TENSIÓN
DECLARACIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO ESPACIALIDAD CRÍTICA EN EL PENSAMIENTO POLÍTICO-SOCIAL LATINOAMERICANO

Tem dias que a gente se sente como quem partiu ou morreu A gente estancou de repente
ou foi o mundo então que cresceu A gente quer ter voz ativa no nosso destino mandar
mas eis que chega a roda-viva e carrega o destino pra lá

Roda Viva, Chico Buarque


Menos de 40 años después de la caída de la dictadura militar, nos vemos forzados a denunciar que ocurre hoy en Brasil una tentativa de toma del poder cargada de características profundamente anti-democráticas. Frente a esto, por medio de este documento, nos unimos a las voces que exigen el máximo respeto a un mandato legitimado por el voto popular, fundamento mayor de cualquier orden que se pretende democrático. De la mano con los movimientos sociales populares de Brasil, denun- ciamos una acción dirigida por segmentos de la élite brasileña que, durante un momento de crisis económica y política, procuran subvertir el orden legal con el objetivo de ocupar la presidencia de la República, sin pasar por el escrutinio de las urnas. Este acto de violencia a la vo- luntad de 54 millones de brasileños ocurre por medio de un proceso de impeachment sin fundamento legal, no habiendo delito, y es conducido por figuras públicas sobre las que abundan denuncias y pruebas de co- rrupción. Este cuadro revela, con claridad, que nos encontramos ante una tentativa de golpe que afecta no solamente a un gobierno legítima- mente establecido, sino al orden democrático en sí.


Como cientistas sociales sabemos que nosotros, los latinoa- mericanos, estamos más habituados de lo que nos gustaría estar, a tales violencias. Tal fenómeno no ocurre por vivir entre pueblos que carecen de deseo democrático, pues por el contrario, la voluntad de liberación nos habita fuertemente y está evidenciada en nuestras músicas, letras y luchas. Del mismo modo, sabemos por las marcas de nuestra historia que cualquier respiro libertario no tarda en tor- narse víctima preferencial de la violencia de los grupos hegemónicos de nuestras sociedades. Son justamente los segmentos sociales que se sienten amenazados por cualquier grado, por menor que sea, de transformación de nuestras sociedades, los que hoy procuran impo- ner una derrota a un mandato garantizado por el voto popular en Brasil. Para los que se dedican al estudio de nuestras historias, ese fenómeno no puede ser visto como sorprendente. Ya es parte, infe- lizmente, de la construcción del espacio de experiencia social latino- americano, la imposición de la hegemonía por medio del sacrificio del orden democrático. No obstante, reconocer tal patrón histórico y la narrativa autoritaria de nuestras élites económicas y políticas no nos conduce a conformarnos, sino que por el contrario, nos compele como cientistas sociales críticos a reaccionar ante la injusticia y de- nunciar tales actos de violencia institucional y social. Así, afirmamos que el proceso en curso tiene como único fin encaramar por la fuerza a los grupos más conservadores de Brasil al poder -lugar que no con- siguen alcanzar por medio del voto popular. Ante este escenario no nos queda otra alternativa que elevar nuestras voces y posicionarnos del lado de las fuerzas democráticas.
No descartamos la importancia de una profunda evaluación de los errores y aciertos del gobierno del Partido de los Trabajado- res, pero hoy escribimos para denunciar la incapacidad de las élites tradicionales de Brasil para lidiar con las formas políticas que ame- nazan su hegemonía. Por medio de asociaciones patronales, como la Fiesp (Federaçao das Indústrias do Estado de São Paulo), de los grandes medios de comunicación y los grupos políticos tradiciona- les, se quiere imponer un golpe de Estado en Brasil, evidenciando la creencia de la élite nacional en que la sociedad es parte de la lista de sus propiedades. Las élites brasileñas, inspiradas por lo que ocurrió en Paraguay y en Honduras, buscan usurpar la Presidencia de la República, por medio de un proceso legal desvirtuado, que usa los instrumentos del Estado de Derecho para violentar su propio funda- mento, la autodeterminación por el voto popular. Sumado a esta vio- lencia política, testimoniamos la emergencia de discursos que hace tiempo sólo habitaban la oscuridad de los rincones más tenebrosos de la sociedad. En las palabras de los diputados brasileños en con-
Declaraciones contra el golpe en Brasil


nivencia con el golpe en progreso, asistimos -junto a la violación del principio democrático del mandato popular- a discursos que hacen apología de la violencia contra las mujeres, a la homofobia, al elogio de la tortura, al racismo, o sea, el viejo deseo reaccionario de elimi- nación de las diferencias y de sumisión totalitaria de la sociedad a las voluntades de las élites económicas.
El escenario que se revela hoy en Brasil no puede ser visto de forma aislada, sino como parte de un cuadro internacional más amplio. Después de un periodo de predominancia de gobiernos pro- gresistas de diversos matices en Latinoamérica, responsables de importantes avances sociales, vivimos una contra-ofensiva conserva- dora. Los acontecimientos que se desarrollan actualmente en Brasil son parte de este movimiento más amplio, como demuestra el plan de gobierno ya divulgado por las fuerzas que apoyan el golpe contra Dilma Rousseff. Nos encontramos por tanto, frente a una amenaza concreta que afecta a toda nuestra región y a los avances conquistados a lo largo de este periodo. La reintroducción de las políticas excluyen- tes del neoliberalismo, en perjuicio de los grupos más vulnerables, debe ser denunciada siempre, y especialmente cuando se impone de manera anti-democrática.
Los movimientos sociales populares, de todos los órdenes y orígenes, se levantan hoy como la última trinchera de defensa de la democracia, aun cuando reconocemos la forma debilitada en que ésta se encuentra en Brasil. Asimismo, frente a un gobierno que tan- tas veces se mostró insensible a las causas progresistas más profun- das; que implementó una ley anti-terrorismo que puede servir de base para la criminalización de los propios movimientos sociales brasileños; que actuó tímidamente ante la expansión de la agenda social defendida por los pueblos originarios, y que apostó, de forma acrítica, por un modelo de desarrollo ambiental insustentable, es preciso abogar por la preservación del mandato popular que le fue conferido. Nos sumamos a la grandeza de los que son capaces de reconocer la importancia mayor de la preservación de una condición democrática mínima, pues sin ésta sólo resta -como afirma la Presi- denta Dilma Rousseff- la tiranía.
De la mano con estos movimientos, nos unimos a la lucha contra la injusticia y nos colocamos del lado de aquellos que hoy protestan con- tra a roda-viva de violencia social, política y económica que se pretende imponer sobre Brasil.




Investigadoras e investigadores miembros del Grupo de Trabajo CLACSO y Programa de Investigación CEA-UNC:
La espacialidad crítica en el pensamiento político-social latinoamericano: Nuevas gramáticas de poder, territorialidades en tensión.

Nombre e Institución

Marcela Rosales | Universidad Nacional de Córdoba, Argentina Zenaida Garay Reyna | Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina
Rogério Gimenes Giugliano | Universidade de Brasília, Brasil Pablo Uc | CESMECA, México
Mariana López de la Vega | UNAM, México
Luis Ventura Fernández | UCM, Madrid, España
Andrés Mauricio Aunta Peña | Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
Lorena Antezana Barrios | Universidad de Chile, Chile
Mariana Solano Umanzor | Universidad Nacional de Costa Rica Carla Acosta Navarro |Pontificia Universidad Católica, Perú Silvana Suárez | Universidad Nacional del Comahue, Argentina Facundo Martin | Universidad Nacional de Cuyo, Argentina Claudio Monge Hernández | Universidad Nacional de Costa Rica Daniel López | Fundación Saltamérica, Salta, Argentina
Carla Eleonora Pedrazzani | Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Santiago Llorens | Universidad Nacional de Córdoba, Argentina Mariela Analía Pistarelli | Universidad Nacional de Catamarca,
Argentina
Roy Rodríguez Nazer | FLACSO | Universidad Nacional de Cór- doba, Argentina
Nadia Irigo | Universidad Nacional de Córdoba, Argentina


20 de abril de 2016
AMENAZAS A LA DEMOCRACIA EN BRASIL
DECLARACIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y CIUDADANÍA
La acusación a Dilma Rousseff, que se instituyó en un nuevo golpe contra la democracia latinoamericana, no sólo carece de certezas jurí- dicas, sino que además se gesta en show o relato de las concentraciones mediáticas que acusan/denuncian sin pruebas, mienten y violentan a los gobiernos democráticos toda vez que con ello consiguen la propagación del miedo, del odio, de la desacreditación de la política, de la descon- fianza entre los pueblos, y entre los pueblos y sus gobiernos.
El domingo 17 de abril, 367 diputados brasileños votaron a favor de la admisión del juicio político a su Presidenta, elegida por el voto popular: casi todos ellos mencionaron y eufóricamente gritaron “SÍ” en nombre de sus privilegios. No se pronunció “SÍ” a favor del pueblo de Brasil, de la soberanía popular ni de la democracia. Los que se enun- ciaron en defensa de los derechos de las mayorías, de la dignidad de los pueblos, gritaron “NO”: NO a un juicio político que no posee bases sólidas ni delitos comprobables; NO a dar un paso atrás en la historia de los derechos sociales de los trabajadores, de las mujeres, de los jóvenes, de los campesinos, de los indígenas; NO a los golpes perpetrados por los intereses concentrados.
Cuando las derechas regionales -siempre en colaboración con los poderes hegemónicos mundiales- no pueden dominar a nuestros pueblos con el hambre, las armas, los tanques, las torturas, las desa- pariciones; entonces gestan otros modos de opresión. Ya no se valen


de la sangre derramada y, en su lugar, introducen su odio, su horror al pueblo escudándose en los sentidos mezquinos de las instituciones, expresadas en el orden neoliberal. En articulación, con dos poderes que se presentan como imbatibles: la (in)justicia y los medios de co- municación. A estos procesos les cabe la definición de golpes blandos, que nada tienen de suaves, y tienen mucho –o todo-, de odio y de terror. Montado el escenario mediático y judicial para el enjuiciamiento a la Presidenta de Brasil, a quien no se le han comprobado ninguna de las causas de corrupción de las que se le acusa, este golpe se erige como otro de los atentados horrorosos contra el pueblo brasileño, contra el pueblo latinoamericano.
En la región más desigual del planeta, generar políticas de Esta- do tendientes al mejoramiento de las condiciones de vida de sus ciuda- danos, parece ser el mayor de los crímenes para las élites locales que monopolizan y concentran los poderes reales.
Mientras en el Congreso brasileño cientos de diputados consu- man un nuevo golpe, en las calles miles de ciudadanos se reúnen a favor de la democracia, de los derechos sociales, de la soberanía popular. Y con ellos estamos, a ellos acompañamos en las luchas contra estos gol- pes del odio, contra el colonialismo, la desigualdad y el patriarcado; y a favor de las democracias y de las voces abiertas de nuestros pueblos.

Fuerza Dilma y fuerza a los pueblos de Nuestramérica unida.

Chile, 25 de abril de 2016

ANTE LA SITUACIÓN POLÍTICA DE BRASIL
DECLARACIÓN DELGRUPO DE TRABAJO FAMILIA Y GÉNERO

Como grupo de trabajo queremos expresar nuestra profunda preocupa- ción por los hechos que se vienen sucediendo en nuestra Sur América. La aprobación en la Cámara de Diputados de Brasil del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff constituye otra arremetida contra gobiernos progresistas en una búsqueda por reinstalar proyectos polí- ticos conservadores con economías neoliberales. Es un Golpe Institu- cional, lo repudiamos y denunciamos. Es una arremetida del imperio que promueve el escarnio contra aquellos que proponen otro proyecto político más inclusivo y latinoamericano. Es una respuesta también patriarcal y androcéntrica hacia una presidenta mujer que ha transgre- dido el mandato social ingresando al campo de lo político y lo público apropiado por siglos por el poder masculino hegemónico.
Como Grupo de Trabajo CLACSO nos expresamos en defensa de las instituciones democráticas, la autonomía y soberanía de los pueblos y gobiernos populares progresistas y en contra de las oligarquías al servicio de los grandes grupos económicos que crecen y promueven los ajustes; las crisis políticas y las pérdidas de los derechos en las socie- dades latinoamericanas.
En defensa de los derechos, la buena vida, la diversidad étnica, genérica, generacional, y la soberanía de nuestros pueblos latinoameri- canos. En defensa de la democracia y por mayor democracia.

2 de mayo de 2016
LA HUMANIDAD CONTRA EL GOLPE EN BRASIL*

RED DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD – REDH
Los abajo firmantes, intelectuales, artistas, escritores e investigadores del mundo entero, denunciamos el golpe en curso en Brasil y nos soli- darizamos con la presidenta Dilma Rousseff, elegida por 54 millones de brasileros hace sólo un año y medio.
No se trata de un “juicio político” tradicional, como pretende presentarlo el grupo Globo. Michel Temer, la cara visible del golpe, ya expresó sus intenciones: hacer ingresar a la banca privada a la esfera pública y “focalizar” la política social al 5% más pobre del país, lo que significaría excluir del Bolsa Familia a 36 millones de personas. Ade- más, Temer se propone avanzar hacia acuerdos con Estados Unidos y la Unión Europea “con o sin el Mercosur”. En definitiva: un gobierno para la élite de su país, alejado de las mayorías, bajo la expectativa de derribar para siempre la experiencia del Partido de los Trabajadores en el gobierno.
Temer pretende ser el “nuevo Macri” de Brasil, tomando como ejemplo al nuevo gobierno argentino, que avanza en un desmantela- miento estatal pocas veces visto en el hermano país. No es de extrañar, entonces, que haya sido la cancillería de este país suramericano la que más haya apoyado la intentona golpista, en un vergonzoso comunicado



* Este texto fue publicado en el sitio Rebelion.org. Disponible en http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=212280&titular=la-humanidad-contra-el-golpe-en-brasil-


público que respalda a “las instituciones” de Brasil. Por todo lo expre- sado, y por sus vínculos con el gran capital, consideramos ilegitimo e ilegal al espurio presidente de facto Michel Temer, corrupto comproba- do, quien responde a los más oscuros intereses de la oligarquía rapaz.
Hacemos un llamado a UNASUR para que se aplique el Protocolo sobre Compromiso con la Democracia aprobado por todos los países de la organización, que podría detener la ruptura del hilo democrático en Brasil. Asimismo, exigimos a los presidentes y gobiernos del mundo no reconocer a Temer, y reclamar la restitución de la presidenta legítima- mente electa Dilma Rousseff o la convocatoria inmediata a elecciones presidenciales -como ha reclamado la propia presidenta- para que sea el pueblo brasileño quien se exprese por la vía democrática y no se imponga un golpe de estado por un congreso cuestionado y corrupto. Não vai ter golpe!

Carmen Bohórquez (Coordinadora General de la REDH) Marilia Guimaraes (REDH Brasil)
Atilio Borón (REDH Argentina)
Juan Manuel Karg (REDH Argentina) Omar González (REDH Cuba)
Ariana López (REDH Cuba)
Nayar López Castellanos (REDH México) Alicia Jrapko (REDH EEUU)
Hugo Moldiz (REDH Bolivia)
Katu Arkonada (REDH País Vasco/Bolivia) Ángel Guerra (REDH Cuba/México)
Fredy Ñañez (REDH Venezuela)
Roger Landa (REDH (REDH Venezuela) David Comssiong (REDH Barbados) Luciano Vasapollo (REDH Italia)

14 de mayo de 2016

LA CRISIS POLÍTICA EN BRASIL
DECLARACIÓN DE LOS CONSEJEROS SUPERIORES A TÍTULO INDIVIDUAL DE FLACSO
Los miembros a título individual del Consejo Superior de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, ante la grave crisis política que vive la República Federativa del Brasil, considerando:
1. Los pronunciamientos que secretarías generales de organis- mos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), así como instituciones académicas internacionales como el Consejo Latinoa- mericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), han realizado al respecto, alertando sobre el proceso de desestabilización del estado de derecho democrático que vive dicho país.
2. Que el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, y su even- tual destitución, han generado denuncias sobre irregularidades jurídi- cas así como puesto en evidencia la frágil institucionalidad democrática que enfrenta Brasil y otros países de la región.
Declaran:
1. Expresar nuestra profunda preocupación y estado de alerta ante el curso que ha venido tomando el proceso de juicio político contra la Presidenta Rousseff.


2. Respaldar la institucionalidad democrática en América Latina, que se encuentra actualmente en riesgo por los acontecimientos que se están sucediendo en Brasil.
3. Exhortar a las partes a que los asuntos involucrados en el gra- ve conflicto político que enfrenta Brasil, se resuelvan en el marco del cumplimiento estricto de su Constitución y leyes vigentes.

San José, Costa Rica, 2 de junio de 2016
Francisco Rhon (Ecuador) Roger Bartra (México) Ligia Martín (Costa Rica) Jorge Núñez Jover (Cuba) Gerardo Caetano (Uruguay)
Pablo Gentili (Brasil / Argentina)

Declaración de los consejeros superiores a título individual de FLACSO

DILMA Y LULA
“YO LUCHO HASTA EL FINAL”*
Dilma Rousseff** Entrevista de Glenn Greenwald***

Soy Glenn Greenwald de The Intercept y estoy aquí en el Palacio de Alvorada, en Brasilia, para hablar con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su primera entrevista tras ser suspendida por el Senado la semana pasada.
GG: Buenos días, señora Presidenta. Gracias por la entrevista. DR: Buenos días, Gleen.
GG: La última fase del proceso del impeachment es la Suprema Corte que tiene once ministros, ocho de ellos recomendados por el PT. De estos ocho, cinco fuero designaciones suyas. ¿Usted cree que este Tribunal y estas decisiones son legítimas?
DR: Yo creo que las decisiones del Tribunal han sido legítimas. El Tribunal no va a juzgar. No es la Corte quien juzga mi proceso de impeachment ahora. Este proceso es juzgado en el Senado de Brasil. Quien preside la sesión es el Ministro Presidente de la Suprema Corte, el Sr. Lewandowski. Entonces, espero que su presidencia asegure un ritual más consistente al proceso.


* Esta entrevista fue publicada en The Intercept, en mayo de 2016. Disponible en https:// theintercept.com/2016/04/11/assista-entrevista-exclusiva-com-ex-presidente-lula/
Traducción: Gilvan Reis
** Presidenta de Brasil.
*** Periodista estadounidense.


GG: Pero, si Usted es impedida por el Senado, puede recurrir a la Suprema Corte para rechazar o definir si hubo un crimen de respon- sabilidad. Hoy la Suprema Corte podría también detener el proceso, pero, hasta ahora, el Supremo no lo hizo. ¿Es posible que un proceso que ha sido conducido bajo la autoridad un Tribunal legítimo pueda ser un golpe?
DR: Son dos cosas completamente diferentes. El proceso por la ley brasileña transcurre en el Senado. Yo puedo recurrir a la Suprema Corte y lo haré cuando sea adecuado para mi defensa. Pero en su ínterin el proceso transcurrirá en el Senado. El Senado es el Tribunal correcto. A partir de eso, lo que puedo hacer es discutir si los procedimientos fueron correctamente aplicados, si fueron aceptos, si nos dieron amplio derecho de defensa. No hubo, por así decirlo, ninguna interrupción del proceso. Nosotros estamos apelando a eso. No conseguimos una me- dida cautelar, pero las acciones están en la Corte y serán obviamente llevadas al plenario del Supremo. El juez individualmente no dio aún la suspensión del proceso, pero tendrán que juzgarlo.
GG: ¿Pero usted tendrá una oportunidad para pedir que la Supre- ma Corte defina si cometió crimen de responsabilidad?
DR: El mérito. GG: Después. DR: Después.
GG: Al día siguiente de la votación en el Senado, el ministro Gil- mar Mendes suspendió una investigación sobre Aécio Neves, que fue derrotado por usted en la última elección. Y hay mucha gente que lo miró y pensó: “Ahora este Tribunal se está portando como un actor po- lítico y esta suspensión dio inicio al proceso para sepultar la Operación Lava-Jato”. ¿Usted está de acuerdo con eso? ¿Cuál es el significado de esta suspensión?
DR: Creo que esa suspensión es muy rara. Porque, por lo que yo sé, ninguna acción había sido suspendida hasta el momento. Ninguna acción de personas investigadas por el Lava-Jato. Ahora, el ministro Gil- mar Mendes no es la única persona en la Suprema Corte. La Suprema Corte tiene once integrantes y no todos tienen la misma posición más efectivamente militante, visiblemente militante, del ministro Gilmar Mendes. Él está tomando actitudes que van ser evaluadas a lo largo del tiempo por todos los brasileños.
GG: Pero cree que hay un peligro…


DR: Creo que en Brasil no podemos tener una doble moral. Cuan- do se vaya a investigar, hay que investigar a todos. Nadie puede ser protegido de las investigaciones.
GG: ¿Usted cree que existe algún peligro tras su apartamiento de que ellos intenten sepultar la Operación Lava-Jato?
DR: Creo que esta pueda ser una amenaza, pero yo creo también que este proceso de la Lava-Jato tiene muchos actores. Entonces, no creo que sea algo trivial sepultar el Lava-Jato. Veo con mucha preocupación cuando se habla de volver a la situación anterior, cuando el Procurador General de la República no era nombrado a partir de la elección en la lista triple, sino que se lo nombraba por razones políticas, lo que llevó a muchos archivamientos de causas. Tanto que en Brasil al Procurador General de la República se le decía “Archivador General de la República”.
A partir del presidente Lula, y de mi gobierno, di seguimiento a eso, elegimos, dentro de una lista de tres personas, generalmente el pri- mero de la lista. ¿Por qué? Con el fin de dar a la Procuraduría una mayor autonomía para investigar y evitar estos procesos de archivamiento. Yo creo que hoy existe una estructura, tanto de la Fiscalía cuanto de la Policía Federal, cuanto de sectores, segmentos de la Justicia – por ejemplo, la Suprema Corte, la Suprema Corte de Justicia– usted tiene estos segmentos con mucha disposición para aceptar las investigacio- nes. Ahora, como en todas las instituciones, ninguna institución está por arriba de la situación política de un país. Todas las instituciones sufren los efectos de la situación política de un país.
GG: Y sobre la acusación contra usted. Yo sé que muchos presi- dentes incluyendo el presidente Cardoso, gobernadores, hicieron ma- niobras fiscales. Yo sé que usted insiste que las maniobras no son un crimen de responsabilidad que podría justificar un impeachment …
DR: No son un crimen de responsabilidad como no son un cri- men contra el presupuesto ni nada. No son crímenes.
GG: ¿Pero usted no admite que está prohibido por la Ley de Res- ponsabilidad Fiscal?
DR: No, porque no está prohibido por la Ley de Responsabilidad Fiscal. ¿Qué es lo que llaman “pedaleada fiscal”? Se dice “pedaleada” a un proceso llamado crédito suplementar. Este crédito suplementar está previsto en la Ley del Presupuesto, es autorizado por la Ley de Presupuesto. ¿Y en qué consiste? Consiste en lo siguiente: si usted tiene un exceso de recaudación específico en una acción de gobierno, usted tiene el derecho de utilizar este exceso para ampliar este gobierno.


Ahora te pregunto una cosa: ¿Dónde ocurrieron estos decretos? En la Suprema Corte Electoral. El crédito que autoricé fue pedido por la justicia, por Suprema Corte Electoral. Y esto no es un exceso de recaudación global, era un exceso en cada una de aquellas rubricas. Es algo extremadamente técnico. No había nada hecho en secreto. Fue aprobado por todos. Es un análisis que la Corte ha hecho siempre.
GG: Quiero cambiar nuestro enfoque un poco. Usted fue la pri- mera mujer Presidente de la República de Brasil, y su reemplazante interino, Michel Temer, presentó la semana pasada su gabinete con 23 ministros. Ninguna mujer, ningún negro, un tercio bajo sospechas de corrupción. ¿Cómo reaccionó cuando vio este equipo?
DR: Me parece que este gobierno interino e ilegítimo será un go- bierno muy conservador en todos sus aspectos. Uno de ellos es el hecho de que es un gobierno de hombres blancos, sin negros, en un país en que la última encuesta, en el censo de 2010, tuvo una proporción que me parece muy importante. Más de un 50% se declaró de origen afrodes- cendiente. Bueno, no tener una mujer y no tener negros en el gobierno muestra un cierto descuido para con el país que estas gobernando.
GG: ¿Usted diría que Brasil ha llegado al final de la democracia?
DR: No, yo no diría eso. ¿Por qué no diría que ha llegado el final de la democracia? Porque hoy en día las instituciones pueden sufrir temblores, pero son más sólidas de lo que se piensa. Tengo cierto temor hoy en día, porque ¿qué sucede con un gobierno ilegítimo? Un gobierno ilegítimo intenta recubrir bajo el manto de un pseudo-orden, la libertad de expresión y, sobre todo, muestra una gran voluntad para cortar los programas sociales.
GG: Frente a un gobierno que usted clasifica como ilegítimo,
¿cree que es correcto que los brasileños luchen contra este gobierno con la desobediencia civil como usted hizo después del golpe del 64?
DR: Creo que son situaciones diferentes, totalmente diferentes... GG: Lo entiendo. Sin embargo, los brasileños deben utilizar aho-
ra la desobediencia civil para luchar contra este gobierno… yo sé que
las situaciones son diferentes, pero ¿hemos llegado al punto en que se justifica que los brasileños luchen contra este gobierno, que usted cla- sifica como ilegítimo, utilizando la desobediencia civil?
DR: Yo creo que lo hay que hacer aquí, en Brasil, es luchar en contra, protestar, e incluso, creo, ejercer presión sobre los legisladores, presión sobre todas las áreas sociales.


GG: Con Bolsa Familia ahora...
DR: No, sólo estoy tratando de dar un ejemplo, ya que van exis- tir luchas concretas. No es una desobediencia civil genérica. Tendrán luchas concretas. La gente tendrá que movilizarse de las muchas yen diversas formas. Si usted llama a las manifestaciones como desobedien- cia civil, yo diría que sí, que habría desobediencia civil. Ahora, depende de cómo se la defina.
GG: De acuerdo, pero hay mucha gente ahora que sale a las calles para protestar en su defensa, en defensa de la democracia y están muy preocupados porque pueden ser encuadrados dentro de la la Ley An- titerrorismo, que, hace dos meses, usted aprobó. Cuando entrevisté al ex presidente Lula el mes pasado, él dijo que está en contra de esta ley porque da poderes innecesarios y peligrosos a los gobiernos, pudiendo generar abusos. Ahora estos poderes están en manos de otro presidente.
¿Usted piensa que fue un error aprobar esta ley?
DR: No, no creo, ¿sabes por qué? Porque todos los elementos que permitirían este uso, yo los veté. Esta ley, que fue aprobada en el Con- greso, se refiere a los Juegos Olímpicos...
GG: Es por esto, pero se puede utilizar...
DR: Ya sé, pero no tiene ninguna dimensión aplicable a los mo- vimientos sociales o manifestaciones políticas. Es exclusivamente para actos terroristas. Todas las cosas medio oscuras, nosotros las vetamos. Así que, lo siento, pero en este punto yo tengo una pequeña divergencia con el presidente Lula. Él tendría toda la razón si hubiera sido sancio- nada tal como vino desde el Congreso.
GG: El Gobierno de Temer dijo que destinará la Bolsa Familia sólo para el cinco por ciento más pobre. En su opinión, ¿cuál será su impacto y cómo va a reaccionar la población?
DR: Creo, Greenwald, que la población va a reaccionar mal. ¿Por qué? En el caso de que se centren en el cinco por ciento, usted calcule, en un país de 200 millones de personas, 204 millones, que el cinco por ciento corresponde sólo a 10 millones. Hoy la Bolsa Familia alcanza a alrededor de 47 millones de personas. En el caso de la Bolsa Familia hay que entender para quiénes está hecho el programa. No está hecho para los adultos. Se hace principalmente para los niños.
Porque toda la condicionalidad de este programa es llevar a los niños a la escuela, vacunar y monitorear la salud del niño. Con esto, hemos reducido la mortalidad infantil, con esto pusimos en las escuelas niños que no iban a la escuela. No hay como hacer política para los ni-


ños, si no la haces para los adultos, para las familias, para las madres. Y avanzar sobre estas medidas, creo que muestra claramente el carácter de retroceso, el conservadurismo.
GG: Un periodista estadounidense que vive hace mucho tiempo en Brasil, Alex Cuadros, escribió un artículo para el Washington Post hace tres semanas, con este titular: “Como el PT perdió a los trabajado- res”, y señaló que el PT transfirió mucho dinero para multimillonarios, para los más ricos, para las grandes empresas y, al mismo tiempo, im- puso medidas de austeridad para los más pobres. ¿Es por causa de estas políticas que gran parte de la base de su partido la abandonó ahora?
DR: Bueno, en primer lugar no creo que la base de mi partido me haya abandonado.
GG: Pero hay muchos partidarios que la apoyaban antes y ahora no la están apoyando.
DR: Bueno, yo no veo eso, por el contrario, veo un gran apoyo de las bases de mi partido, de la base progresista de Brasil. Creo que uno de los resultados de este proceso fue una gran reaglutinación. Vamos a entender en qué coyuntura nos encontramos. Brasil, como todos los países, empezó a enfrentar ahora, a partir del 2014, la crisis económica.
Obviamente, cuando se está en un proceso de crisis, cuando estás en la fase descendente del ciclo económico, y no en la fase de crecimiento, se pierden instrumentos para hacer política anticíclica. Hemos venido ha- ciendo una política anticíclica en los años 2011, 2012, 2013 y 2014. En el año 2014, agotamos nuestra capacidad fiscal para hacer esta política anticíclica.
GG: Lo sé, pero durante este tiempo se ayudó mucho a multimi- llonarios, grandes empresas...
DR: Me gustaría que usted me explique en qué ayudé a multimi- llonarios y grandes empresas. ¿Por qué? Porque no hicimos ajustes para cortar programas sociales. Preservamos la Bolsa Familia, preservamos Prouni, preservamos Fies, preservamos todas las políticas para la pe- queña agricultura, el programa de adquisición de alimentos, preserva- mos todo el financiamiento para la pequeña agricultura, preservamos nuestra política para la mujer, para quilombolas, indígenas, tanto es así que están haciendo el desmantelamiento ahora.
GG: Usted dijo antes que Michel Temer está construyendo un go- bierno muy conservador, y también que él es el líder de este golpe, que está involucrado en este golpe. Y también, hace dos semanas, Eduardo Cunha fue retirado de la presidencia de la Cámara por corrupción. ¿Por qué usted eligió a estas dos personas como aliados tan cercanos?


DR: Mira, yo estaba incluso viendo esto hoy. En Brasil, existe un proceso que creo que es quizás uno de los más distorsionados del mundo. Aumenta el número de partidos de forma sistemática y cada vez más los gobiernos necesitan de más partidos para formar una mayoría simple y una mayoría de dos tercios en el Parlamento. Hay que tener una base de alianzas. Cuanto mayor sea la base de alianzas, menos alineado política e ideológicamente esta será. Así que pasas a tener que construir alianzas muy amplias. Este es un proceso extremadamente complejo. Además, tiene otra característica. Este golpe tiene un líder. El líder no es el presidente interino…
GG: Pero él está involucrado.
DR: No, calma. El líder es el presidente de la Cámara que fue ahora apartado. Con un poco de retraso, pero mejor tarde que nunca, como ya he dicho. Este líder, en esencia, es de un sector conservador, muy conservador.
GG: Pero es un antiguo aliado suyo, ¿verdad?
DR: No, calma, no. Cunha era mi aliado porque era del partido de centro, que, desde 1999, construye la mayoría con los gobiernos. Él no pertenece a nuestro segmento, este es un partido complejo. No per- tenece a nuestro segmento, él no forma parte de un partido ideológico. Hay que entender el hecho de que dentro de este partido conviven las más diversas características. Él inexorablemente, fue, entre comillas, “mi aliado”.
Comenzamos a tener conflictos desde el primer día de mi go- bierno, de mi segundo gobierno. Durante mi primer mandato, tuvimos permanentes conflictos con él. Así que este es un tema que es muy importante de entender, ya que él actúa en la oscuridad. Cunha es muy bueno para actuar en la oscuridad.
GG: En su opinión, ¿el cambio de gobierno y la dirección de la política exterior podría perjudicar la relación de Brasil con los BRICS y el Mercosur?
DR: Espero que no hagan este absurdo contra el país. Creo que tanto la Unasur, el Mercosur y los BRICS son grandes logros de Brasil. Suponer que es posible, para un país con la dimensión de Brasil, no tener una relación estrecha con los países de la Unasur, del Mercosur, y con esta gran conquista para el multilateralismo que representan los BRICS, es una osadía. Es una osadía. Creo que demuestra, por lo bajo, una gran ignorancia. Un gran desconocimiento de la situación internacional.


GG: Usted ha dicho muchas veces que van a luchar hasta el final en el proceso del juicio político, pero si usted pierde el impeachment , y se ve forzada a salir, ¿qué es mejor: que Michel Temer siga en el poder sin la aprobación electoral o llamar a nuevas elecciones?
DR: Me vas a dar el permiso para que no responda a esto. GG: ¿Por qué sigues luchando?
DR: Porque yo lucho hasta el final. GG: Entiendo.
DR: Debes comprender que si me sitúo en ese escenario, yo me estaría desmovilizando.
GG: Usted es conocida como una mujer muy fuerte y ha dicho muchas veces que no hay comparación entre lo que sufriste antes y lo que está sucediendo ahora, pero la crisis es muy difícil para el país y para usted también. ¿Le está afectando esto a usted y a su familia?
DR: Bueno, creo que afecta, sí. Afecta en lo personal, porque incluso lo dije el otro día, el día que salí de la condición de presidente en ejercicio, porque yo soy la presidente efectiva de Brasil y la legítima. Creo que me afecta en el siguiente sentido: porque es una injusticia. Tal vez lo más difícil para una persona aguantar, más allá del dolor, de la enfermedad y de la tortura, es la injusticia. ¿Por qué? Porque usted se siente como si estuviera atrapado. Por supuesto, ellos persistieron un buen tiempo, me denostaron por ser mujer, creo que ellos asumieron que yo podría renunciar.
¿Por qué querían que yo renuncie? Porque mi presencia es incó- moda, ya que no tengo cuentas en el exterior, me han revisado por todos lados y nunca recibí un soborno, no acepto convivir con la corrupción. Una de las cosas por las cuales dicen que soy dura es porque es muy difí- cil llegar a mí para proponerne cualquier cosa incorrecta. La injusticia de este hecho, la injusticia política, la injusticia personal, me afecta, afecta a mi familia, nos afecta a todos. Y yo, el otro día, dije que era víctima, no en el sentido de víctima que se sacrifica, sino víctima de la injusticia. Soy una víctima de la injusticia.
GG: Señora Presidenta, gracias por la entrevista. DR: Muchas Gracias.

19 de mayo de 2016
“AQUÍ HAY UN GOLPE QUE ATROPELLA AL VOTO POPULAR”*
Luiz Inácio Lula da Silva** Entrevista de Glenn Greenwald***

Luiz Inácio Lula da Silva, mundialmente conocido como Lula, es una de las personalidades más destacadas, influyentes y carismáticas del mundo. Lula creció en la extrema pobreza en el nordeste de Brasil y aprendió a leer recién a los 10 años. Se volvió líder sindical, fundó un partido político para oponerse a la dictadura militar y, entonces, tras tres derrotas consecutivas en las elecciones, se convirtió en presidente de Brasil el 2003. Reelecto con gran mayoría de los votos en 2006, lideró Brasil en su extraordinario crecimiento. A fines de su segundo período, su tasa de aprobación era de un histórico 86%.
Pero ahora su legado está en riesgo. Su partido y él mismo están involucrados en un gran escándalo. La política brasileña vive un caos. Muchos creen que la propia democracia en el país está en peligro. Yo conversé con el ex-líder brasileño en San Pablo, este viernes, en su Ins- tituto, para discutir el escándalo, la movilización para aprobar el juicio político de su discípula, la presidenta brasileña Dilma Rousseff, además de hablar sobre su mirada hacia otra cuestiones políticas importantes.

* Esta entrevista fue publicada en The Intercept, en abril de 2016. Disponible en https:// theintercept.com/2016/04/11/assista-entrevista-exclusiva-com-ex-presidente-lula/
Traducción: Gilvan Reis
** Ex presidente de Brasil.
*** Periodista estadounidense.


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GG: Buenos días, Señor Presidente. Gracias por la entrevista. LS: Buenos días.
GG: Empecemos por la Operación Lava-Jato. En 2008, Wall Street en Estados Unidos creó por medio de fraudes y corrupción una terrible crisis financiera que generó un sufrimiento económico intenso para mu- chos países, incluso Brasil, y que sigue hasta hoy. El hecho más increíble es que ningún gran empresario fue a la cárcel o sufrió consecuencias legales por estos crímenes. Esto eventos crearon la percepción de que los grupos más poderosos, más ricos, tienen inmunidad frente a ley y que sólo los pobres, personas sin poder, son punidas por sus crímenes. Pero acá, en Brasil, con la Operación Lava-Jato, estamos viendo lo contrario. Los más ricos, los más poderosos, están yendo a la cárcel. Billonarios, magnates, miembros de casi todos los partidos políticos. Yo sé que usted tiene muchas críticas sobre esta operación. Yo también hice notas sobre como el comportamiento del juez Sergio Moro se volvió político. Pero,
¿Usted está de acuerdo en que hay un aspecto positivo con este proceso, que deja una fuerte señal diciendo, que todos, independientemente de su poder, posición y riqueza, están sometidos a ley?
LS: En primero lugar, el Partido de los Trabajadores (PT), el go- bierno y yo personalmente no tenemos que enojarnos con el proceso de investigación, porque el gobierno tiene mucha responsabilidad por lo que está sucediendo. Es decir, fue exactamente el gobierno del PT el que creó todas las condiciones para que nuestras instituciones funcionen correctamente. Nuestro gobierno consolidó la autonomía de la Procu- raduría eligiendo siempre procuradores que la categoría deseaba elegir. Fuimos nosotros los que hicimos funcionar la Policía Federal haciendo muchas inversiones en la contratación de personas, invirtiendo en la inteligencia de la Policía Federal. Fuimos nosotros los que creamos el sitio web Portal de la Transparencia. Fuimos nosotros los que creamos una ley que permite que cualquier periodista tenga acceso a la infor- mación que quiera sobre el gobierno, todos los días. Fuimos nosotros los que fortalecimos la Contraloría General de la Nación que investiga cada Ministerio, y que envía los procesos al Tribunal de Cuentas. Y fuimos nosotros los que establecimos junto al Tribunal de Cuentas, un método más ágil para este Tribunal. Entonces, el gobierno, en primer lugar, tiene responsabilidad de todo lo que está sucediendo. En segun- do lugar, creo que es importante que los ricos sean llevados a la cárcel porque acá en Brasil se detenía a un pobre porque robaba el pan, pero no al rico que se robaba un billón. Se detenía a un pobre porque robaba medicamentos, pero no a un ciudadano rico que evadía impuestos.
GG: ¿Este es el aspecto positivo?


LS: Sí, este es el aspecto positivo que creo que es muy importante porque es lo que permite que soñemos que algún día este país sea un país realmente serio. ¿Qué es lo que me parece negativo? Y es una pre- gunta que me hago todos los días. ¿Será que para que usted siga con el proceso de investigación en curso es necesario hacer de esto un Gran Hermano? ¿Es necesario hacer de esto un espectáculo de pirotecnia todos los días, sin tener en cuenta que usted puede estar condenando a una persona por un titular de un periódico o por una nota de TV, a alguien que después sea en realidad inocente? ¿Es posible hacer esta misma investigación, detener a las mismas personas, sin hacer esta misma pirotecnia? Yo creo que sí. ¿Es posible analizar el costo de esta operación, analizando cuánto va a devolver al tesoro público y cuanto está costando al Brasil? ¿Cuánto está impactando esta operación en el valor del PIB, en la tasa de desempleo, en la cantidad de plata que dejó de ser invertida en el país?
GG: ¿Usted cree que está operación está destruyendo al PT? Por- que el 60% de los políticos acusados por la Lava-Jatos son del PP, un partido de derecha, no del PT.
LS: Yo voy a entrar en esta historia del PT y espero que haya una pregunta específica al respecto, porque es lo que sigue. Primero, cuando usted hace una ley, establece condiciones para que las institu- ciones funcionen correctamente sin excepción. La única protección de la persona consiste en seguir la ley, hacer las cosas correctamente, no cometer errores. Si el PT comete errores, el PT tiene que pagar por eso como cualquier otro partido político tiene que pagar o como cualquier otra persona que no pertenezca a ningún partido político. Al final, la ley es para todos. Es así que nosotros consolidamos la democracia en Brasil y en cualquier parte del mundo. Segundo, lo que me parece raro en la delación premiada —y lo denuncié en diciembre de 2014, no sólo ahora— es el proceso de filtración selectivo de las noticias que normal- mente son contra el PT. Cuando hay una acusación hacia otro partido político, la misma no pasa de una letra pequeña en los periódicos y cinco segundos en la televisión. Cuando es algo contra el PT, son 20 minutos en la televisión y es la tapa de todos los períodos, dando una demonstración clara de que existe desde hace dos años un claro intento de criminalización del PT.
GG: Entonces, vamos a discutir estas críticas en un minuto. Pero primero quiero preguntar algo porque varias veces usted se refirió al proceso de impeachment contra la presidenta Dilma como un golpe. En la Constitución brasileña está previsto claramente el proceso de impeach- ment y también este proceso está bajo la autoridad de la Suprema Corte,


que tiene 11 miembros, 8 de los cuáles fueron designados por el PT, 3 por usted y 5 por la presidenta Dilma. Y esta Corte ya tomó decisiones importantes a su favor. ¿Cómo puede llamar “Golpe” a este proceso?
LS: Pero también tomó decisiones contrarias muchas veces. Es decir, (…).
GG: Pero estos pasa en todos los Tribunales. ¿Cómo puede ser un golpe cuando el proceso está bajo una Corte así?
LS: Yo te voy a decir porqué es un golpe. Es un golpe porque, aunque el impeachment esté previsto en la Constitución brasileña, para que la persona sufra el impeachment es necesario que haya cometido un crimen de responsabilidad. Y la Presidenta Dilma no cometió nin- gún crimen de responsabilidad. Por lo tanto, lo que está sucediendo es un intento de algunas personas de llegar al poder atropellando al voto popular. Es decir, cualquiera tiene el derecho de querer ser presidente de la República. Cualquiera. Sólo tiene que ser electo. Yo perdí 3 elec- ciones, no acorté el camino, esperé 12 años para ser presidente de la República. Por lo tanto, cualquier persona que quiera ser presidente, en vez de querer derrocar al presidente en vigencia, es mejor que dispute las elecciones como yo lo hice en 3 ocasiones, en que perdí y no me enojé. Entonces, por eso creo que este impeachment es ilegal porque no hay crimen de responsabilidad. En realidad, yo creo que estas personas quieren sacar a Dilma, sin respetar la ley, cometiendo un golpe porque esto es un golpe político.
GG: Porque ellos no pudieron ganar la elección. Bueno, quiero preguntarte: el PT pidió el impeachment de los tres presidentes antes de usted. ¿Usted cree que ellos estaban involucrados en crímenes de responsabilidad para justificar el impeachment?
LS: No, mira, el PT pidió el impeachment de Collor y el proceso fue llevado a cabo porque él había cometido crimen de responsabilidad. En el caso de Fernando Henrique, la Cámara ni aceptó el pedido, por lo tanto, se murió allí mismo. Tal vez porque no hubiese crimen de respon- sabilidad. Ahora, este pedido de impeachment también podría haber sido rechazado. Pero, ¿por qué el proceso fue abierto y una Comisión fue constituida? Porque el presidente de la Cámara se enojó porque el PT no votó a favor de él en la Comisión de Ética y resolvió vengarse intentando crear el impeachment de la presidenta Dilma, lo cual me parece un abuso muy grande en este momento político.
GG: Quiero preguntar sobre Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, porque las evidencias de corrupción de su parte son muchas. Descubrieron cuentas en bancos en Suiza con millones de


dólares sin explicación. Además, él claramente mintió ante el Congre- so cuando negó tener cuentas en bancos extranjeros. ¿Cómo explicar, tanto a extranjeros como a brasileros, que un político tan corrupto pudo permanecer, no solamente como líder del Congreso Nacional, sino también como líder del proceso del impeachment contra la presidenta de la República?
LS: Lo que es más grave es como la prensa lo trata con cierta normalidad y no trata a Dilma con la misma normalidad. En realidad, Dilma está siendo juzgada por personas que están siendo acusadas y ella no tiene ninguna acusación en su contra. La acusación que hay en su contra respecto al manejo inadecuado del presupuesto no es crimen y ni siquiera pasó por el juicio del Congreso Nacional.
GG: ¿Cómo se puede explicar eso? Porque creo que hay muchos extranjeros que no lo pueden entender.
LS: No hay explicación excepto por la locura mental de algunas personas en este país. El Congreso Nacional podría respetarse tomando en cuenta que no existen condiciones políticas para hacer el juicio a Dilma de la manera como lo están haciendo. Eduardo Cunha no tiene respetabilidad, ni en el Congreso ni ante la sociedad, para hacer esto. Pero está ocurriendo y algunas veces incluso con el aval de los medios de comunicación, lo que me parece muy grave. Lo que más me preocupa de todo esto, es que Brasil tiene solamente 31 años de democracia. Es el más largo período de democracia continuada en este país. Y lo que estamos haciendo en este momento es jugar con la democracia. Y con la democracia no se juega, porque todas las veces que se juega, toda vez que negamos la política, lo que viene es peor.
GG: Existen contundentes evidencias que muestran corrupción en los partidos de oposición al gobierno del PT. Esto es muy claro. Pero, ¿Usted está de acuerdo en que también hay un problema grave de corrupción dentro del PT?
LS: Déjame decirte algo. Hasta ahora lo que estamos viendo está relacionado con el proceso de delación. En el caso del tesorero del PT, él fue condenado en un proceso de delación y es un proceso que será juzgado. Él dice que no lo hizo. En la delación existe la tesis de la ven- taja. Es decir, el empresario que está detenido intentará librarse de la corrupción echando la culpa de su crimen a otra persona. Cualquier día alguien puede mencionarlo a usted diciendo que fue beneficiado con alguna donación de alguna empresa. Lo que me parece fantástico y gracioso es que las empresas tienen dos cofres. Uno con la plata honesta y el otro con plata de la corrupción. El cofre que tiene el dinero honesto


va para el PSDB, para el PMDB, para los otros partidos. En cuanto al otro, que contiene el dinero sucio, es para el PT. Es, como mínimo, una locura mental creer en eso. Es, como mínimo, un error no comprender que, en este momento histórico -y no estoy diciendo que el PT no tiene la culpa, pues si el PT la tiene, tendrá que pagar como cualquier otro partido- el PT no es inmune. Lo que estoy diciendo es…
GG: Pero existe un problema grave.
LS: Es que, en este momento histórico, lo que hay, es un intento de criminalizar al PT, de sacar a Dilma y de intentar anular cualquier posibilidad de Lula de volver a postularse como presidente de Brasil.
GG: Entiendo los motivos y todo lo que dijo sobre esta cuestión, pero quiero aclarar mi pregunta. Usted cree que hay muchos proble- mas, incluso peores casos de corrupción, en otros partidos, incluyendo el partido que está liderando el proceso del impeachment contra Dilma. Pero usted, como uno de los fundadores del PT, la persona más impor- tante del PT junto con la presidenta Dilma, ¿usted reconoce que hay un problema grave de corrupción dentro de su partido?
LS: Yo no creo que haya problemas en mi partido. No creo que… yo te voy a contar algo. Cuando empezó el escándalo del “mensalao”, al- gunos sectores de los medios de comunicación decían que era el proce- so de corrupción más grande de la historia del planeta Tierra. Después, vino el proceso y se volvió difícil de probar. Es decir, para consolidar el proceso, inventaron la historia de la ley del dominio sobre el hecho, la teoría del dominio sobre el hecho. Es decir, yo no necesito tener prue- bas. ¿Eres el jefe de la organización? Eres el culpado. Fue eso lo que paso con el “mensalao”. Y ahora ellos están construyendo otra tesis. Mira, hicimos la campaña en octubre de 2014 y una revista escribió un titular que decía: “Lula y Dilma sabían de todo”. ¿Usted se acuerda?
GG: Sí, claro.
LL: Hace dos años y todos los días hay un artículo, todos los días hay un tweet, todos los días recibo una información: “Mira, detuvieron tal persona que va a decir que Lula está involucrado”.
GG: Para ser claro sobre este punto. El ex líder del PT en el Se- nado, Delcídio Amaral, dijo que usted sabía sobre el pago de coimas y que también comandaba eso.
LS: Déjame decirte algo, Delcídio quería escaparse de la cárcel. Delcídio era una persona con fuertes relaciones con la empresa Petro- bras, desde antes de ser del PT. Él tuvo fuertes vínculos con Petrobras en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, tuvo fuertes vínculos


con Petrobras porque él perteneció al sector durante mucho tiempo. Es decir, Delcídio mintió descaradamente.
GG: ¿Por qué motivo?
LS: Para escarpase de la cárcel. Claramente, para escapar de la prisión.
GG: Muchas encuestas hechas recientemente revelaron una fuer- te indignación con el gobierno, con el PT, incluso por parte de personas que apoyaron al PT durante mucho tiempo. ¿Usted cree que todo este enojo contra el PT es ilegítimo o reconoce que una parte es válida?
LS: No creo que el odio estimulado contra el PT se sostenga para toda la vida. Hoy estamos viviendo un momento en que el odio contra el PT es estimulado 24 hs. por día. El Partido que hizo más políticas sociales y que en solamente 12 años cambió la historia de este país. Les dimos cara a los trabajadores, les dimos cara y ciudadanía a los pobres. Les dimos todo lo que ellos nunca tuvieron. De ahí el odio estimulado por personas que no saben compartir los espacios públicos con los que están por abajo. Yo estoy tranquilo y sigo diciéndolo con mucha tranquilidad, porque yo dudo que haya un empresario amigo o enemigo que diga que un día discutió por diez centavos conmigo. Yo veo como están sucediendo las cosas, veo las mentiras, las cosas que inventaron contra Lula. Me inventaron un depar- tamento. Alguien va a tener que darme aquel departamento.
GG: ¿Pero usted acepta que hay mucha gente, incluso gente que apoya al PT, que está sufriendo por la economía?
LS: Claro.
GG: Y en el gobierno del PT, yo sé que hay muchas causas que no tienen nada que ver con el gobierno, cosas sobre la economía global y la economía China, pero, ¿existe también alguna culpa que pueda ser atribuida a la Presidenta Dilma por eso?
LS: Mira, vamos a entrar en la parte económica ahora. Vamos hablar de la parte económica. Brasil hoy está sufriendo los efectos más perversos de una crisis mundial causada por el sistema económico glo- bal. Fue exactamente en los Estados Unidos donde empezó la crisis mundial, que se tornó mucho más grave con la quiebra del Lehaman Brothers, y hasta el momento, ya se han gastado 13 trillones de dóla- res sin conseguir resolver el problema de la crisis. El 2009, durante la primera reunión del G20, yo propuse que si quisiéramos resolver el problema de la crisis, en vez de contener el gasto, deberíamos ayudar a los países más pobres a conseguir dinero barato para que puedan empezar a desarrollarse.


Nosotros discutíamos que no debía haber proteccionismo, que era necesario abrir el comercio para, sobretodo, favorecer a los países más pobres, especialmente África y América Latina. Todos concordaron y esto figura en el primer documento firmado en Londres. Sin embargo, cada uno volvió a su país y estableció su proteccionismo. En realidad, yo hice esta crítica en 2009 diciendo que el problema de la crisis era la ausencia de líderes políticos. La política mundial fue tercerizada. Son bu- rócratas de segundo escalón, de primer escalón, los que toman decisiones importantes y los dirigentes se esconden, no aparecen.
GG: ¿Pero ahora el gobierno brasileño es totalmente libre de cul- pa por este problema?
LS: Voy a entrar en Brasil ahora. GG: Cierto. Entiendo.
LS: Sólo quería situar la crisis. No es posible que la crisis en Eu- ropa esté tardando todo este tiempo. No es posible que Estados Unidos no haya resuelto aún el problema de la crisis. O sea, todo esto es porque ellos contuvieron el consumo, que es lo que puede motivar la producción, la industrialización de un país. Aquí, entre 2011 y 2014, Brasil hizo una fuerte política de exención fiscal y exoneración. El gobierno abrió mano de casi 500 billones de reales para seguir incentivando al crecimiento económico. Fue eso lo que permitió que nosotros llegáramos a diciembre de 2014 con 4.3% de desempleo en Brasil. Parecía que era Finlandia o Noruega de tan bajo el nivel de desempleo. Sin embargo, el gobierno no percibió que este proceso de exención fiscal y exoneración disminuyera la caja del gobierno, disminuyó la capacidad de recaudación. Claro que Dilma no quiso cambiar eso durante el proceso electoral. Después de las elecciones, cuando Dilma gana las elecciones, asumiendo un compromi- so con el pueblo brasileño, Dilma propone un ajuste fiscal y empieza to- cando exactamente algunos derechos fundamentales de los trabajadores.
GG: Pero…
LS: Y eso puso gran parte de nuestros votantes en contra de no- sotros. Y hasta hoy aún no lo pudimos revertir. Es por eso que yo vengo discutiendo con la presidenta Dilma y le vengo diciendo que la única chance de revertir este escenario es señalar una política económica que genere expectativas y esperanzas para la sociedad brasileña. Aque- llas personas que habían aprendido a subir un escalón en la escalera social no pueden caer. Estas personas tienen que permanecer. Por eso es que necesitamos de una política económica inversa para estimular el financiamiento, el crédito, el consumo, la micro-industria, la media industria, o sea, hacer que la rueda gire para adelante.


GG: ¿Es posible justificar los programas de austeridad que el gobierno está imponiendo ahora? ¿Y usted cree que va empeorar si hay un cambio de gobierno?
LS: Déjame decirte algo, no hay austeridad. GG: ¿No hay nada así en Brasil?
LS: Lo que hay es la constatación de que no hay recaudación. Si no hay recaudación, no puedes gastar. Eso vale para mi casa, para la suya, para el gobierno, para una empresa. Es decir, el gobierno, dis- minuyó su capacidad de recaudación porque el gobierno creyó que la economía mundial iba a remontarse muy rápidamente y ella no se re- cuperó. Y Brasil tampoco se recuperó. ¿Qué es lo que tienes que hacer ahora? El gobierno no puede quedarse un año más hablando de cortes. El gobierno ahora tiene que hablar sobre crecimiento. Tiene que hablar sobre inversión. Si no hay dinero público en el presupuesto, hay que conseguir financiamiento, buscar alianzas, construir proyectos estra- tégicos con otros países. Porque ahora, en época de crisis, tenemos que hacer aquello que no conseguimos hacer bajo las circunstancias nor- males. Hay que ser más atrevido, tener más coraje y hacer cosas nuevas.
GG: Existe un creencia común en el Occidente de que el PT es parecido a los partidos de la izquierda como, por ejemplo, de Bolivia, Venezuela, Cuba o Ecuador, y que usted y Dilma quieren poner al Brasil en el mismo camino. Y yo también estoy escuchando mucho eso aquí entre los brasileños. ¿Eso es verdad? ¿Cuál son las principales diferen- cia entre el PT y aquellos partidos políticos?
LS: No, no sea injusto con el PT, por el amor de Dios. El PT tiene mucha relación con el PSD alemán, con el Partido Laborista inglés, con el Partido Socialista Francés, con el Partido Socialista Español.
GG: ¿Cuál son las diferencias principales? LS: El PT tiene mucha relación.
GG: ¿Las diferencias principales entre el PT y el resto de los paí- ses de izquierda en América Latina?
LS: Déjame decirte algo, el PT es el partido de izquierda más grande de América Latina. El PT ni siquiera definió el tipo de socialis- mo que el PT quiere porque el PT dice que el socialismo será una cons- trucción, será construido por el pueblo, no será el PT el que decida con los intelectuales qué tipo de socialismo queremos. El PT es mucho más abierto que otros partidos de izquierda de América Latina. También nosotros somos más grandes, el Partido es muy plural. No hay ningún


partido del mundo que sea más abierto y democrático que el PT. Dentro del PT convive todo lo que se pueda imaginar. Es como si fuera un arca de Noé, o sea, cualquier persona y cualquier posicionamiento político puede entrar al PT. Lo que se necesita es tener conciencia de que una vez que el PT decide, aquello que el PT decidió, pasa a ser obligación de todos los petistas.
GG: Usted hizo una rueda de prensa haces dos semana para la prensa internacional y dijo algo muy interesante sobre el juez Sergio Moro. Dijo que es una persona inteligente, competente, pero, para usar sus palabras, “como todo ser humano”, las personas con mucho poder y adoración son vulnerables a la tentación de abusar del poder. ¿Eso se aplica para usted también?
LS: Es que no tengo ningún poder. GG: ¿No tiene ningún poder?
LS: No tengo poder. Yo cuando tuve poder fue cuando era pre- sidente de Brasil. La cosa que más me enorgullece es que nunca la so- ciedad participó tanto de la toma de decisiones como cuando participó en mi gobierno.
GG: Cuando tuvo poder o si vuelve a tener poder en el futuro
¿esto se aplica a usted también? ¿La idea de que una persona con mucha adoración y poder son vulnerables a la tentación del abuso del poder?
LS: Yo creo que una persona con mucho poder se vuelve alguien vulnerable. Y no todo ser humano consigue aguantar la popularidad. Los medios, la fotografía, la imagen, eso puede perjudicar a mucha gente. Yo ya vi a mucha gente, desde jugadores de futbol a jugadores de baseball, a jugadores de snooker, a jueces, a presidentes de la República, a diputados, senadores perjudicados.
GG: ¿Usted también necesita pelear contra este peligro?
LS: Lógico. Desde cuando era dirigente sindical yo siempre tuve conciencia de que no me iba a permitir ser influenciado por mi éxito de la prensa. Yo sé cómo es bueno salir en la tapa de un periódico, en la tapa de una revista, en la televisión todos los días. Ahora, si no tienes cuidado y no tienes responsabilidad, puedes terminar yendo por un ca- mino totalmente equivocado. Todo hombre que se cree imprescindible, todo hombre que se cree irremplazable, empieza a volverse un dictador. Y cuando empieza a volverse un dictador eso es muy malo.
GG: Quiero discutir el rol de los medios brasileños incentivando las protestas y presionando por la salida de Dilma. Como un periodista


no brasileño, pero que vive acá hace mucho tiempo, estoy choqueado con los medios de acá, como las organizaciones Globo, Veja, Estadão, están tan involucrados en el movimiento contra el gobierno y defen- diendo los partidos de la oposición. Ellos fingen imparcialidad pero, en realidad, actúan como la principal herramienta de propaganda. El control de las organizaciones de los medios por pocas familias muy ricas en Brasil, ¿es un peligro para la democracia?
LS: Sí.
GG: ¿Por qué?, ¿Cómo?
LS: Déjame decirte algo, yo creo que lo ideal en el mundo, lo que sería ideal para que tu tengas una prensa altamente democrá- tica, que tenga su opinión política, pero que fuera expresada en su editorial, y que a su vez fuera muy leal a los hechos. Que no te lleguen versiones, sino los hechos. Bueno, acá en Brasil, hoy en día, no hay partidos de oposición. Acá en Brasil, hoy quien hace oposición son los propios medios.
GG: El Globo, Abril.
LS: Tienes 3 periódicos, 3 revistas, y los canales de TV que hacen oposición abierta al gobierno. Convocan a las marchas, a las protes- tas. Están estimulando el odio. Mira, yo perdí 3 elecciones. Y cada elección que perdí yo volvía a casa y lamentaba con mi mujer, con mis compañeros del PT. Esperaba 4 años para quedar listo, perdía otra vez, volvía a casa, iba a lamentarme, ¿sabes? Perdía otra vez. Hasta que un día gané. Y ellos no saben perder. No saben perder. Perdieron la elección contra Dilma. Y siguieron en la campaña hasta hoy. Como el partido es frágil, la prensa asumió el rol de ser el partido. Eso es grave. Es un riesgo para la democracia. Mira, cuando terminé la gestión en 2010, habíamos hecho una Conferencia Nacional de Comunicación. Y preparamos un anteproyecto de regulación que podría ser modelo es- tadunidense, inglés, francés, pero no modelo cubano ni menos modelo Chino. Lamentablemente no llegó al Congreso Nacional porque nuestra reglamentación es de 1962, de cuando no teníamos internet, fax, cuando no teníamos nada, ni TV Digital, ni satélite, nada. Nuestra reglamen- tación es de 1962 y ellos no quieren cambiar eso. Entonces, creo que es un debate que va a volver.
GG: Pero estas organizaciones de los medios aceptaron o tal vez apoyaron su postulación del 2002, o del 2006, ¿no?
LS: No. En 2002, era un hecho seguro que iba a ganar la elección. En 2002, nunca me preocupé porque algo me decía que aquella elección


era mía. Que era mi turno de llegar a la Presidencia. Obviamente, los medios no fueron hostiles a mí. Pero en 2006, yo era presidente de la República y ellos destacaban más una candidatura que estaba en el cuarto lugar en las encuestas que la mía, que estaba primera y siendo presidente. Ellos trabajaron todo el tiempo para que yo perdiera las elecciones del 2006. Cuando Alckmin fue para la segunda vuelta, ellos festejaron que iba a perder las elecciones. Lo que pasó fue que Alckmin tuvo menos votos en la segunda vuelta que en la primera y yo llegue al 62% de los votos.
Ellos imaginaban que yo no iba a tener sucesor. Imaginaban que Serra sería presidente el 2010. De pronto, presentamos a una mujer, que no tenía experiencia política, una mujer de izquierda, que había estado 3 años y medio en la cárcel, que había sido torturada y que no tenía ninguna experiencia política. Pues bien, esta mujer fue elegida presi- denta y para que no se olvide, hizo un buen primer gobierno. La queja que había en contra de Dilma era que a ella no le gustaba conversar, hacer política, pero eso no importa. El dato concreto es que llega en las elecciones y ellos otra vez apostaron a que Dilma sería derrotada. Y ganó. Y ahí ellos se volvieron locos. Enloquecieron.
GG: ¿Hasta hoy no aceptaron eso?
LS: Hasta hoy no lo aceptan. No lo aceptan.
GG: Quiero cambiar un poco de tema. Cuando surgieron notas sobre que la NSA está haciendo espionaje contra Brasil, tanto usted como Dilma lo denunciaron fuertemente, hablando de que se trataba de una invasión a la privacidad. Y dijo lo mismo cuando se publicaron conversaciones privadas con el juez Sergio Moro. Pero hace poco, este mes, el gobierno adoptó una nueva ley, la Ley Antiterrorismo, que fue aprobada fuertemente por la presidenta Dilma y que da mucho poder de espionaje para el gobierno de Brasil. ¿Esa es una contradicción? ¿Usted qué piensa sobre eso?
LS: Yo estoy en contra de esta ley porque creo que Brasil no puede importar el mismo modelo de discusión que los países que viven esta cuestión del terrorismo. Brasil, gracias a Dios, no tiene este tipo de problema. A pesar de que hay mucha gente que dice que Brasil tiene que preocuparse de esto.
GG: ¿Cree que el gobierno está explorando este miedo?
LS: No, es que el gobierno se quedó preocupado por las Olimpia- das. Creo que hubo una exageración. Este país es un lugar en que no hay costumbre de terrorismo.


GG: Pero este poder del espionaje que el gobierno brasileño tiene es muy peligroso.
LS: No, no me gusta. Déjame decirte algo, tengo mucho miedo de que transformen el aparato del Estado, sobre todo el aparato policial del Estado, en algo muy fuerte. Tengo miedo porque eso se vuelve contra la democracia, contra las instituciones democráticas. Hay que mantener el equilibrio, y este gobierno no necesita crear un monstro para defen- derse de otro monstruo.
GG: Muchas organizaciones internacionales de derechos huma- nos están reclamando que Brasil está violando los derechos de los pre- sos brasileños porque el sistema los tiene en condiciones inaceptables dentro de las cárceles. Y muchas personas están en la cárcel desde hace mucho tiempo sin un juicio. Gran parte de este problema lo genera la guerra contra las drogas, que el PT está siempre apoyando, pero que está poniendo a muchos brasileños, en su mayoría pobres, negros, jó- venes, en la cárcel. Usted apoyó esta guerra en el pasado. Pero ahora el expresidente Fernando Henrique junto a otros líderes globales dice que esta guerra fracasó y que es inhumana. ¿Usted está de acuerdo o quiere seguir con esta guerra?
LS: La guerra fracasó porque el poder judicial es muy lento. Hay gente que está en la cárcel hace dos, tres años y aún no fueron juzgadas.
GG: Sin juicio.
LS: No fueron siquiera juzgadas. Y también vale para la Opera- ción Lava-Jato.
GG: Es la misma cosa.
LS: Es un problema del poder judicial.
GG: A nadie le importa si un joven, pobre, negro, se queda en la cárcel dos, tres años, sin juicio.
LS: Es que hay una preferencia, ¿sabes? Y estamos denunciando eso. Yo vengo haciendo muchas reuniones con grupos de jóvenes de la periferia. Hay una preferencia en arrestar negros y pobres o matar negros y pobres. Y esto es un problema que estamos intentando resolver, no sola- mente un partido, sino también el poder judicial, organizaciones de jueces, sobre cómo vamos adelantar el juicio y la liberación de estas personas.
GG: Pero, bajo estas condiciones del sistema de encarcelamien- to en Brasil ¿es justo meter a alguien en prisión seis meses, un año, dos años, tres años, o por el tiempo que sea, por poseer drogas con esta pobreza?


LS: Yo apoyo la descriminalización, no creo que un ciudadano que cometió un crimen cualquiera tiene que estar detenido. No creo que un ciudadano, un usuario de drogas deba estar detenido. Esa persona, muchas veces, necesita orientación psicológica, más que ir a la cárcel. O sea, una cosa es arrestar a un traficante. Otra, a un usuario. Estoy en contra. Ahora tienes un problema al enfrentar esto en Brasil, donde tenemos un poder judicial muy conservador.
GG: Mi última pregunta. Durante mucho tiempo, Brasil fue uno de los líderes en América Latina en la cuestión de la igualdad. De he- cho, Brasil fue más progresista que los Estados Unidos y muchos otros países de Europa en esta cuestión. Pero ahora existe este movimiento evangelista en Brasil que es muy fuerte y que quiere revertir eso. Sé que usted apoyó algunos los derechos LGBTT en el pasado, pero usted ahora apoya la igualdad absoluta para los LGBT bajo la ley.
LS: Sí, apruebo.
GG: Incluyendo el derecho para casarse.
LS: En Brasil muchas cosas importantes sucedieron. Yo fui el único presidente que asistió a una Conferencia Nacional con LGBTs cuando mucha gente creía que sería muy peligroso ir a esa Conferen- cia. Yo hice una conferencia con más de dos mil personas y fue un aprendizaje extraordinario para el gobierno. Segundo, nosotros logra- mos aprobar en la Suprema Corte la unión civil, lo cual fue un avance extraordinario.
GG: Pero que no es igual.
LS: Nosotros incluimos en el Plan Nacional de Educación.
GG: Pero no es igual al derecho a matrimonio de los heterosexua- les. Es menor.
LS: Pero de todos los modos, que la Corte Suprema tome una decisión al respecto, fue un avance extraordinario.
GG: ¿Pero usted apoya el derecho a casarse?
LS: Yo apoyo el derecho a que las personas puedan tomar las decisiones que mejor les convengan.
GG: ¿Pero incluyendo el derecho a casarse?
LS: Incluyendo el derecho a casarse. Yo cuando hablo de unión civil, ya hablo de casamiento, ¿sí? Yo sinceramente creo que la gente tiene que vivir como desea siempre que cada uno respecte el derecho de los demás. Yo acá en Brasil trataba la cuestión del aborto, que decían


que el aborto era algo criminal, yo decía, mira, yo como ciudadano, padre de cinco hijos, estoy contra el aborto. Pero, yo como Presidente de la República, trato el aborto como una cuestión de salud pública.
GG: Porque es la mujer la que tiene el derecho de elegir, ¿no?
LS: Claro, claro. Yo creo que Brasil ha evolucionado mucho, pero en algunos temas seguimos estando muy retrasados. Yo te quería decir algo sobre la Operación Lava-Jato, a ti que eres un extranjero que vive en Brasil.
GG: Sí, tendremos audiencia internacional.
LS: Déjame decirte una cosa, lo me preocupa en la Operación Lava-Jato es otra tesis que está en curso como la tesis de la teoría del do- minio sobre el hecho. Es el hecho que primero detectas a un criminal, acusas a alguien de criminal y después vas a buscar crímenes para tirar arriba de él. Estoy diciendo eso porque todos los días aparece alguien diciendo: “ellos quieren agarrar a Lula”. Y todos los días yo digo…
GG: Porque ellos creen que usted participará en una nueva elec- ción para presidente.
LS: Lo dudo.
GG: ¿Es verdad que lo vas a hacer? LS: ¿Hacer qué?
GG: Participar de una nueva elección para Presidente.
LS: No lo sé. Si el motivo fuera éste, es una tontería. Mira, déjame decirte algo, yo dudo que en este país haya algún empresario que diga que algún día negoció cinco centavos conmigo.
GG: Antes, ellos pusieron mucha plata para apoyar su campaña.
Contó con mucho apoyo de empresarios, de dueños de empresas.
LS: Es que en Brasil sólo da dinero quien es rico, quien es pobre no tiene plata para dar. Seamos honestos. En ningún país del mundo, el que se postula vende su casa para poder postularse.
GG: Necesita apoyo de personas ricas.
LS: Lógico. En Estados Unidos incluso es algo encantador. En Estados Unidos hasta gana un premio quién más recauda.
GG: Obama, Clinton, ellos tuvieron mucho apoyo de Wall Street, de muchas empresas.
LS: Estas eran las reglas del juego. Tu pides la plata, el empresario te da la plata, tu rindes cuentas, la justicia aprueba y se terminó el problema.


GG: Y es así como los ricos ganan favores.
LS: Ahora se creó esta idea, y el PT defendía esta idea, de que vamos a acabar con el financiamiento privado de las campañas. Y vamos hacer financiamiento público, que es la forma más digna de hacer campaña.
GG: ¿Usted está prometiendo que el PT no va aceptar plata de empresas grandes para hacer campaña?
LS: El PT decidió no aceptar contribuciones empresariales para la campaña electoral, lo cual me parece extraordinario, una muestra de coraje, y algo que puede hacer renacer al PT con mucha más fuerza.
GG: Y si usted participa de una elección en el futuro, ¿seguirá con esa promesa?
LS: Claro, porque ya soy muy conocido.
GG: Hay mucha crítica de la izquierda de que el PT está apoyando mucho el neoliberalismo, que está protegiendo los intereses de los ricos en vez de los intereses de los pobres. ¿Es una crítica válida?
LS: No, no lo es. Vamos a tener que, otra vez, utilizar a los traba- jadores y las personas más humildes del país para hacer volver a crecer la economía. Para eso necesitamos financiamiento, créditos, alianzas, y en eso, si Dios lo permite, quiero ayudar a Dilma.
GG: Bueno, muchas gracias por la entrevista, señor Presidente. LS: Gracias a ti.

11 de abril de 2016
EPILOGO: EL FUTURO EN DEBATE

LA IZQUIERDA DEL FUTURO:
UNA SOCIOLOGÍA DE LAS EMERGENCIAS*
Boaventura de Sousa Santos**

El futuro de la izquierda no es más difícil de predecir que cualquier otro acontecimiento social. La mejor manera de abordarlo es haciendo lo que llamo sociología de las emergencias. Consiste en prestar especial atención a algunas señales del presente para ver en ellas tendencias, embriones de lo que puede ser decisivo en el futuro. En este texto, doy especial atención a un hecho que, por inusual, puede señalar algo nuevo e importante. Me refiero a los pactos entre diferentes partidos de izquierda.

LOS PACTOS
La familia de las izquierdas no tiene una fuerte tradición de pactos. Al- gunas ramas de esta familia tienen incluso más tradición pactos con la derecha que con otras ramas de la familia. Diríase que las divergencias internas en la familia de las izquierdas son parte de su código genético, tan constantes como han sido a lo largo de los últimos doscientos años. Por razones obvias, las divergencias han sido más amplias o notorias en democracia. La polarización llega a veces al punto de que una rama de la familia ni siquiera reconoce que la otra pertenece a la misma familia.

* Este texto fue publicado en el sitio Espejos Extraños, en enero de 2016. Disponible en http://blogs.publico.es/espejos-extranos/2016/01/01/laizquierda- del-futuro-una-sociologia- de-las-emergencias/
Traducción: Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez
** Director del Centro de Estudos Sociais de la Universidade de Coimbra, Portugal.

Por el contrario, en períodos de dictadura los entendimientos han sido frecuentes, aunque terminen una vez acabado el período dictatorial.
A la luz de esta historia, merece una reflexión el hecho de que en los últimos tiempos estamos asistiendo a un movimiento pactista entre diferentes ramas de las izquierdas en países democráticos. El sur de Europa es un buen ejemplo: la unidad en torno a Syriza en Grecia a pesar de todas las vicisitudes y dificultades; el gobierno dirigido por el Partido Socialista en Portugal con el apoyo del Partido Comunista y del Bloco de Esquerda a raíz de las elecciones del 4 de octubre de 2015; algunos gobiernos autonómicos en España, salidos de las elecciones regionales de 2015 y, en el momento en que escribo, la discusión sobre la posibilidad de un pacto a escala nacional entre el PSOE, Podemos y otros partidos de izquierda como resultado de las elecciones genera- les de diciembre. Hay indicios de que en otros lugares de Europa y en América Latina pueden surgir en un futuro próximo pactos similares. Se imponen dos cuestiones. ¿Por qué este impulso pactista en democra- cia? ¿Cuál es su sostenibilidad?
La primera pregunta tiene una respuesta plausible. En el caso del sur de Europa, la agresividad de la derecha (tanto de la nacional como de la que viste la piel de las “instituciones europeas”) en el poder en los últimos cinco años ha sido tan devastadora para los derechos de ciudadanía y para la credibilidad del régimen democrático que las fuerzas de izquierda comienzan a estar convencidas de que las nuevas dictaduras del siglo XXI surgirán en forma de democracias de bajísi- ma intensidad. Serán dictaduras presentadas como dictablandas o de- mocraduras, como la gobernabilidad posible ante la inminencia del supuesto caos en los tiempos difíciles que vivimos, como el resultado técnico de los imperativos del mercado y de la crisis que lo explica todo sin necesidad de ser explicada. El pacto resulta de una lectura política de que lo que está en juego es la supervivencia de una democracia dig- na de ese nombre y de que las divergencias sobre lo que esto significa ahora tienen menos urgencia que salvar lo que la derecha todavía no ha logrado destruir.
La segunda pregunta es más difícil de responder. Como decía Spinoza, las personas (y también las sociedades, diría yo) se rigen por dos emociones fundamentales: el miedo y la esperanza.
El equilibrio entre ambas es complejo pero sin una de ellas no sobreviviríamos. El miedo domina cuando las expectativas de futuro son negativas (“esto es malo pero el futuro podría ser aún peor”); por su parte, la esperanza domina cuando las expectativas futuras son positi- vas o cuando, por lo menos, el inconformismo con la supuesta fatalidad de las expectativas negativas es ampliamente compartido. Treinta años después del asalto global a los derechos de los trabajadores; de la pro-


moción de la desigualdad social y del egoísmo como máximas virtudes sociales; del saqueo sin precedentes de los recursos naturales, de la expulsión de poblaciones enteras de sus territorios y de la destrucción ambiental que esto significa; de fomentar la guerra y el terrorismo para crear Estados fallidos y tornar las sociedades indefensas ante la expo- liación; de la imposición más o menos negociada de tratados de libre comercio totalmente controlados por los intereses de empresas multi- nacionales; de la total supremacía del capital financiero sobre el capital productivo y sobre la vida de las personas y las comunidades; después de todo esto, combinado con la defensa hipócrita de la democracia libe- ral, es plausible concluir que el neoliberalismo es una inmensa máquina de producción de expectativas negativas para que las clases populares no sepan las verdaderas razones de su sufrimiento, se conformen con lo poco que aún tienen y estén paralizadas por el miedo a perderlo.
El movimiento pactista al interior de las izquierdas es producto de un tiempo, el nuestro, de predominio absoluto del miedo sobre la es- peranza. ¿Significará esto que los gobiernos salidos de los pactos serán víctimas de su éxito? El éxito de los gobiernos pactados por las izquier- das se traducirá en la atenuación del miedo y en la devolución de alguna esperanza a las clases populares, al mostrar, mediante una gestión de gobierno pragmática e inteligente, que el derecho a tener derechos es una conquista civilizatoria irreversible. ¿Será que, cuando brille nueva- mente la esperanza, las divergencias volverán a la superficie y los pactos serán echados a la basura? Si ello ocurriese, sería fatal para las clases populares, que rápidamente regresarían al silenciado desaliento ante un fatalismo cruel, tan violento para las grandes mayorías cuanto bené- volo para las pequeñísimas minorías. Pero también sería fatal para las izquierdas en su conjunto, pues quedaría demostrado durante algunas décadas que las izquierdas son buenas para corregir el pasado, pero no para construir el futuro. Para que tal cosa no suceda, deben ser llevadas a cabo dos tipos de medidas durante la vigencia de los pactos. Dos me- didas que no se imponen por la urgencia del gobierno corriente y que, por eso, tienen que resultar de una voluntad política bien determinada. Llamo a estas dos medidas Constitución y hegemonía.

CONSTITUCIÓN Y HEGEMONÍA
La Constitución es el conjunto de reformas constitucionales o infracons- titucionales que reestructuran el sistema político y las instituciones con el fin de prepararlas para posibles embates con la dictablanda y el proyec- to de democracia de bajísima intensidad que esta conlleva. Dependiendo de los países, las reformas serán diferentes, como diferentes serán los mecanismos utilizados. Si en algunos casos es posible reformar la Cons- titución con base en los Parlamentos, en otros será necesario convocar


Asambleas Constituyentes originarias, dado que los Parlamentos serían el mayor obstáculo para cualquier reforma constitucional.
También puede suceder que, en un determinado contexto, la “re- forma” más importante sea la defensa activa de la Constitución existen- te mediante una renovada pedagogía constitucional en todas las áreas de gobierno. Pero habrá algo común a todas las reformas: volver el sistema electoral más representativo y más transparente; fortalecer la democracia representativa con la democracia participativa. Los teó- ricos liberales más influyentes de la democracia representativa han reconocido (y recomendado) la coexistencia ambigua entre dos ideas (contradictorias) que aseguran la estabilidad democrática: por un lado, la creencia de los ciudadanos en su capacidad y competencia para in- tervenir y participar activamente en la política; por otro, un ejercicio pasivo de esa competencia y de esa capacidad mediante la confianza en las élites gobernantes. En los últimos tiempos, y como lo demuestran las protestas que han sacudido muchos países desde 2011, la confianza en las élites ha venido deteriorándose sin que, sin embargo, el sistema político (por su diseño o por su práctica) permita a los ciudadanos re- cuperar su capacidad y competencia para intervenir activamente en la vida política. Sistemas electorales asimétricos, partidocracia, corrup- ción, crisis financieras manipuladas –he aquí algunas de las razones de la doble crisis de representación (“no nos representan”) y de partici- pación (“no vale la pena votar, todos son iguales y ninguno cumple lo que promete”). Las reformas constitucionales obedecerán a un doble objetivo: hacer la democracia representativa más representativa; com- plementar la democracia representativa con la democracia participati- va. Estas reformas darán como resultado que la formación de la agenda política y el control del desempeño de las políticas públicas dejarán de ser un monopolio de los partidos y pasarán a ser compartidas por los partidos y ciudadanos independientes organizados democráticamente para este propósito.
El segundo conjunto de reformas es lo que llamo hegemonía. La hegemonía es el conjunto de ideas sobre la sociedad e interpretaciones del mundo y de la vida que, por ser altamente compartidas, incluso por los grupos sociales perjudicados por ellas, permiten que las élites políticas, al apelar a tales ideas e interpretaciones, gobiernen más por consenso que por coerción, aun cuando gobiernan en contra de los intereses objetivos de grupos sociales mayoritarios. La idea de que los pobres son pobres por su propia culpa es hegemónica cuando es de- fendida no sólo por los ricos, sino también por los pobres y las clases populares en general. En este caso son, por ejemplo, menores los costes políticos de las medidas para eliminar o restringir drásticamente la renta social de inserción. La lucha por la hegemonía de las ideas de


sociedad que sostienen el pacto entre las izquierdas es fundamental para la supervivencia y consistencia de ese pacto. Esta lucha tiene lugar en la educación formal y en la promoción de la educación popular, en los medios de comunicación, en el apoyo a los medios alternativos, en la investigación científica, en la transformación curricular de las uni- versidades, en las redes sociales, en la actividad cultural, en las organi- zaciones y movimientos sociales, en la opinión pública y en la opinión publicada. A través de ella, se construyen nuevos sentidos y criterios de evaluación de la vida social y de la acción política (la inmoralidad del privilegio, de la concentración de la riqueza y de la discriminación ra- cial y sexual; la promoción de la solidaridad, de los bienes comunes y de la diversidad cultural, social y económica; la defensa de la soberanía y de la coherencia de las alianzas políticas; la protección de la naturaleza) que hacen más difícil la contrarreforma de las ramas reaccionarias de la derecha, las primeras en irrumpir en un momento de fragilidad del pacto. Para esta lucha tenga éxito es necesario impulsar políticas que, a simple vista, son menos urgentes y compensadoras. Si esto no ocurre, la esperanza no sobrevivirá al miedo.

APRENDIZAJES GLOBALES
Si algo se puede afirmar con alguna certeza acerca de las dificulta- des que están pasando las fuerzas progresistas en América Latina, es que tales dificultades se asientan en el hecho de que sus gobiernos no enfrentaron ni la cuestión de la Constitución ni la de la hegemonía. En el caso de Brasil, este hecho es particularmente dramático. Y ex- plica en parte que los enormes avances sociales de los gobiernos de la época Lula sean ahora tan fácilmente reducidos a meros expedientes populistas y oportunistas, incluso por parte de sus beneficiarios. Ex- plica también que los muchos errores cometidos (para comenzar, el haber desistido de la reforma política y de la regulación de los medios de comunicación, y algunos errores dejan heridas abiertas en grupos sociales importantes, tan diversos como los campesinos sin tierra ni reforma agraria, los jóvenes negros víctimas del racismo, los pueblos indígenas ilegalmente expulsados de sus territorios ancestrales, pueblos indígenas y quilombolas con reservas homologadas pero engavetadas, militarización de las periferias de las grandes ciudades, poblaciones rurales envenenadas por agrotóxicos, etcétera), no sean considerados como errores, sino que sean omitidos y hasta convertidos en virtudes políticas o, al menos, sean aceptados como consecuencias inevitables de un Gobierno realista y desarrollista.
Las tareas incumplidas de la Constitución y de la hegemonía ex- plican también que la condena de la tentación capitalista por parte de los gobiernos de izquierda se centre en la corrupción y, por tanto, en la


inmoralidad y en la ilegalidad del capitalismo, y no en la injusticia sis- temática de un sistema de dominación que se puede realizar en perfecto cumplimiento de la legalidad y la moralidad capitalistas.
El análisis de las consecuencias de no haber resuelto las cues- tiones de la Constitución y de la hegemonía es relevante para prever y prevenir lo que puede pasar en las próximas décadas, no solo en América Latina, sino también en Europa y otras regiones del mun- do. Entre las izquierdas latinoamericanas y las de Europa del sur ha habido en los últimos veinte años importantes canales de comuni- cación, que están todavía por analizarse en todas sus dimensiones. Desde el inicio del presupuesto participativo en Porto Alegre (1989), varias organizaciones de izquierda en Europa, Canadá e India (de las que tengo conocimiento) comenzaron a prestar mucha atención a las innovaciones políticas que emergían en el campo de las izquierdas en varios países de América Latina.
A partir del final de la década de 1990, con la intensificación de las luchas sociales, el ascenso al poder de gobiernos progresistas y las luchas por Asambleas Constituyentes, sobre todo en Ecuador y Bolivia, quedó claro que una profunda renovación de la izquierda, de la cual ha- bía mucho que aprender, estaba en curso. Los trazos principales de esa renovación fueron los siguientes: la democracia participativa articulada con la democracia representativa, una articulación de la cual ambas salían fortalecidas; el intenso protagonismo de movimientos sociales, de lo que el Foro Social Mundial de 2001 fue una muestra elocuente; una nueva relación entre partidos políticos y movimientos sociales; la sobresaliente entrada en la vida política de grupos sociales hasta enton- ces considerados residuales, como los campesinos sin tierra, pueblos indígenas y pueblos afrodescendientes; la celebración de la diversidad cultural, el reconocimiento del carácter plurinacional de los países y el propósito de enfrentar las insidiosas herencias coloniales siempre pre- sentes. Este elenco es suficiente para evidenciar cuánto las dos luchas a las que me he estado refiriendo (la Constitución y la hegemonía) es- tuvieron presentes en este vasto movimiento que parecía refundar para siempre el pensamiento y la práctica de izquierda, no solo en América Latina, sino en todo el mundo.
La crisis financiera y política, sobre todo a partir de 2011, y el movimiento de los indignados, fueron los detonantes de nuevas emer- gencias políticas de izquierda en el sur de Europa, en las que estu- vieron muy presentes las lecciones de América Latina, en especial la nueva relación partido-movimiento, la nueva articulación entre democracia representativa y democracia participativa, la reforma constitucional y, en el caso de España, las cuestiones de la plurina- cionalidad. El partido español Podemos representa mejor que cual-


quier otro estos aprendizajes, incluso cuando sus dirigentes fueron desde el principio conscientes de las diferencias sustanciales en- tre los contextos político y geopolítico europeo y latinoamericano. La forma en que tales aprendizajes se irán a plasmar en el nuevo ciclo político que está emergiendo en Europa del sur es, por ahora, una in- cógnita. Pero desde ya es posible especular lo siguiente: si es verdad que las izquierdas europeas aprendieron con las muchas innovaciones de las izquierdas latinoamericanas, no es menos cierto (y trágico) que éstas se “olvidaron” de sus propias innovaciones y que, de una u otra forma, cayeron en las trampas de la vieja política, donde las fuerzas de derecha fácilmente muestran su superioridad dada la larga experiencia histórica acumulada.
Si las líneas de comunicación se mantienen hoy, y siempre sal- vaguardando la diferencia de contextos, quizá sea tiempo de que las izquierdas latinoamericanas aprendan también con las innovaciones que están emergiendo entre las izquierdas del sur de Europa. Entre ellas destaco las siguientes: mantener viva la democracia participati- va dentro de los propios partidos de izquierda, como condición pre- via a su adopción en el sistema político nacional en articulación con la democracia representativa; pactos entre fuerzas de izquierda (no necesariamente solo entre partidos) y nunca con fuerzas de derecha; pactos pragmáticos no clientelistas (no se discuten personas o car- gos, sino políticas públicas y medidas de Gobierno), ni de rendición (articulando líneas rojas que no pueden ser cruzadas con la noción de prioridades o, como se decía antes, distinguiendo las luchas pri- marias de las secundarias); insistencia en la reforma constitucional para blindar los derechos sociales y tornar el sistema político más transparente, más próximo y más dependiente de las decisiones ciu- dadanas, sin tener que esperar elecciones periódicas (refuerzo del referendo); y, en el caso español, tratar democráticamente la cuestión de la plurinacionalidad.
La máquina fatal del neoliberalismo continúa produciendo mie- do a gran escala y, siempre que falta materia prima, trunca la esperanza que puede encontrar en los rincones más recónditos de la vida política y social de las clases populares, la tritura, la procesa y la transforma en miedo. Las izquierdas son la arena que puede atajar ese aparato- so engranaje a fin de abrir las brechas por donde la sociología de las emergencias hará su trabajo de formular y amplificar las tendencias, los “todavía no”, que apuntan a un futuro digno para las grandes ma- yorías. Por eso es necesario que las izquierdas sepan tener miedo sin tener miedo del miedo. Sepan sustraer semillas de esperanza a la tritu- radora neoliberal y plantarlas en terrenos fértiles donde cada vez más ciudadanos sientan que pueden vivir bien, protegidos, tanto del infierno
del caos inminente, como del paraíso de las sirenas del consumo obse- sivo. Para que esto ocurra, la condición mínima es que las izquierdas permanezcan firmes en las dos luchas fundamentales: la Constitución y la hegemonía.

1 de enero de 2016

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